Era la mañana del viernes. Alan había pedido el día libre en la agencia para poder viajar junto a Madilyn y sus nuevos amigos. Solo conocía a Shane quien había pasado por la casa después de que Madilyn lo llamara el día anterior, y como ella había dicho, le había parecido un tipo estupendo. Intentó que pareciera que el viaje no le importaba, que lo hacía porque su prima se lo había pedido y necesitaba protegerla. Sin embargo, tanto él como ella conocían la verdadera razón principal, estaba emocionado y quería saber qué se sentía al compartir espacio con gente de alta clase.
Con el poco equipaje ya listo, esperaron a Shane que pasaría a recogerles como les había prometido. Y así lo hizo. Llegó con uno de sus autos descapotables y condujo hacia la estación.
Shane aparcó el auto justo en la pista junto a la avioneta, era un Cessna Citacion, uno de las avionetas más rápidas del mundo. Cuando se bajaron del coche, Madilyn y su primo se quedaron impresionados observando al aparato.Shane le ordenó al encargado a que ayudara a sus invitados con su equipaje y así lo hizo éste.
—Venga, seguidme—les dijo con una sonrisa al darse cuenta de lo maravillados que se habían quedado.
Le siguieron algo temerosos por detrás. Junto a las escaleras vieron a Aron que estaba charlando muy animado con una joven de pelo rubio recogido en una cola que llevaba uniforme, debía de ser la azafata. Se voltearon para ver a los recién llegados.
Aron se acercó con una gigantesca sonrisa que dejaba ver sus perfectos dientes y le dio un abrazo a Madilyn que la tomó por sorpresa.
—Me alegra que hayáis venido—le dio unos besos en la mejilla y se separó de ella para verla mejor—. Cuéntame, ¿estás bien?
—Por supuesto, estoy bien.
Aron miró al chico que venía con ella. Se acercó para tenderle la mano.
—Hola. Tú debes de ser Alan.
—Así es. Encantado.
—El gusto es mío. No sabes cuánto nos ha hablado tu prima de ti. —Alan miró sorprendido a Madilyn. Ella estaba confusa, no recordaba haberle hablado de Alan.
—Así, me sorprende. Es que mi prima es una persona que cuando sale de casa se olvida de todo lo que dejó en ella. —consiguió sacarle una risita a Aron. Madilyn puso los ojos en blanco, se cruzó de brazos y no dijo nada.
—Me caes bien—le dijo, luego miró a Madilyn, parecía buscar algo o alguien con la mirada.
—Mi preciosa Madilyn, ¿buscas algo? —ella abandonó sus pensamientos y lo miró, se encogió de hombros.
—¿Yo? No.
—Te prometí que Jussie no vendría con nosotros y así es. —Le aseguró Shane como si hubiera leído su mente. Ella forzó una sonrisa. La verdad era que no quería estar con él en el mismo lugar después de las cosas que le hizo la última vez que estuvieron, sin embargo, sintió una extraña necesidad en su interior de verlo.
—¿Quién es Jussie? —quiso saber Alan.
—Nadie—cortó ella y los dos amigos la miraron—O sea...es el hombre que me debía.
—Ah. El tipo del reloj. —recordó Alan.
—En realidad el reloj fue un regalo mío. Es un asunto que todavía me estoy guardando.
—¿Un regalo? No lo sabía. Se lo pedí yo a él y no me dijo nada.
—No te preocupes, el problema es entre él y yo.
—¿Podemos subir ya al avión? Nos están esperando—dijo Shane indicándoles que se subieran a la escalera.
Caminaron juntos hacia él y subieron. La chica rubia ya estaba dentro poniendo todo en orden. Los saludó y los acompañó a la cabina con unos sillones de lujo.
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Somos incompatibles
RomanceJussie: millonario, evidentemente guapo y atractivo, pero está siendo plantado en el altar el día de su boda. Madilyn: la única ingenua con un auto disponible capaz de alejarle de su pesadilla. ¿Por que son incompatibles? Durante su inesperado viaje...