"El conejo blanco dio pequeños saltitos hasta llegar a su dueño, el sujeto de antifaz negro.
— ¡Ya es tarde! Despierta dulce princesa, no querrás llegar tarde al baile ¿O sí?—Dijo él, tomándome en vilo caminó por los pasillos del laberinto y el conejo iba detrás de nosotros..."
—Rita por favor despierta—Habló una voz preocupada, sentía que estaba flotando y por supuesto, lo estaba. Cuando estuve más consciente me di cuenta de que no estaba del todo soñando— ¡Oh! ¡Gracias a Dios! ¿Estás bien? ¿Tienes idea del susto que me llevé esta noche Rita?— Dante me regañó, pero su voz sonaba aliviada, él aún llevaba puesto su antifaz.
—Lo siento— lo único que podía hacer era disculparme.
—No importa, solo por favor no lo hagas de nuevo. Cuando pregunté si te habían visto y todos respondían que no, creí que ese maldito gnomo te había raptado. Fue cuando una chica me dijo que te vio dirigiéndote para este lado que vine corriendo para acá.
— ¿Y cómo me encontraste?—Sonrió.
—No le digas a nadie lo que te contaré. Cuando entré al colegio sentía curiosidad por este lugar. Me perdí muchas veces hasta encontrar la salida. Cuando lo hice, me sabía el mapa completo. No me costó encontrarte porque justo estabas en el corazón de este laberinto. Puedes explicarme ¿Por qué decidiste venir sin conocer el camino y peor aún, de noche?
—No le diré a nadie tenlo por seguro. Es que yo... no te rías ni pienses que estoy loca, bueno tal vez si lo estoy, pero... encontré un conejo blanco—Abrió los ojos como platos y la comisura de su labio se elevó, reprimiendo una risa—Es en serio, estaba de ida al coliseo cuando vi una cosa blanca en los arbustos de afuera, quise tomarlo pero se escabulló pasando la entrada. Nunca había estado en este laberinto, no que yo lo recuerde, así que me dio curiosidad, tenía memorizada el camino cuando apareció de nuevo el conejo, lo volví a seguir hasta tomarlo, entonces me di cuenta de que estaba perdida. Camine y di varias vueltas hasta que encontré la fuente. Entonces no sé que me pasó, empecé a recordar cosas, me dolía la cabeza y me desmayé.
—Así que un conejo blanco... ¿Qué paso con él? ¿Se fue al país de las maravillas con Alicia?—Soltó una carcajada.
—No te burles—le di un suave golpe en el pecho sonriendo—Se fue con Alicio—Dejó de reír y frunció el seño.
— ¿Había alguien más contigo?
—No estoy segura, tenía un dolor de cabeza espantoso, lo último que recuerdo es que el conejo se fue con un tipo de antifaz negro, antes de desmayarme claro—Dante estaba serio—Lo más probable es que haya sido mi imaginación, no te preocupes. Esto... creo que puedo caminar—Le dije cuando me di cuenta de que aún me seguía cargando, debía de ser muy fuerte porque yo no tenía peso de pluma, unos brazos muy fuertes...
— ¿Estás segura?—preguntó mientras me depositaba en el suelo y me sacaba de mis pensamientos.
—Sí. Muchas gracias por rescatarme, no sé qué sería de mí si aun me encontrara en ese lugar y bueno... en serio lo siento, creo que lo arruiné— Me sentía mal por ello, le había hecho pasar un mal rato a él y no sabía cómo arreglarlo.
— ¡Hey vamos! No digas eso— Se detuvo frente a mí y continuó— Lo que me importa verdaderamente es que estés a salvo, que seas feliz—Mi corazón corrió frenéticamente ante sus palabras, miró directamente hacia mis ojos y sonrió con diversión— ¿Qué te parece si vamos a disfrutar de esta noche encantada?— Se inclinó poniendo una de sus manos para que la tomara, lo hice sin pensarlo, con él me sentía extrañamente segura, me sentía diferente...

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Efervescencia
Novela JuvenilEsta prohibido todo intento de plagio. Registrado en Safe Creative. Copyright © Identificador: 1504013755401 Todos los derechos reservados. Dale estrellita su te gustó. -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- Ritania Vernabel, una chica con una vida norm...