Capítulo 26} Dulce amigo

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Cuando Madilyn entró en su cuarto, intentó varias veces contactar con Jussie y saber si estaba bien. Desde que había abandonado la mesa no había dejado de preguntarse si todavía seguía afectado por lo ocurrido el día de su boda, sería lo más normal que así fuera, aunque él insistiera en que ya no le afectaba. A ella le molestaba el trato que él la estaba dando últimamente, pero por alguna razón que ella no se explicaba, se preocupaba por él. Su móvil debía de estar apagado porque no lo localizaba. Si tan solo conociera su cuarto, probablemente sus amigos lo supieran, pero no iba a preguntárselo a ellos, la habían engañado.

Después de cambiarse, se metió en la cama pensando en las palabras de Marcos "Nos casaremos al final de este mes", quedaba muy poco tiempo para finalizar el mes y ella no había conseguido completar la deuda. El dinero que le había dado Shane era más de lo que deberían haberla pagado, y aun así lo que le debía a Marcos era superior. Pagar los gatos médicos por leucemia era demasiado, tenías que gastar bastante dinero para recibir todos los tratamientos necesarios. Una lágrima brotó de sus ojos, lo secó inmediatamente con su mano, no podía llorar, ella era fuerte e iba a seguir hacia delante.

Amaneció y la despertaron unos golpes en su puerta. Solo deseaba que no fuera Marcos. Y así fue. Solo se trataba de una de las asistentes que iba a ordenar el lugar. Miró la hora, daban las ocho de la mañana y no habían ido a buscarla. Preguntó a la chica por sus acompañantes y ella le informó que se encontraban en la piscina.

Después de asearse y ponerse algo cómodo, Madilyn decidió bajar las escaleras y salir del edificio. La piscina estaba abarrotada de gente. Algunos metidos en el agua mientras otros estaban echados en sus tumbonas. Localizó a su primo, era de los que estaban sentados en la tumbona, estaba bebiendo algo mientras tenía la mirada fija en el agua. Ella se acercó a él.

—¿Por qué no me habéis despertado? —preguntó y Alan alzó la cabeza para mirarla.

—Buenos días dormilona-saludó y regresó la vista al agua.

—¿Dónde están los demás? —miró por los lados a ver si localizaba a aquellos hombres que los había traído, aunque en realidad también esperaba encontrar a Jussie.

De pronto, del agua se asomó la cabeza de una mujer, era Lady. La sonrisa de Alan se amplió al verla y ésta también sonrió mientras se secaba la cara con las manos. Vio a Madilyn y decidió ignorarla.

—¿Me ayudas? —le tendió la mano a Alan.

—Por supuesto, hermosa.

Él depositó su vaso a un lado y se levantó de la tumbona para tomar su mano. Segundos después estaba frente a él, solo con su traje de baño. Madilyn la observó, era muy delgada y rubia, bueno, también era bonita, por algo le había gustado a Jussie.

—Gracias, guapo—estaba ella muy cerca de Alan toqueteándose el cabello mientras éste se estaba volviendo loco.

—Todo lo que quieras, solo pídemelo. —ella lo sonrió coqueta y consiguió lo que quería, que Madilyn se molestara.

—¿Puedes apartarte de él? —le dijo, pero ésta decidió seguir ignorándola.

—Te dije que podía mantenerme mucho tiempo bajo el agua.

—Cometí un grave error al dudar de tu capacidad, ¿me perdonas?

Madilyn no hacía más que mirarlos incrédula.

—¡Alan!

—¿Puedes dejarnos solos un minuto? Nos interrumpes.

Le contestó su primo sin apartar su mirada embobada de la chica que tenía en frente.

Somos incompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora