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team stiles, hoy ganaron ustedes. se lo merecen después de todo hopeless sufriendo y la mayor parte de este libro. por favor, denle mucho amor a este capítulo o me voy a ir a llorar.
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ALLEN PASÓ la noche entera en casa de las Martin, demasiado preocupado por Lydia como para irse a casa sino hasta la mañana siguiente, cuando tuvo que ir a buscar algo de ropa para la escuela. Cuando regresó, la madre de Lydia lo llevó a la habitación de su hija para intentar animarla, pero Lydia mantenía la mirada en el moretón en su cuello donde la profesora Blake intentó asfixiarla anoche.
Lydia asintió sin decir nada, mirándose al espejo mientras su madre esbozaba la mejor sonrisa que pudo.
—Está bien, cariño, no es un problema. Obtuve muchos chupetones en preparatoria y patenté unos métodos de cobertura —dijo para tranquilizarla—. Cariño, no tienes ir a la escuela si no quieres —agregó cuando no obtuvo respuesta.
—Tu madre tiene razón —secundó Allen—. Podemos... quedarnos aquí y hacer algo. O nada. Lo que tú prefieras.
—No es eso —les dijo a ambos—. Es que... alguien intentó estrangularme, y sobreviví. No tengo por qué ocultar eso —dijo orgullosa.
—No, no debes hacerlo —la apoyó su novio, besándole cariñosamente la sien.
Lydia sonrió, apoyándose contra él, sintiéndose reconfortada de la misma manera que durante la noche, envuelta entre los protectores y cálidos brazos de su novio.
—Pero aún así te arreglaremos el pelo, ¿verdad? —preguntó su madre, sonriendo ante la escena tan dulce de su hija y el novio de esta.
Allen Stilinski era un chico bueno que hacía a su hija feliz y la apoyaba, impulsándola a demostrar que tan inteligente era sin temer a ser juzgada y ayudándola cada día a ser una mejor persona. Lydia era buena estando con él, sintiéndose más comprendida y libre que nunca, disfrutando de la vida y de su primer amor. Natalia esperaba que las cosas entre ellos fueran buenas siempre, amando la manera en la que la sonrisa de su pequeña Lydia creía al pensar en Allen, totalmente enamorada.
