Kev
―¿Un viaje? ―Kev olvidó la botella de vino sobre la isleta y se giró para mirar a William, quien permanecía recostado sobre el sofá. Cualquiera diría que él no encajaba con la cubierta en tono pastel que tenía el mueble, ni siquiera porque estuviera desalineado, sin saco y corbata, sin embargo, no fue eso lo que la hizo desviar sus pensamientos.
Creyó que su atención estaría puesta en la pantalla del televisor, no fue así, sus ojos la observaban fijamente. No era una mirada ordinaria, ni una que le resultara extraña, desde luego que era consciente de la intensidad de sus miradas.
Se encontró reflexionando sobre lo relajada que era su vestimenta ese día. Sus pantalones cortos y su blusa de tirantes, pero, sobre todo, la falta de sostén.
No le incomodaba que la mirara de ese modo, todo lo contrario, quería que dejara de dedicarle únicamente miradas intencionadas o insinuantes, deseaba que pasara a un poco más de acción.
―Si ―respondió sin dejar de verla, ni mostrarse preocupado por ser descubierto.
Habían trascurrido dos semanas desde que se presentara la situación familiar, debido a la cual desapareció por 3 días y de la que no indagó más allá de lo que su mejor amiga compartió. Desde luego que se preocupó y que claro que deseó saber los detalles que lo hicieron no contactarla, pero entendía que su relación no involucraba ese nivel de confidencialidad. De algún modo después de ese evento, su rutina volvió a lo acostumbrado. Él apareciendo para cenar juntos o quedarse a dormir. Eso estaba bien, a ella le gustaba tenerlo en su piso y también en su cama.
¿El problema?
No habían vuelto a tocarse de un modo más íntimo y eso la estaba volviendo loca. Por supuesto que se besaban, abrazaban y dormían juntos, pero todo era meramente "inocente". Estuvo bien con eso al principio, pero no ver avances la hacía preguntarse qué pasaba o si realmente él no esperaba algo más.
No estaba obsesionada con el sexo, pero él la desconcertaba con su despreocupada forma de actuar.
―Pensé que estarías más ocupado. ―La anterior semana él parecía demasiado cansado, prácticamente comía un poco y luego dormía.
Recordó sus comentarios sobre el viaje de negocios que su hermano debía de hacer. Aunque no dio una fecha en concreto, suponía que sería en los próximos días. Se preguntó si Heize sabría al respecto... Descartó tal pensamiento, desde luego que ella tenía que saberlo, ellos parecían más unidos que nunca.
Temió un poco tras saber que ambos estarían disputando ser el presidente de su empresa, pero su mejor amiga parecía demasiado tranquila. Desde luego que ella no se dejaría vender y tampoco renunciaría, era demasiado terca e inteligente. Cosa que era buena, no sería fácil cuando todos lo supieran.
No especialmente la persona que la acompañaba en ese momento. Seguía insistiendo en que debía moderar su carácter y manera de ser, pero él parecía escuchar lo contrario.
―Lo estaré, justamente por eso quiero aprovechar este fin de semana para que salgamos. ―Él se incorporó acercándose hasta donde se encontraba―. Será un viaje corto y no tienes que preocuparte por paparazis.
Quiso señalar que era él quien temía por los reporteros, pero no lo hizo. No era su culpa y si estaba preocupado debía tener sus motivos.
―No me has preguntado si tengo planes ―dijo solo por molestarlo, desde luego que no los tenía y cerrar la librería por un par de días no haría una diferencia en sus finanzas.