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12. Perspectivas.

“Do you have to go now!”

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- Quiero que me expliques como lo perdiste - habló tranquilo del otro lado de la llamada.

- Uy, no; ya te fregó.

- ¡Alex, cállate! - gritó entre susurros al escuchar al mexicano, aún teniendo a su amigo en la llamada - Es algo complicado.

- ¿Complicado? ¿Cómo? - dijo del otro lado de la línea, riendo un poco.

- Yo- Espera, ¿Cómo lo tienes tú?

- Alguien lo trajo acá, que por lo que me dijo te conoce... O algo así - rió suavemente ante sus propios palabras, haciendo que el británico solo frunciera el ceño.

- Sabes que no soy la persona más sociable del mundo - se quejó mientras escuchaba a Karl y a Alex reír entre dientes, haciéndole bufar.

- Estoy seguro de que menciono tu nombre - volvió a hablar después de su risa.

- No tengo a nadie en mente... - dijo mientras ahora era el turno de soltar un bufido para Alex, quitándole en teléfono de las manos contrarias.

- ¿Es lindo? ¿Es simpático, al menos?

- Hizo algo presentable.

- ¿Hola? Sigo aquí - se quejó, queriendo tomando su celular de nuevo, aunque el mexicano no se lo permitió.

- Estoy preparando tu boda, ¿Podrías callarte?

- ¿Boda...?

- ¡Eres idiota! - casi dejó caer el teléfono al hablar, escuchando a Karl reírse de la situación.

- Lo que quiero decir, es que, es agradable - dijo - No sé que otra cosa decirte; oh, aunque dijo que le devolvieras el cuaderno, George.

- ¡Oh! ¿¡En serio!? - cayó en cuenta después de todas las burlas y quejas de Alex, haciéndolo sonreír por un momento. No logrando evitar mirar el mismo objeto mencionado sobre su escritorio.

- Al fin se da cuenta el tonto - se burló Alex, levantándose y tomándolo de la mesa, acercándose y volviendo a su asiento.

- ¿Cómo lo entregarás? - cuestionó al aire, aunque sabía que Karl ya debería tener una solución.

- Le dije que viniera en un par de días, así solo lo traes y listo - explicó.

- No, no, no. ¿Sabes qué? No - se levantó de su asiento y tomó el primer abrigo que vió en su perchero - Hay otra manera más rápida - habló - ¿Cómo no se me ocurrió?

- ¿Otra que, qué?

- ¡Gracias por tu ayuda, Karl!  - gritó, sin preocuparse por su teléfono, dejándolo con Alex y bajando lo más rápido que pudo las escaleras del edificio.

Se maldijo a sí mismo por no recordarlo, siguiendo su camino al lugar que le había traído un nuevo amigo.

Sapnap.

Ni siquiera se preocupó por el clima, abrió la puerta y entró, inmediatamente buscando al chico en su cabeza.

- ¡Hey! No seas un idiota y cierra la... ¡George!

Gritó cuando vió al chico, sonriéndole por inercia mientras veía al chico responder de la misma forma. Acercándose para poder hablar mejor.

- Por favor; no sé cómo se ocurrió esto antes, Sapnap - sacó de su bolsillo el cuaderno, entregándoselo con una sonrisa esperanzada.

- ¡Vamos! - gritó de felicidad cuando pudo sostener el objeto de nuevo en sus manos, ni siquiera esperando un momento para rodear con sus brazos al británico, y aunque lo tomó desprevenido, no le negó el contacto.

Aunque separándose después de unos segundos, por el castaño lleno de emoción.

- Quiero decir, gracias, él va a estar muy feliz. ¿Puedo...?

- Por favor - sonrió en respuesta, y pudo ver como el chico le sonrió de vuelta, saliendo por la puerta de cristal.

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Casi se cae en el camino, pero lo logró.

Presionando el botón del piso donde vivía el rubio, mirando con impaciencia cómo las puertas del elevador se cerraban.

Aún con el cuaderno rojo en su mano derecha, moviendo su pie tratando de descargar sus nervios ahí.

Y cuando la puerta se abrió no pudo esperar ni un solo momento para poder buscar al de ojos verdes, viéndolo sentado en el largo sofá de color gris.

- ¿Sapnap? ¿Por qué...?

- Cállate la maldita boca y mira esto - se acercó aún con su emoción a flor de piel, mirando a Dream fruncir el ceño por su primer insulto.

- A ver, Sapnap; tómate cinco minutos, respira y luego me hablas con más calma - se levantó mirando a su amigo esconder algo en su espalda, haciendo que de sintiera confundido.

- Mira - dejó de ocultarlo y extendió el cuaderno con una sonrisa.

Por un momento no hubo respuesta, luego el castaño solo sintió como lo rodearon con un abrazo.

- ¿Cómo... Tú?

- No lo sé, lo encontré; ahora ve si hay algo...

Sonrió, eso sí que no lo sabía.

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Cada vez esta historia está más cerca de su final, me he encariñado mucho con ella.

La próxima parte es una de mis favoritas, así que estoy muy emocionada. :D

También (hora de mi insistencia), recuerda que puedes votar si te gustó ;) JAJJDJA.

¡Gracias por leer! <3