Capítulo 17} Dulce beso

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Maratón 2/4

A la mañana siguiente, Jussie se despertó encontrándose tendido en el sofá de su salón. Ricitos, se acordó de ella y de que se encontraba dormida en su cama. Se desprendió de la sábana y se levantó del sofá.
Se acercó a los enormes cortinajes que ocultaban la luz del día y las separó alumbrando de esa manera el salón con la luz de un nuevo día. Soltó un largo suspiro y mantuvo la mirada hacia la ciudad que podía contemplar a la perfección desde donde se encontraba.

Regresó al salón y miró hacia las escaleras como si en cualquier momento bajaría por ellas aquella chica rara que estaba robando parte de él. Sonrió al recordar que la última vez que se quedó dormida con él se quejó de que no la hubiera despertado, sin embargo, no pensaba hacerlo ahora tampoco, aunque corriera ese riesgo de volver a escucharla quejarse. Ya podía imaginarse la resaca con la que iba a despertarse.

Después de poner el sofá en orden y de doblar la sábana, se dirigió al lavabo, el cual se encontraba en el pasillo del salón, abrió el grifo y se lavó la cara mientras se miraba al espejo que tenía delante. Se humedeció igualmente el pelo y se cepilló los dientes. Tomó la toalla que había colgada y después de secarse, regresó al salón. Entró en la cocina y puso en marcha su cafetera, pero mientras esperaba, escuchó que llamaban a la puerta. Observó la hora en su refrigerador, solo daban las siete de la mañana, ¿a quién se le ocurría buscarlo a esa hora? Se le ocurrió que podían ser sus amigos interesados en saber cómo había acabado el plan que habían armado, ya sabía que había sido idea de ellos. Se acercó a la puerta mientras seguían llamando. Mas cuando la abrió se quedó asombrado al saber de quién se trataba.

—Hola mi vida—Lady estaba frente a él, tan guapa, serena con aspecto de no haber matado una mosca en su vida y con aquella sonrisa que en su momento lo volvía a él loco.

—¿Tú? —preguntó sin salir de su asombro.

—Siento llegar así sin avisarte, pero creo que es hora de que hablemos.

—¿No te parece demasiado tarde para eso? ¿O es que crees que solo podemos hablar cuando a ti te convenga?

—Por favor, deja que me explique.

Así que quería explicarse, ¿por qué justo ahora? Se resignó, iba a conocer de una vez sus razones y de paso saber por qué se había ocultado después de avergonzarlo.

Le cedió el paso y ella entró en su apartamento. Mientas él cerraba la puerta, ella se tomó la libertad de viajar la mirada por la estancia como si buscara algo.

—Echaba mucho de menos este lugar.

—¿Y bien? —le cortó Jussie que quería acabar con aquello de una vez. “…si al final me convence, los destrozos habrán sido la paga por la humillación que pasé”, de pronto las palabras de Madilyn hacían aparición por su memoria.

Lady se dio la vuelta para mirarlo, se fijó en su mirada con la esperanza de encontrar en ellos aquel amor hacia ella del que ella estuvo confiada todo ese tiempo, pero ¿por qué parecía difícil descifrarlo?

—Primero quiero que sepas lo mucho que siento haber tenido que dejarte plantado de aquella manera en el altar. —Él frunció el ceño—Reconozco que estuvo muy mal de mi parte. Pensé que estaba lista para el matrimonio, pero me di cuenta tarde de que no era así. Me alejé para pensar en lo que realmente quería y en tan poco tiempo no he podido dejar de pensar que es contigo con quien deseo pasar el resto de mi vida, me había equivocado y desearía volver el tiempo atrás para presentarme en ese altar y casarme contigo sin pensármelo dos veces. ¿Me perdonas y empezamos de nuevo? Podemos casarnos incluso ahora mismo, aunque no sea nada grande— dijo emocionada. —Con casarme contigo me basta.

Somos incompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora