"Encuentros"

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Nerviosa, si, esa era la palabra que dominaba mi cuerpo en estos momentos. Me encontraba en la entrada del colegio, miraba al piso constantemente con cada paso que daba, todo por miedo a tropezar con cualquier cosa que estuviera o no en mi camino.

Fue fácil encontrar el área donde se hallaba mi aula, ya que todos los cursos estaban ordenados por sección. Mis piernas flaqueaban mientras me acercaba, no había casi nadie en los pasillos ya que según la hora que marcaba mi viejo reloj era tarde, exactamente a tres minutos de que sonara la campana. Tome la precaución de irme sobre hora para evitar el mayor contacto posible con mis ansiosos compañeros, todos sabían que estaría presente porque mamá no pudo aguantar la tentación de llamar a Gaby para pedirle un poco de ayuda moral.

Sonó la campana y apresure mi paso hasta tener que trotar. Iba a dar vuelta a la izquierda cuando sin querer tropecé con alguien, haciendo que cayéramos los dos en lados contrarios.

— Fíjate por dónde vas idiota— contesto una voz gruesa y melodiosa mientras me incorporaba.

— Me disculpare, no tienes por qué ser tan mal educado— respondí a la defensiva, parecía que este tipo no tenia educación.

—Lo sería si no fueras tan torpe, niña— contraatacó, levantó sus cosas y al verme se quedó con la boca abierta de sorpresa.

—Para empezar, tengo diecisiete años, lo cual me convierte en adolescente, segundo, me faltan dos años para entrar a la universidad y tercero, deberías cerrar la boca si no quieres que la baba se te caiga, baboso— ¡Jah! Quería ver como respondía a eso.

—Sorprendente Ritania, has hablado sin balbucear, así que baboso... Una adolescente como tú no debería hablar así, no vaya a ser que te castiguen tus padres por mal educada— la burla estaba presente en sus grandes ojos color gris. La ira me invadió, por lo que no me detuve siquiera a pensar cuando lo dije.

— ¿Y tu cómo me conoces?— La comisura de su labio formó media sonrisa.

—Cómo no iba a conocerte, llevo exactamente cinco años siendo tu compañero de clases—soltó una risa de burla, ahora no era solo un baboso sino un payaso, vio mi gesto de exasperación, se puso serio y preguntó— Oh, espera, ¿Es cierto lo de tu accidente?

— ¿Crees que estaría preguntándote si fuera lo contrario? ¿Eres tonto de nacimiento o te haces?— Este tipo era totalmente un idiota.

—Lo siento es solo que creí que era broma, ya sabes a veces exageran sobre ciertas cosas—Soltó una risa.

— ¿Te parece gracioso? Mira no sé quién rayos eres pero tengo que entrar al aula, y si no te molesta salir de mi camino estoy apurada, por si no lo notaste es tarde.

— ¿Salir de tu camino? Por si no lo recuerdas acabas de chocar conmigo, señorita distracción, además la señora Kennet no llego, así que puedes entrar tranquila. Por cierto me llamo Dante Renegan, mucho gusto—Me tendió la mano con una sonrisa, seguidamente estreche la suya con recelo, al hacerlo un flash turbo mi mente—Bienvenida al colegio Max Robinson.

Cuando entre, toda el aula me miro, bueno excepto un pequeño grupo de chicos, quienes no trataron de mostrar afectividad, es más, sus expresiones eran de enojo ante mi presencia, seguramente yo no pertenecía a ese grupo, contrarrestando eso, otro grupo me envolvió en una acogedora bienvenida, algunos me dieron una caja de chocolates y otros tarjetas con hermosos diseños, sinceramente me sentía bien porque sentía que formaba parte de ellos.

—En este magnífico día, agradezco a Dios por mantener viva a esta pequeña despistada ¿Qué sería de mi si no estuviera ella?¿Qué sería del mundo de Gaby Thompson si no tuviera quien me pague el recreo, me diera su hombro para limpiarme, aguantara mis bipolaridades, me diera los golpes que merezco, recargara mi celular con crédito, prestara su tarea y me ayudara en los copies de los exámenes?— Wow que apoyo moral, si llegara a ser actriz seguro le darían un Oscar y eso que eso no era actuación, sino completa exageración— Por eso les pido un aplauso, y te diré querida Rita, "Bienvenida al grupo de los exasperantes"— ni bien terminó, una salva de aplausos y silbidos estalló, ahora que lo pienso, Dante no mentía con respecto a la exageración—¡Epa! Yo dije un aplauso, no un estallido—Reclamó con gesto dramático.

—Bien, ahora que Gaby hizo tan despampanante bienvenida, les pediré a todos que tomen sus respectivos asientos, para darles un anuncio importante— Supuse que era la profesora Kennet, hicieron lo que les pidió y continuó— Ritania como he de dudar que no sabes donde es tu lugar, te diré que es acá—no me había percatado que aun estaba parada, inmediatamente me dirigí a donde había señalado y me senté, ella prosiguió—Como verán ustedes, hace un mes partió una alumna de este salón por motivos personales y dejo una vacante. Ahora esa vacante será ocupada por un nuevo alumno, espero que sean amables y buenos con él—El salón se lleno de murmullos cargados de emoción— Déjenme presentarles a Eliot Lewis, puedes pasar—Anunció en un tono más alto para que él pudiese entrar al salón.

Tenía un aspecto desgarbado, y era firme al caminar. Tenía el cabello color miel, unos grandes ojos cafés, una sonrisa encantadora cruzaba su rostro casi simétrico, largas pestañas y pobladas cejas, también era alto y de tez color crema. A simple vista parecía una persona segura de sí misma, pero con un toque tímido. Me di cuenta en el instante que todas la chicas estábamos mirándolo con la cara de atontadas, mientras que los chicos lo miraban con cierta envidia. Al pasar la vista por el curso encontré a Dante mirándome atentamente, cuando pose mis ojos en los suyos, el los desvió inmediatamente al chico nuevo, acto seguido lo hice yo, seguro estaba celoso como los demás.

—Bien, como solo queda un asiento libre, te sentaras con Ritania— Señaló hacia mi lugar. ¿Qué? Mire a mi lado y era cierto ¡Rayos! ¿Cómo no me di cuenta? Volví la vista hacia Eliot y me encontré con unos ojos llenos de curiosidad observándome con cierto detenimiento, baje la vista ruborizándome, pude escuchar a mi lado que alguien hacía pucheros por la decisión, supuse que era el pequeño grupo de los insatisfechos, Eliot se acerco a la silla de al lado, la retiro y tomo asiento— Espero como siempre, que este año sea muy bueno académicamente, tanto para ustedes como para mi, cualquier duda que, tengan por favor pregunten...—Continuó, pero ya no le podía prestar la atención, estaba absorta en mis pensamientos, todos dirigidos a mi lado derecho. Algo bueno, es que ambos éramos algo así como alumnos nuevos, no tendría que sentirme mal por no poderle ayudar a conocer el colegio o cosas por el estilo, es mas tal vez pudiéramos aprenderlas juntos... ¡No! Espera, saca de tus pensamientos esa idea Ritania, no se supone que debas pensar así, ahora mantén la concentración en tus asuntos— Y Ritania, Eliot, bienvenidos...—finalizó, volví la mirada a Eliot con una sonrisa que él seguidamente me devolvió. Ahora mi corazón corría sin parar y no tenía ni idea de cuándo se iba a detener...

"Ella debe morir... debe pagar lo que hizo, no permitiré que gane otra vez"


EfervescenciaWhere stories live. Discover now