Capítulo 33} La quiero

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Eran las siete de la tarde, Madilyn había regresado ya a su casa y estaba dando vueltas de un lugar para otro, estaba nerviosa, en cualquier momento entraría Alan por la puerta e iba a contarle lo suyo con Jussie, sonrió con ironía, ella y Jussie ¿quién lo diría? Sintió mariposas en el estómago, por primera vez se había enamorado, o eso creía, y se sentía estupendo. Pensaba en todas las cosas que haría desde aquel momento con aquel hombre que había conseguido conquistarla.

Escuchó que se abría la puerta y se detuvo con la mirada fija en ella. Alan apareció por ella con su equipaje, la vio mientras cerraba la puerta por detrás.

—Al menos te encuentro en casa, nos abandonaste sin ninguna explicación ¿pero sabes qué? No discutiré al respecto porque pasé el mejor fin de semana de toda mi vida, te libraste— dijo mientras caminaba hacia su cuarto.

—Tengo que contarte algo.

Él se detuvo, soltó un suspiro y se dio la vuelta para verla.

—No me digas, Jussie te dijo que yo le hablé de tu secretito con Marcos. —Madilyn lo miró con el ceño fruncido.

—¿Fuiste tú?

—¿No te lo dijo? Vaya, pues va a ser que me gusta ese tipo. —la miró interrogativo, dejó su equipaje en el suelo y se cruzó de brazos—Entonces si no es de eso ¿de qué quieres hablarme entonces?

—Estuve con Jussie...

—Y te gusta, eso lo sé ¿y? —ella lo miró sorprendida.

—¿Cómo?

—¿De verdad crees que soy ciego? En la cena se notaba la tensión entre vosotros. Hasta ahora me resulta imposible de creer, si esto no es un sueño no sé qué es. Pero dejando todo eso de lado ¿qué pasará con Marcos?

—De eso quería hablarte ¿nos sentamos?

—¿Por qué no? La cosa se está poniendo interesante.

Los dos se sentaron juntos en el mismo sofá.

—Jussie me ha ofrecido un cheque y lo he aceptado.

—Mady...

—Pero no es un favor, a cambio trabajaré para él y no cobraré nada hasta que haya devuelto todo. Me tomará una eternidad, pero es lo mejor. —Alan la observó quieto.

—¿Trabajar sin cobrar?

—Es mejor que estar casada sin amor ¿no te parece?

—¿Y quién crees que te alimentará durante todo ese tiempo?

—Que yo recuerde vivo con mi primo, él se hará cargo de mis gastos.

—Muy graciosa. Pues tendrás que trabajar también para mí para cubrirlos.

—Siendo serios ¿qué opinas de esto? Me importa mucho lo que pienses.

—Ahm—expiró y la tomó de la mano—me parece bien, ese tal Jussie me parece buen tipo. Lo único que me preocupa es cómo se lo vaya a tomar Marcos, quizás tenga que asimilar que no te podrá tener, pero ¿que te quedes con su hermano que por cierto se llevan como el gato y el agua? Será complicado.

—¿Es que también sabes que son hermanos?

—No soy ningún distraído, sé ponerle atención a las cosas—le sonrió de lado. —¿Cuándo hablarás con él?

—Hoy mismo, así no tendré que procrastinar y podré ser libre de una vez antes de que cambie de opinión o me resulte difícil.

—Es tarde, te sugiero que sea mañana, solo por si acaso. Solo me imagino su cara cuando le des la noticia, créeme que no se lo tomará nada bien.

Somos incompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora