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A la mañana siguiente, la horrible alarma de mi celular sonó a las 6:00 am. Mi bonito sueño con Ito se había quedado en mi almohada, mientras que yo, odiando la alarma, bajé a la cocina en medio de un bostezo.

-Buenos días- saludé a mis amigos tallando mis ojos perezosamente. Todos devolvieron el saludo, algunos aún medio dormidos. Todo el sueño que sentía se esfumó cuando la vi pasar, con sus auriculares puestos, bailando discretamente con suaves movimientos llenos de gracia. Estaba en su mundo, y no podía verse más perfecta.

Todos la saludamos, aunque respondió a todos en general; tal vez no me había visto. Mina le entregó su desayuno. Hice un pequeño puchero, yo quería servirle el desayuno.

-Buenos días, Peque- hablé un poco más alto para que me escuchara por encima de la música. Me miró con sus bonitos ojitos café chocolate brillando.

-¡Ohh! ¡Buenos días Kirishima!- se quitó los audífonos sonriendo. Qué mejor manera de despertar que viendo su hermosa sonrisa.

-¿Qué tal dormiste?- sonriendo, nos sentamos a tomar el desayuno juntos.

-Dormí bien, ¿y tú, qué tal dormiste?- me miraba atenta. 

-Me alegra escucharlo- sonreí un poco avergonzado -, yo dormí como un bebé- admití rascándome la nuca. Sonrió con ternura, como si lo que acababa de decirle le hubiera llegado al corazón.

-Awww, como el bebé que eres, Kiri- ¿Bebé? Me acarició las mejillas con cariño. Podía jurarlo ante cualquiera: sus caricias eran lo más hermoso. Me sonrojé por mi pensamiento, pero poco me importó, pues me dejé hacer por sus manos cerrando los ojos.

-Si esos cariñitos los recibe un bebé, entonces sí que lo soy- hablé con suavidad, sin abrir los ojos. De pronto escuché la voz de Kaminari:

-¡Eso! ¡Kirishima tiene novia!- dijo en tono burlón. Abrí los ojos de golpe, sonrojándome tanto como mi cabello; miré a Kaminari fijamente.

-Woah, amigo, cierra la boca- no era secreto que Ito y yo nos quisiéramos, pero nunca hicimos oficial nuestro noviazgo. Solté una risita nerviosa -Creo que nos atraparon, Peque- sonreí intentando reconfortarla. Noté que se puso un poco nerviosa.

-Eh, bueno, nunca fue oficial, pero, yo tu novia suena muy bonito, sólo digo- murmuraba sonrojada mientras jugaba con sus manos. Mina soltó algo parecido a un chillido emocionado antes de decir:

-¡Sólo mírenlos! Ito está toda sonrojada, toda chiquita, ¡Ay el amor!- cuando terminó de hablar, ella y Kaminari estallaron a carcajadas, mientras todos los demás sólo murmuraban algunas felicitaciones a nosotros. Agradecí con la mirada a mis amigos que se lo tomaron con calma, y entonces en mi mente se instaló la duda: ¿qué éramos Ito y yo?

-Es verdad, nunca lo hicimos oficial...- hablé en voz baja, pensando. Sonreí satisfecho -; bien, te prepararé algo genial, y lo haremos oficial, ¿sí? ¡Es lo que un verdadero hombre haría!- miré a Kaminari y a Ashido; sabía que no podría hacerlo solo -Creo que necesitaré su ayuda- sonreí aún sonrojado.

-Te ayudaremos como podamos- dijo Ashido, y Kaminari asintió con la cabeza, ambos sonriendo. Miré a Ito, que sonreía sonrojada mirando a todos.

-Y.. yo iré a cambiarme, nos vemos en un rato chicos- se acercó a mí, dejando un beso en mi mejilla y dejando los platos en la cocina antes de irse. Sonrojado, toqué donde me besó.

-Nos vemos en un rato, Peque- en el momento en que terminé de decirlo, mis amigos empezaron a molestarme.

-Quién lo diría, el pelo de mierda enamorado, qué ridículo- Bakugou habló con indiferencia. Lo miré con curiosidad, ¿el amor era ridículo?

Color negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora