La senda roja

25 3 7
                                    

—Es extraño, no siento nada de mana en ti.

Runel me examinaba de cerca. El sol ya se estaba ocultando y la marcha había sido dada por concluida aquel día. Lo que significaba una cosa: era hora de entrenar.

Le había pedido a Ruma que me entrenara, pero ella había dicho que no podía descuidar su propio entrenamiento, por lo que le pediría a Runel que nos entrenase a los dos.

—¿Usas algún método para esconder tu poder? —me preguntó.

—No, siempre fue así. Desde que nací.

—Pero no hay duda de que tiene poder mágico, y uno muy grande —dijo Ruma.

—Ruma dijo que la raza bestia podía oler el mana —dije.

—Es cierto que nuestro sentido del olfato es más agudo y puede detectar el mana —explicó Runel—. Pero aunque me esfuerzo, me resulta difícil encontrarlo en ti. Como si lo estuvieras ocultando.

—Quizás sea una habilidad adquirida de nacimiento —dijo Traia—. Es posible. Algunas personas poseen talentos excepcionales que les fueron dados al nacer por los dioses. 

—Yo puedo olerlo muy bien —dijo Ruma—, quizás Runel se está volviendo viejo.

Runel le dirigió una mirada sombría, pero Ruma ni siquiera lo notó.

—¿Y tú, Traia? —dijo a su hermana.

—Sabes perfectamente que mis sentidos no son tan buenos como los de la mayoría de la raza bestia. Aún así, siguen siendo mejores que los de un humano, y al igual que Runel me cuesta sentir mana en él.

—Si puedes usar magia de fortalecimiento, eso no importa —dijo Runel al fin—. Incluso diría que es ventajoso. El enemigo creerá que eres débil y bajará la guardia. Empecemos con el entrenamiento de hoy.

Runel había accedido a entrenarme en la senda roja igual que a Ruma. Según me explicó, existían nueve estilos principales de lucha cuerpo a cuerpo. La mayoría eran con espadas. El estilo Bestia se dividía en los dos que yo ya conocía. Dominar ambos estilos, diametralmente opuestos, no era nada sencillo. 

Para dominar el estilo Bestia Agresiva se necesitaba mucho control de mana, ya que este estilo se basaba en la concentración de mana rojo para ejecutar golpes contundentes. Para el estilo Bestia del Filo Preciso se necesitaba un control similar, pero en este caso se usaba magia de fortalecimiento para elevar la velocidad al máximo, por lo que había que saber distribuirlo en lugar de concentrarlo. En ambos casos era importante, como para cualquier guerrero que quisiera transitar la senda roja, entrenar el cuerpo al límite. 

Con esto en mente, Runel nos tuvo una hora realizando ejercicios tales como sprints, circuitos con distintos obstáculos, abdominales, flexiones, y otros ejercicios físicos. Todo debíamos hacerlo con la espada en la mano para acostumbrarnos a su peso, y mientras él nos arrojaba piedras de improviso. Como yo no tenía espada, Ruma, que tenía dos, me prestó una de las suyas hasta que pudiera conseguir una propia. 

Luego de eso estuve otras dos horas practicando movimientos con la espada, agitándola una y otra vez, hasta que sentí que mis brazos iban a desprenderse de mi cuerpo y salir huyendo de mí debido al dolor al que los sometía. Runel se encargaba de supervisarme y corregir mi postura y mis movimientos al mismo tiempo que se enfrentaba a Ruma en combate. Esta, a pesar de la distracción de su adversario, no pudo asestarle un solo golpe. 

Para cuando llegó la hora de comer tuve que sostener el cuenco de madera, con el guiso que Martin había preparado, entre las piernas, mientras bajaba el rostro hacia él y comía. Me costaba mucho mover los brazos, así que no me quedó otra.

REINCARNATED Isekai (Saga Diarios de Sol y Sombras I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora