Capítulo 15} Inesperada compañía

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Desde la galería de arriba se podía vislumbrar todo lo que sucedía abajo en la zona de baile.

Shane la condujo hacia la sala VIP. En uno de los sillones se encontraba Aron sentado entre dos chicas muy arregladas, pero con poca ropa cubriéndolas, dejaban mucho que ver, se estaban riendo mientras charlaban y le ofrecían aceitunas. Cuando la vio se incorporó de inmediato.

—Madilyn, has llegado —se puso de pie y se acercó a ella con una gran sonrisa dándole la mano.

—Hola Aron— saludó ella aceptando su mano a lo cual aprovechó él para besársela dejándola incómoda.

—Es un placer tenerte aquí. — se volvió a las chicas con las que estuvo hacía unos minutos. —Hermosuras, ¿podéis dejarnos durante un rato? Por favor —se pusieron de pie y recogieron sus cosas— Yo mismo regresaré a buscarlas de nuevo —las depositó besos en las mejillas a cada una y las vio marchar.

—No era necesario que se fueran, solo vine a por lo que me prometieron y me iba.

—Pero ¿qué dices? —dijo Aron tomándole de la mano y arrastrándola hacia el sillón—Eres nuestra invitada especial, no puedes irte así sin más. Por cierto, estás irresistible con ese vestido. —le susurró.

—Gracias— forzó una sonrisa, empezaba a sentirse nerviosa.

—Aron tiene razón— Shane se acercó a sentarse igualmente mientras llamaba al camarero—Te pagaremos todo lo que el irresponsable de nuestro amigo no ha podido pagarte. ¿Qué quieres tomar? —le preguntó una vez que el camarero estuvo frente a ellos.

—Bueno…no...no sé—empezaba a sentirse incómoda y miró alrededor por si veía a Jussie, creía que se sentiría más tranquila si él estaba cerca.

—No te preocupes— continuó Shane y le dijo al camarero que trajera un coctel rosa con vodka.

—¿Vendrá Jussie? —preguntó ella y los dos amigos se miraron.

—Pensé que no te importaba que estuviera aquí—dijo Shane.

—Fue él quien te entrego ese reloj ¿verdad? —preguntó Aron que se había percatado de que llevaba el mismo reloj que le había regalado a Jussie, lo había encargado él mismo y no podía haber otro igual, mucho menos en alguien que evidentemente no podía permitírselo.

—Oh, el reloj —lo miró—En realidad no es un regalo, iba a devolvérselo cuando me entregara el dinero. —Aron se rio.

—Pareces una chica muy inteligente, —habló Shane—Para gente de negocios como nosotros, sabemos que siempre es recomendable tener un seguro, por si acaso. —Llegó el camarero con el pedido. Shane cogió el vaso y se lo entregó a ella—Prueba, te encantará.

—Gracias— lo cogió ella y le dio un trago. —¿Cuándo podré irme? Es que no quiero estar aquí mucho tiempo.

—¿Por qué? ¿Tienes algo que hacer?

—No irás a dejarnos colgados— dijo Aron mostrándose dolido—Sabes que me caes bien, solo quédate a beber un rato con nosotros y prometemos dejarte ir.

Ella los miró a los dos alternativamente y se preguntó si podía confiar en ellos, casi no los conocía y se encontraba en su territorio ¿y si intentaban aprovecharse de ella? Pero es que parecían tan buena gente. ¿Cómo podía saber uno en quién confiar?

—No me digas que no te fías de nosotros— dijo Aron al sospecharlo—La verdad es que ha dolido. Recuerda que nos conocimos ayer y hablamos, ¿de verdad piensas que seríamos capaces de hacerte algo malo?

—No lo sé, ¿lo haríais? —se rieron los dos.

—Si llamo a Jussie te sentirás más tranquila, ¿a que sí? —preguntó Shane y ella se encogió de hombros—Está bien, lo llamaremos, pero prométenos que pasarás solo unos minutos con nosotros y entonces podrás irte.

Somos incompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora