Un caballero misterioso, - ¡Me envían a la escuela!

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Bien, así están las cosas entonces. No sabía cómo había pasado esto, ni por qué. Solo estaba seguro de una cosa: los dioses me habían dado una nueva oportunidad. Esto no era algo que pasara todos los días, seguramente no habría otra. Así que esta vez tenía que esforzarme al máximo, dar lo mejor de mí. 

Con eso en mente me fijé mi primer objetivo: aprender magia. 

La magia era lo más genial del mundo. Podías hacer lo que sea con magia. En este nuevo mundo quería convertirme en un gran mago, el más fuerte de todos. Para eso se necesitaba práctica y dedicación. 

Ah, por cierto, ya he cumplido los cinco años. La mujer que me alimentaba abandonó la granja luego de que me destetaran. He de decir que se veía contenta de dejar este lugar. Al principio no entendía por qué, pero luego lo comprendí. Mi mamá y mi papá no eran personas muy amistosas que digamos.

El viejo se llamaba Edgar, y la vieja Martha. Dos nombres horribles, si me lo preguntan. Pero el mío no (gracias a Dios). Mi nombre en este mundo era genial. Me habían llamado Lucio. ¡Increíble! ¿Verdad? 

En fin, Edgar y Martha eran seres extraños. Lo único que hacían era trabajar en la granja y dirigir miradas hoscas a cualquiera que se acercara a la propiedad. No me caían simpáticos, pero eran mis padres, así que no había nada que pudiera hacer al respecto. No me prestaban mucha atención, a decir verdad. Pero no me importaba. Podía tener 5 años, pero en mi otra vida había llegado a cumplir 30 años.

Hablando de eso, un dato que tal vez les parecerá importante: conservo todos mis recuerdos de mi vida pasada. Eso significa que tengo un plus de 30 años de experiencia a mi favor que los demás chicos de mi edad no poseen ni se imaginan. Sin embargo, y como pude comprobar con el tiempo, mi cerebro no dejaba de ser el de un niño de mi edad, es decir, 5 años. Eso significaba que yo quería jugar con los demás niños y que no me gustaba comer mis vegetales. Pero mi experiencia acumulada de mi vida pasada me permitía reaccionar de forma distinta en algunas ocasiones. Era como una especie de niño sabio superdotado. 

Volviendo a lo que nos compete, yo quería aprender magia. Lo primero que hice fue acercarme a Edgar, pero aquel viejo gruñón me gritó y me dijo que dejara de holgazanear y me pusiera a trabajar. 

Entonces fui con Martha. Ella sabía usar magia, por lo que había visto, así que solo necesitaba que me diera algunos consejos con los que poder empezar a practicar. Un pequeño empujoncito en la dirección correcta. Pero tampoco tuve suerte. Estaba muy ocupada, y en sus palabras: "yo no se usar magia, solo conozco lo básico, uno o dos hechizos. Además soy vieja, y tengo poco maná, por lo que no puedo usarlos sin agotarme para el resto del día". Aquello explicaba el por qué nunca veía a Edgar o Martha usando magia en la granja para alivianar las tareas del hogar. 

Muy bien. Entonces, si no podían enseñarme, debería aprender por mi cuenta. Seguramente habría libros de texto o algo así que enseñaran a usar magia. Entonces surgía un nuevo problema, y es que yo no sabía leer. Había aprendido el idioma, por lo que ahora podía comunicarme, pero aún no sabía leer las extrañas letras que componían aquella lengua. Ni Edgar ni Martha sabían leer tampoco, lo cual me ponía en un aprieto.

Me moría de ganas de comenzar a aprender y practicar mi magia, según había deducido por las palabras de mis progenitores cualquiera con una buena cantidad de maná en su interior podía hacer magia. El maná era una fuerza que podía encontrarse en muchos sitios, como por ejemplo dentro de cualquier ser vivo, y que podía ser moldeada para producir cambios en el entorno, o en otras palabras, ¡Magia!

Mientras me devanaba los sesos en busca de una solución, un día un caballero llegó a la puerta de casa. 

Supuse que era un caballero porque tenía un caballo e iba vestido de pies a cabeza con una deslumbrante armadura plateada. También llevaba una afilada espada al cinto. En ese momento yo estaba dentro ayudando a limpiar a Martha, y Edgar se encontraba fuera alimentando a las gallinas. 

REINCARNATED Isekai (Saga Diarios de Sol y Sombras I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora