La familia Nie [finalizada]

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N/A: No me pude esperar a mi cumpleaños, 1na disculpa. Pero creo que no es demasiado problema porque actualicé antes JSAJSDJAJ.

Disfruten y no me maten por lo que van a leer :3

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Nie Ying tembló notoriamente mientras Wangji lo acunaba entre sus brazos, el miedo y la ansiedad haciendo que su ritmo cardiaco fuese más rápido que lo normal.

—No te duermas —murmuró Wangji con su mejilla pegada en sien del más joven.

—Ah... Lan Zhan, si no quieres que me duerma, deberías de cantarme una canción —Nie Ying estaba ardiendo en fiebre y Wangji lamentaba cada vez más no haber accedido a aprender más sobre enfermería con su prima mayor.

Comenzó a tararear la canción que estaba componiendo especialmente para el más joven, quien comenzó a cabecear en contra de su voluntad, el miedo carcomía cada vez más a Wangji, que a pesar de todo no dejó de cantar.

—Es una canción tan hermosa Lan Zhan, ¿cuál es su nombre?

—Wangxian —dijo con cierta vergüenza, dejando un beso en la muñeca de Nie Ying.

Lo abrazó con más fuerza cuando perdió la conciencia, sintiendo el estómago pesado mientras le transfería energía espiritual.

Poco tiempo después también cayó rendido, por lo que supo -con frustración- que su hora de dormir había llegado.

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Nie Mingjue desbloqueó la entrada y sus hombres –al menos los que habían escapado de la cueva gracias a su tercer maestro– lo guiaron hasta la última ubicación en la que habían estado.

—San-gongzi nos llevó por un par de túneles para alejarnos de la criatura mientras estábamos buscando una salida —explicó Nie Yuchen, con su sable desenvainado esperando cualquier peligro.

Encontraron una vista sangrienta, el caparazón de la tortuga seguía en el agua pero el olor a putrefacción era mayor, por lo que asumieron que ambos jóvenes maestros la habían derrotado. Navegaron un poco más profundo por los túneles hasta dar con los nombrados.

La escena era intima en el mejor de los casos, desvergonzada en el peor. Lan Wangji no llevaba su cinta de la frente, está siendo sostenida entre las manos del tercer joven maestro Nie, quien temblaba fuertemente en el regazo de Lan Wangji, con la frente perlada por el sudor, visiblemente enfermo.

—Da-ge... —susurró la voz de Nie Ying—. ¿Eres tú, Da-ge?

—Lo soy, didi. Ven aquí, tenemos que regresar —susurró de igual el nombrado, llevando a su pequeño hermano en sus brazos, cuidando de no tocar la cinta de su ahora cuñado.

—¿Qué hay de Lan Zhan, Jue-ge?

—Él viene con nosotros, no te preocupes demasiado.

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Cuando Nie Ying abrió los ojos, lo primero que captó fue a su Da-ge sentado a varios pasos de distancia, completamente concentrado en lo que sea que estaba escribiendo junto a su Yao-ge.

Soltó un quejido que llamó la atención de ambos, Meng Yao se apresuró a darle una taza con agua tibia, ayudándolo a beber.

—Nie san-gongzi, nos asustó tanto... Durmió durante tres días completos.

—¿Dónde está Lan Zhan? —dijo, algo presa del pánico.

—Él está en la habitación que normalmente usa Xichen. Ayer despertó y su hermano está en camino.

Nie Ying se relajó contra su cama, sintiendo que podía llorar.

—Hablaremos sobre el cortejo adecuado cuando sea el momento Nie Wuxian, de momento, ambos deben de recuperarse.

Nie Ying maldijo por un segundo, antes de mirar que la cinta sagrada del Lan estaba atada en su muñeca, recordaba que antes de quedar inconsciente la sostuvo con fuerza, así que tenía lógica que su objeto de consuelo estuviera atado a él cuando su dueño no estaba cerca.

Antes de que el hermano Xichen llegara a Reino Inmundo, uno de los shixiong de Nie Ying llegó, avisando la llegada de los Wen liderados por Wen Chao y Wen Zhuliu.

—No dejen que Lan er-gongzi salga de su habitación, tu er-gongzi y san-gongzi tampoco deben de salir.

Nie Ying quiso protestar pero una mirada de su hermano mayor lo hizo callar.

Era peligroso y su fuerza nula. Bien, entendía.

Salió corriendo antes de que su hermano pudiese hacer algo, tomando a Suibian de la esquina de la habitación.

—¡Nie Wuxian!

—¡Reino Inmundo es mi hogar y lo voy a proteger quiera o no!

Vaya error.

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Nie Mingjue pateó con desespero y violencia a un Wen que se atrevió a levantar su espada en contra de una mujer de la servidumbre, cobardes idiotas, quiso gritar, buscando desesperadamente a su hermano más joven.

—¡San-gongzi no está por ningún lado!

Nie Mingjue gritó de pura frustración mientras le cortaba la cabeza a otro Wen uniformado, sintiendo el desespero picar sus venas.

Falló como hermano mayor.

¿No había prometido proteger al pequeño revoltoso siempre?, ¿dónde estaba aquella promesa ahora?

Nie Ying no estaba debido a su incompetencia a la hora de protegerlo.

Los Wen sobrevivientes dejaron Qinghe poco después.

Los Lan llegaron, ayudando a descansar las almas de los muertos.

Lan Xichen abrazó a su mejor amigo y este se permitió llorar.