¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—ENTONCES, ¿TENEMOS un plan? —preguntó el doctor Deaton, observando con ojos cuidadosos a Peter Hale, parado a espaldas de Stiles detrás del sofá.
—Scott intentará meterse en la mente del Stiles malvado y pálido para sacar al pálido y real Stiles y traerlo desde la profundidad de su subconsciente. Pero no va a hacerlo solo —respondió el antiguo Alfa.
— ¿Qué quieres decir? —cuestionó el moreno.
—Alguien tiene que entrar contigo.
Allen sintió como su corazón se detenía por un segundo cuando la mirada azulada del padre biológico de una de sus mejores amigas se posó en su novia, notando como los oscurecidos ojos de su hermano —o mejor dicho, de la versión vacía de él— seguían el mismo recorrido. Lydia pareció perder la respiración por un momento, entreabriendo la boca para responder, pero alguien lo hizo antes que ella.
—Yo lo haré.
Las miradas de todos cayeron sobre Abby, parada a un lado de Andrea, observando su postura tensa pero decidida. Peter frunció el ceño al escucharla, negando rápidamente con la cabeza.
—No lo harás —discutió de inmediato.
—Podrás ser mi padre biológico, pero no tienes ninguna autoridad sobre mí. Perdiste ese derecho al abandonarme —respondió ella con seguridad.
—Esa es mi chica —felicitó Andrea, sonriendo orgullosa.
Peter le lanzó una mala mirada, a punto de abrir la boca para discutir, pero Abby fue más rápida que él.
—Lo haremos de todos modos —aseguró—. Puedes ayudarnos para que sea menos peligroso, o lo haremos a ciegas. Es tu elección.
A Peter le resultaba realmente sorprendente como la llorona niña a la que mordió esa noche del baile a comienzos del año se convirtió en la chica que le sostenía de manera firme y lo ponía entre la espada y la pared, dispuesta a arriesgarse a algo tan peligroso como lo era entrar a la mente de un maldito nogitsune con un Alfa novato que además era un mocoso imbécil.
Abby asintió, soltando de manera disimulada el aire que estuvo reteniendo durante el intercambio de miradas, aliviada de que Peter aceptara y no los dejara ir por su cuenta porque la idea le asustaba, pero de todas formas, habría cerrado los ojos y saltado a la oscuridad si era por Stiles y sabía que tenía a Scott con ella.
— ¿Qué tenemos que hacer? —preguntó, ansiosa por empezar.
—Scott debe pararse donde estoy y tú, siéntate a un lado de Stiles. Pero no demasiado cerca —se apresuró a aclarar.
Ambos asintieron, moviéndose a las posiciones que les fueron indicadas. Abby echó la cabeza hacia atrás para poder ver a Scott, quien estaba siendo ayudado por Peter con la posición de sus manos, las garras ya afuera y rozando la piel de la parte posterior del cuello de Stiles.
