Capítulo 44} Mi deseo es...

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Marratón 3/5

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Jussie caminó hacia la salida, pero la madre de Marcos se colocó frente a él. Lo estaba mirando llena de desilusión.

—¿Por qué? —dijo la mujer con la voz rota que de alguna manera le afectó. —¿Qué más tienes que quitarle a mi hijo? ¿Él no se merece nada bueno en la vida porque se lo arrebatarás?

—Rachel, créeme, no era mi intensión que esto ocurriera. Dejaré que su hijo se lo explique...lo siento.

Se apartó de la mujer para continuar su camino, pero no pudo avanzar mucho, Alan y su madre estaban allí de pie esperándole.

—Jussie...—por su expresión parecía lamentar la escena que había montado hacía unos minutos.

—Prometí que cuidaría de tu prima, y eso pienso hacer—le tranquilizó. Miró a su madre. —Usted debe de ser la tía de Madilyn, un placer—le tendió la mano con educación. La mujer se la estrechó, no dejaba de observarlo.

—Es en verdad bello—comentó.

—Mamá—le codeó su hijo sintiéndose avergonzado.

—Gracias. Si me disculpan iré a ver cómo está Madilyn.

Caminó hacia la salida, se subió a su auto y le llamó a Aron para preguntarle dónde estaban.

Puso el auto en marcha y condujo lo más rápido posible para alcanzarlos. No tardó mucho en localizarlos porque se habían detenido, ella le había pedido a Aron que se detuviera después de que éste le contara todo lo que había sucedido. Se quitó el velo, lo destrozó y lo tiró, quería hacer lo mismo con el vestido, pero Aron la detuvo.

—Tranquila, a mí me encanta cómo te queda—Madilyn lo miró absorta, pero enseguida sonrió, no pudo evitarlo.

—No entiendo por qué os molestáis tanto por mí, no soy ni tengo nada especial—se acercó a la acera y se sentó allí. El la alcanzó, pero no se sentó, no iba a mancharse el traje, al menos a él le importaba.

—Eres especial para nuestro amigo, eso es lo que importa. A demás, acabas de demostrarnos que no nos equivocamos contigo, ibas a casarte con ese desgraciado por Jussie, créeme, eres especial.

Enseguida se aparcó el auto de Jussie junto a ellos y éste de bajó de él de inmediato. Madilyn se puso en pie y se lazó a sus brazos, lo abrazó tan fuerte como pudo y él la correspondió.

—Perdóname por favor, no quería hacerte daño—sollozó ella sobre su hombro. Él le acarició la espalda tranquilizándola. La separó de él y tomó su rostro con sus manos.

—Solo tienes que prometerme que nunca más arriesgarás tu libertad y bienestar por mí, no quiero perderte.

—Yo tampoco quiero perderte a ti, así prométeme que todo esto se ha acabado.

—Te lo prometo, ya no volverán a interferirse en nuestra relación, pero dime, ¿él se atrevió a hacerte algo? Porque entonces esto no se habrá acabado. —ella negó con la cabeza.

—No, lo intentó, pero no. Por favor quiero que esto se acabe ya. —él la atrajo de nuevo a él pegando su cabeza contra su pecho.

—Está bien, se acabó. Me alegra que estés bien. —le dio un beso en la mejilla y se separó de ella tomándola de la mano—Vamos, tienes que quitarte esto que llevas puesto.

Caminaron hacia el auto, le abrió el asiento del copiloto ayudándola a subirse. Cerró la puerta y se acercó a Aron que los observaba con admiración.

Somos incompatiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora