El Coliseo

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Estábamos en las gradas más altas, reservadas para la plebe y las clases más bajas. En las gradas del medio se ubicaban los burgueses y comerciantes de cierto nivel, y luego, en las tribunas principales, las más cercanas al campo, estaban los nobles del reino. El Rey tenía un palco privado en la mejor ubicación, en medio de la tribuna de los nobles. Ese día no estaba presente, pero si lo estaba la reina, aunque desde nuestra posición no alcanzábamos a verla bien. 

Debajo, en el campo, diez esclavos armados apenas con espadas oxidadas y sin filo se enfrentaban a dos enormes lobos de las sombras. El campo entero estaba cubierto por un hechizo que impedía que nadie pudiera salir a menos que se lo permitieran. Como la reina estaba presente aquel día, era ella quien decidía si un esclavo había hecho mérito suficiente para salir con vida del campo de batalla. 

Según el heraldo del coliseo, los esclavos que superaran la prueba tenían derecho a esta posibilidad. Pero podían pasar muchas cosas, dependiendo del humor de los nobles presentes y de la reina. Si los esclavos no eran del agrado de esta, por más que derrotaran a los lobos enviarían más hordas de monstruos hasta que muriesen. Si, en cambio, la reina estaba de buen humor, podían dejarlos salir y pasar directamente al siguiente espectáculo. Hasta incluso podían ser comprados por alguno de los nobles presentes si demostraban habilidades excepcionales. 

No eran tratados como humanos, eran simples mercancías. Si alguno de aquellos nobles quería comprarlos, solo tenía que pagar la suma adecuada y el dueño del esclavo le transferiría el contrato mágico que los unía. Un contrato mágico era un pacto que hacían mediante un círculo mágico, que era una forma de magia que consistía en crear poderosos círculos con antiguas runas para un fin determinado. Las runas estipulaban los términos del contrato y la magia que se les impregnaba se encargaba de hacer que estos se cumplan. El esclavo no podía resistirse ni rebelarse, porque incumplir el pacto mágico significaba una muerte dolorosa promovida por el círculo, el cual quedaba gravado en su piel. Era un círculo pequeño, como un tatuaje, y por lo general se lo grababan en un costado de la cara para que fuera bien visible.

Yo miraba todo aquello con desagrado. La fuerte impresión que me había generado la visión del cuerpo del predicador colgando del muro exterior aún prevalecía en mis recuerdos. La imagen se había quedado grabada en mis párpados. Cerraba los ojos y era como si pudiera verlo con total claridad. La responsable de aquello, según Martin, probablemente hubiese sido la Santa Inquisición.

La Santa Inquisición era una institución que formaba parte de la Santa Iglesia y era la encargada de acabar con la herejía. Eran sanguinarios, violentos, estaban dispuestos a todo con tal de resguardar el poder de la Iglesia. Estaban bajo el control directo del Santo Padre, el Cardenal Supremo. Pero había rumores de que no estaban muy contentos con la postura de este frente a la raza demoníaca, y se decía que tenían un estrecho contacto secreto con los miembros de la facción más conservadora. 

Los diez esclavos murieron devorados por los lobos y las puertas del coliseo se abrieron para dejar paso a dos guerreros más experimentados. Gladiadores. Eran los más fuertes. La mayoría eran esclavos entrenados para brindar un mayor entretenimiento al público. Otros eran gente con una posición social un poco más alta que arriesgaba su vida en el coliseo para obtener fama y fortuna al buscar la posibilidad de ser contratado bajo el servicio de algún gran señor. Luchaban contra monstruos fuertes, contra condenados a muerte o a veces incluso entre ellos. Las luchas eran combates a muerte, sin excepción. 

Los gladiadores derrotaron fácilmente a los lobos y entonces vino el siguiente entretenimiento: los gladiadores contra cuatro esclavos enormes de la raza bestia acusados de intentar asesinar a su amo. Los gladiadores murieron a manos de los esclavos de la raza bestia, que eran diestros en el manejo de las armas. Daba la impresión de que eran antiguos guerreros capturados en batalla y convertidos luego en esclavos.

REINCARNATED Isekai (Saga Diarios de Sol y Sombras I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora