Desde que había despertado sentía que mi vida se estaba convirtiendo en algo que ya había vivido antes, desde que vi por primera vez a mi mama en el hospital, hasta la bienvenida preparada por mis amigos. Me habían dado de alta porque creían que mi condición era mejor, solo tenía una venda en el brazo y una en la pierna, los hematomas estaban empezando a desaparecer, era cuestión de días para que me recuperara por completo, la única condición que me habían puesto fue la de no hacer mucho esfuerzo y descansara, acepte sin rechistar solo porque me dejaran salir, no me gustaban los hospitales.
Como la vez en que salí del hospital Gaby y Alexa me recibieron con los brazos abiertos y unas cuantas jaladas de orejas por ser una rebelde sin experiencia, esta vez me quede en la sala a compartir con ellos y disfrutar los pequeños placeres de la vida. Busque con la mirada a Dante, pero no lo encontré en la reunión, sentía como si mi corazón estuviera a punto de explotar, necesitaba hablar con él intente prestar mucha atención para concentrarme en lo que decían, mi cuerpo estaba en la sala y mi mente estaba en quién sabe qué lugar.
Cuando hubo terminado la reunión le dije a mamá que iría a dormir. Una vez en mi cuarto me puse a dar vueltas de un lado a otro, me sentía disgustada, ansiosa, nerviosa, triste y confundida, tenía ganas de ir a casa de Dante y obligarle a hablar conmigo, pero no podía hacer eso, ya era tarde. Suspire ¿Por qué lo hacía todo más complicado de lo que era? Abrí la ventana para que entrase el viento fresco de la noche, al hacerlo pude ver una silueta en el patio trasero, mi corazón se aceleró pensando que tal vez podía ser Dante, fui a apagar las luces y desde la oscuridad averiguar si lo que pensaba era cierto, con solo ver que estaba echado debajo del roble que dividía nuestras casas baje sin dudarlo. Salí con cuidado de que mamá no me escuchara, fui de puntillas para no hacer ruido y así evitar que Dante escapara.
―Hola ―el no haberme visto bien hizo que se sobresaltara.
―Demonios Ritania, causaras que me dé un ataque. ¿Qué haces afuera? Deberías estar descansando ―dijo, no estaba serio ni enojado, sino mas bien con un poco reacio a seguir con la conversación, esquivandome.
―Lo siento, no era mi intención, salí fuera porque me faltaba un poco el aire, quería despejar un poco mi mente. ¿Te importa si me siento contigo?
―Adelante, aunque creo que deberías haber traído una chaqueta, está fresco ―se sacó la suya y me la paso―. Ten, no quiero que te enfermes y te de gripe o resfriado ―la tome y me la puse―. Y... ¿Cómo estás?
―Mejor, los doctores dijeron que en unos cuantos días sanaría por completo.
―Me refiero a tu estado mental o sentimental, no sé... ¿Cómo te sientes?
―Pues... He estado en peores condiciones ―diablos, no debí haber dicho eso después de lo que habíamos vivido―. Lo estoy llevando bien ―me apresure a contestar, pero luego me rendí― Dante, necesito decirte muchas cosas, no sabes cómo me he sentido después de saber que me equivoque contigo, te dije un montón de cosas que no merecías, lo lamento tanto ―no me importaba decirle cómo me sentía, necesitaba liberarme―, lamento haber dicho que eras un mujeriego, que querías mi dinero, que te cogías a mis amigas, que eras una maleducado, un inmaduro y un montón de cosas más, fui muy tonta, lo siento si te lastime, tú fuiste sincero, amable, bueno y un montón de cosas más conmigo y yo no he hecho nada más que lastimarte... Y gracias, te agradezco de corazón todo lo que has hecho por mí, por salvarme y ayudarme cuando lo necesitaba, y no solo con Eliot... sino también por las otras veces...
―Yo lamento lo que te hice pasar a ti, si desde un principio te hubiera dado a conocer lo que sentía, nada de esto hubiese pasado, no tienes que disculparte conmigo ni darme las gracias, yo solo hice lo que hace un hombre enamorado hace por la mujer que ama ―tomo delicadamente mi mano entre las suyas― Ritania, tú fuiste la que me sacó de ese trance, tú me salvaste a mí de ser un asesino, tus palabras viajaron hasta el fondo de mi conciencia para avisarme que estabas en peligro y necesitabas mi ayuda, más bien llegue a tiempo, no tienes idea de lo que sentí cuando pensé que habías muerto, jamás me lo hubiera perdonado si hubiese sido así, gracias a Dios estas aquí a mi lado ―depositó un beso en mi mano―. Ritania no se qué sería yo sin ti, no poder verte sonreír como lo haces, enfurruñarte por pequeñas cosas, saltar de un lado a otro cuando estas nerviosa, mirar con ternura a tus seres queridos, esa chispa de intuición que tienes cuando intentas averiguar algo... Eres fantástica, eres tú, no quisiera cometer el mismo error dos veces así que... ―se sentó de rodillas frente a mí, mi corazón estaba a mil por hora― Ritania, no te puedo prometer un felices para siempre, ni te puedo regalar la luna y las estrellas, lo que puedo prometerte es dar lo mejor de mí para que seas feliz, habrá días difíciles, y no sé si estaremos juntos hasta que la muerte nos separe, pero haré que el tiempo que estemos juntos sean los mejores para ambos, no sé si soy el indicado, pero quiero intentar serlo por ti, no soy perfecto intentaré serlo para ti, porque tu mereces lo mejor de del mundo y yo quiero estar en el tuyo, te diría te amo, pero mi concepto va mas allá de una simple palabra, lo que siento por ti es tan indescriptible que no encuentro las palabras. Así que Ritania ¿Me harías el honor de ser mi novia?
―Si, por supuesto que sí ―él sonrió y llevo mi mano a sus labios para depositar otro beso, podría jurar que era la mujer más feliz del planeta, querer a alguien y ser correspondido por ese alguien era lo mejor que podía pasarle a uno. El no sabía lo que nos deparaba y no había hecho promesas que no podía cumplir, eso me había llenado de una seguridad que nunca antes había sentido, teníamos mucho por descubrir, después de lo que nos había pasado lo demás parecía ser más fácil.
―Efervescencia ―dijo el antes de depositar un beso en mis labios, sabiendo que se refería nuestra pérdida de memoria pensé; "Efervescencia", nuestros recuerdos habían sido guardados, solo falto un movimiento para que salieran a flote y sintiéramos todo una vez más; luego le devolví el beso como primer capítulo de nuestra nueva historia.
FIN
YOU ARE READING
Efervescencia
Teen FictionEsta prohibido todo intento de plagio. Registrado en Safe Creative. Copyright © Identificador: 1504013755401 Todos los derechos reservados. Dale estrellita su te gustó. -*-*-*-*-*-*-*-*-*-*- Ritania Vernabel, una chica con una vida norm...