La Ciudad de Ruon

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Llegar a Ruon nos tomó aproximadamente veinticinco días desde que salimos del pueblo en el Reino de Ramena. El viaje normalmente toma unos diez días, pero si contamos las paradas realizadas para combatir monstruos, el problema de los barriles de vino (a lo cual se sumaba que cuando se acabó el alcohol tuvimos que desviarnos al pueblo más cercano para conseguir más) y la enorme afluencia de personas que se dirigían hacia Ruon me sorprende que no tardáramos más. 

Pero no fue tiempo perdido. Cada mínima oportunidad fue aprovechada para entrenar. Ruma y yo nos enfrentábamos a Runel todas las noche, y aunque me molestaba seguir siendo un estorbo, ya casi no recibía piedrazos y notaba una enorme mejoría en mis habilidades con la espada. En menos de un mes, según Runel, ya había alcanzado el rango Intermedio. 

Sin embargo, continuábamos sin poder asestarle un solo golpe. La diferencia entre un rango Santo y los rangos menores era realmente enorme. 

Al acercarnos a Ruon el camino comenzó a discurrir junto a la rivera de un enorme río, conocido como el Gran Río de la Espada. Según Martin recibía este nombre por su forma, y era tan largo que nacía en la Cordillera del Escudo del Sol y atravesaba todo el reino de Asharia, Deria y Ramena antes de desembocar en el mar. 

También pude notar que la riqueza del lugar no dejaba de aumentar a medida que te acercabas a Ruon. Enormes mansiones solariegas, muchas de las cuales no se molestaban en ocultar su pasado como fortalezas, se alzaban a ambos lados del río. Incluso pudimos ver algunos castillos, por lo general ubicados en lo alto de una loma o colina. Los campos de los alrededores eran trabajados por cientos de campesinos que muchas veces se acercaban al camino para negociar con los comerciantes que pasaban por allí. Era una situación divertida, puesto que estos siempre creían que podrían obtener un mejor precio en la ciudad y los campesinos aseguraban con firmeza que nadie les pagaría mejor que su señor. 

Había además muchos soldados. Se supone que patrullaban el camino para asegurarse de que no hubiera problemas ni altercados, pero en muchas ocasiones eran ellos la causa de dichos altercados. Se alojaban en una posada cercana, e iban y venían a caballo, mirando con desagrado la larga columna de gente y pidiendo sobornos cada vez que creían que la situación era oportuna. 

Un día, un pobre comerciante de poca monta se negó a pagarles y le decomisaron toda la mercadería bajo sospechosos argumentos y citaciones de extraños decretos reales. Quise intervenir, pero Traia no me lo permitió. Dijo que no era buena idea meterse en problemas o nos negarían la entrada a la ciudad, y tanto ella como los demás miembros de los Zorros Rojos tenían asuntos pendientes allí. Tuve que morderme la lengua y manejar mi frustración, ya que no quería causarle problemas a mis compañeros. 

Cuando estuvimos a unos cuarenta kilómetros de la ciudad, el camino se ensanchó aún más, pero el tráfico no se redujo. Ahora los roces entre comerciantes se daban más seguido. Choques de carretas, empujones, riñas comenzadas por los motivos más absurdos. Como siempre, nadie se metió con nosotros. Supongo que gracias a Runel, pero todos aquellos contratiempos contribuían a retrasar nuestra marcha. No podíamos salirnos del camino, ya que los campos empezaban apenas a tres metros de este y con ellos los cultivos. Según averigüé, había una multa para cualquiera que se atreviese a poner en peligro la cosecha. Supongo que las leyes de este mundo estaban pensadas para proteger a los señores y sus posesiones (no crean que la cosecha era de los pobres campesinos que labraban la tierra. Estos eran siervos de su señor, y por tanto le pertenecían). Por el otro lado estaba la bajada hacia el río, la cual era escarpada y llena de rocas. Esto ponía en peligro a los caballos, que ya de por sí llevaban bastante peso.

Así que no nos quedó otra que continuar aquella penosa marcha. Cuando estábamos a unos ocho kilómetro y ya se veían las altas murallas el tráfico se detuvo por completo.

REINCARNATED Isekai (Saga Diarios de Sol y Sombras I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora