Algunas horas después, Satomi y Reiko se habían quedado dormidos. Yo estaba sentado frente a la pantalla, esperando a que Ito apareciera en la habitación. No supe cuánto tiempo pasé observando la cama vacía; la ventana estaba abierta y las cortinas se agitaban suavemente con el viento. Ya era noche cerrada, había oscurecido por lo que pude ver en las sombras de la habitación.
Un rato más tarde, Ito entró a la habitación, vestida como si hubiera salido; se veía realmente hermosa, sus ojos volvían a brillar poco a poco, el cómo caminaba, y su sonrisa... Dios sabe cuánto me dolió verla sonreír así. Ella sonreía como solía hacerlo conmigo, después de una cita, después de que le regalase sus flores favoritas, después de una cena romántica. Se sentó en la silla que había junto a la ventana, y se mordió suavemente los labios. Y mientras su sonrisa crecía, mis ojos soltaban más y más lágrimas, sin querer quedarse ocultas por más tiempo.
No sabía que podía doler tanto, darme cuenta de que ya no importaba si salía de ese lugar o no, Tetsutetsu había conseguido lo que quería. Aparté la mirada, llevándola hasta mi amiga, que estaba recargada en la pared contraria a Reiko. Aún había rastros de lágrimas en sus mejillas; había vendado su mano, la mantenía cerrada en un puño sin mucha fuerza. Reiko era una historia aparte, lo había encadenado y sentado junto a la pared más apartada de la compuerta. Habíamos deducido que si el nomu no lo tenía cerca, las órdenes que el titiritero le diera no tendrían efecto. Acaricié las tijeras entre mis dedos, sintiendo el filo helado en las yemas. Suspiré con cansancio, pensando en cerrar los ojos y no volver a abrirlos.
-Mamá- escuchar la voz de Natsuki me hizo abrir los ojos rápidamente, mirando la pantalla con atención. -Mamá, ¿y papá?- siempre que la escuchaba hablar me maravillaba de lo bien que podía hilar las palabras y el sentido de las frases.
-¿Papá?- repitió mi... Repitió Ito, tomando a Natsuki en brazos. -Él ya no está, mi amor- acaricio sus rizos con amor. -Tu papá no vendrá por nosotras esta vez, él...- sentí un nudo en la garganta al verla a ella tomar aire para continuar. -Tu papá falleció, significa que no podremos verlo más, pero aún así está con nosotras- Natsuki no comprendía mucho aquellas palabras, pero sus ojitos se llenaron de lágrimas cuando Ito dijo "no vendrá por nosotras".
-¿Mamá?- escuchar a mi hija llorar por mí fue un dolor que jamás llegué a imaginar. -Papá, quiero a papá- con sus manitas se aferrabas a Ito, quién la abrazaba con fuerza, protegiéndola. Mi hija estaba sufriendo, ella no entendía el por qué su papá no volvería a jugar con ella, ni a decirle que la ama; no sabía por qué no volvería a verme, tenía un año y tres meses. Un año y tres meses, y yo la había abandonado. Era una mierda de padre.
-Mi bebita, tranquila- Ito acariciaba sus rizos. -Papá te ama, mi amor; él te amará siempre- besó su cabecita con suavidad.
-Papá...- pronto, el hipo por el llanto se hizo presente. -Papá...- lloré junto con ella, añorando abrazarla, consolarla, demostrarle que estaba bien, que seguía con vida, que jamás la dejaría sola de nuevo. Sabía que estaba condenado a esperar, y que ahora sin mi quirk era menos probable que lograra ganarle a Tetsutetsu, o peor aún, al nomu de Reiko. No sé cuánto tiempo estuve así, Natsuki se quedó dormida en los brazos de Ito, yo me quedé sentado frente a la pantalla, e Ito estaba en silencio, pero pude notar que era un silencio en los que se puede escuchar el sentimiento. Estaba enojada.
-No te tortures así- la voz somnolienta de Satomi me hizo apartar la mirada. -Ellas estarán bien, no corren peligro- suspiré, aunque no me moví de donde estaba. -Tetsutetsu las quería con él, ahora que estás fuera del mapa no tiene motivos para lastimarlas- se acercó lentamente y se sentó a mi lado.
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Color negro
FanfictionKirishima Eijirou, con sólo quince años encontró al amor de su vida: una estudiante de intercambio en la UA se convertiría en su motivo para vivir, y para ser un héroe inquebrantable.