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KALI DESTROZÓ la alarma en cuanto estuvo en el interior del loft, mirando con furia al cuartero allí adentro. Detrás de ella, Aiden miraba intensamente a su hermano parado a un lado de Abby, quien mantenía la mirada puesta en Kali, atenta a sus movimientos en caso de tener que proteger a Lydia, preguntándose por que Ethan la había llevado allí.
— ¿Dónde está? —gruñó Kali.
—Me parece que dijo algo sobre ir a comprar unas cosas, hacer unos recados y eso. Ya sabes, la tarde normal de un hombre lobo —balbuceó Abby nerviosa, pero mantuvo la voz estable, sin demostrar que tanto le aterraba la mujer frente a ella.
— ¿Con quién crees que hablas? Deucalion podrá haberle prometido a Scott que no te tocaríamos, pero siempre podría ocurrir un accidente —amenazó mientras mostraba sus colmillos, sus ojos brillando en un espantoso rojo sangre. Abby nunca imaginó que el color que le parecía tan increíble en los ojos de Ray podría verse tan horrible como lo hacía en Kali. Antes de que la furiosa Alfa pudiera acercarse a ella o decir otra cosa, Aiden le gruñó—. ¿Es en serio? ¿Acaso alguien se tomó su pequeña tarea demasiado a pecho? —se burló de él.
—Ella no es el problema —le dijo Aiden.
—Quizás el problema es dónde está tu lealtad.
—Dios —musitó Lydia—. ¿Esto está a punto de volverse realmente violento, no es así?
—Probablemente —asintió Ethan.
El techo de cristal se rompió de pronto, Ethan apresurándose a envolver a Abby entre sus brazos para protegerla mientras Jackson hacía lo mismo con Lydia. Jennifer Blake se irguió en su lugar, en medio de los cristales rotos con una sonrisa deslizándose por su rostro.
—Entonces, ¿quién quiere ir primero? —preguntó a los Alfas.
Kali le gruñó y comenzó a lanzar un ataque tras otro, siendo esquivada y alejada de un certero golpe sin problemas. Aiden le gruñó a continuación, yéndose en contra de ella y siendo mandado lejos. Ethan dejó a las chicas con Jackson y se acercó a su hermano mientras ambos se deshacían de la parte superior de su vestimenta, buscando juntar sus cuerpos en el gigantesco Alfa que podían ser y siendo arrojados en dos direcciones distintas del lugar donde Derek vivía.
Kali se levantó del suelo, preparándose para atacar de nuevo mientras que miraba fijo a su antigua emisaria, sin poder creer que la Julia que alguna vez conoció podía verse tan diferente y estar tan llena de rencor y sed de venganza.
»Así es, Kali. Mírame. Mira mi cara —le dijo lentamente—. ¿Sabes lo que se necesita para poder verse así, para poder lucir normal?
