El Torneo (1ra parte)

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—¡Último llamado para el Torneo de Combates Individuales! La inscripción cierra en diez minutos.

Un heraldo parado sobre una plataforma anunciaba el cierre de inscripciones justo cuando llegábamos al lugar donde se llevaría a cabo el torneo.

Era a las afueras del pueblo, en un gran campo sin sembrar. Habían pintado un cuadrado de cincuenta metros de lado en el césped e incluso habían levantado gradas a dos de los lados.

—Voy a anotarme —dijo Peet ni bien llegamos.

—Estás loco, tu no vas a ningún lado —dijo Rosemira.

—Pero maestra...

—Con su habilidad actual, lo único que conseguirían sería lastimarse. Hay sanadores mágicos capacitados y listos para intervenir, y está prohibido matar, pero aún así son muy pequeños.

—¿Sanadores mágicos? —pregunté.

—Es un tipo de magia no elemental.

—Wow, no sabía que existieran otros tipos de magia —comentó Randolf.

—La magia puede tomar muchas formas, como magia de curación, de barrera, de pacto, etc. 

—¿Y cuándo vamos a aprender a usar esas magias? —preguntó Ronal.

—En diez años, quizás, si siguen estudiando, puedan comenzar con lo básico.

—¿¡QUÉ!? —dijo Peet.

—Son magias complejas y difíciles de usar, no cualquiera está capacitado. La magia de curación es de las más simples, podría darles algunas clases y ver si tienen lo necesario. Ya veremos. 

—Yo quiero participar en el torneo —solté de repente.

—Ya oíste a la maestra Rosemira —dijo Leera—, somos muy pequeños para participar.

Sabía que mi camino recién estaba comenzando. Sabía que aún era débil, y que me faltaba muchísimo por aprender. Pero entrenaba duro todos los días, y esta era la oportunidad perfecta para ver que tan lejos había llegado hasta ahora. 

—Lo siento, pero la maestra Rosemira no puede impedirnos participar, ¿no es así? —dije mirando a la vieja.

Esta parecía un poco sorprendida, pero al final sonrió y dijo:

—Es cierto, no puedo impedíroslo.

—Pero... —dijo Leera.

—Entonces está decidido, voy a participar —dije.

—Pero Lucio, es muy peligroso, y además...

—No te preocupes. La señora Rosemira ya dijo que estaba prohibido matar, y además hay sanadores o como se llamen. Si pasa algo, ellos me curarán. 

Leera no parecía convencida pero como la maestra Rosemira no insistió, supongo que no se animó a decir nada más. Rosemira me miraba, pero no había desaprobación en su rostro, ¿será que ella también quería que yo participara?

—¿Y qué hay de ti, Peet? ¿Vas a participar ahora? —preguntó Ronal.

—¿Y pelear contra Lucio? Ni siquiera yo estoy tan loco.

Me acerqué al heraldo que llevaba el registro del torneo. Era Dirk, el tipo que atendía el almacén del pueblo.

—Hola, vengo a anotarme para el torneo —dije.

—¿Estás seguro, niño? Hay gente muy fuerte... Oh, Lucio, eres tu —dijo Dirk.

—¿Qué tal, Dirk?

REINCARNATED Isekai (Saga Diarios de Sol y Sombras I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora