Capítulo 6

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Inui se sentía de buen humor. El hecho de regresar luego de un día de trabajo y que Koko lo estuviera esperando lo obligaba a formar una discreta sonrisa.

Sin embargo y para su sorpresa, Koko no se encontraba en casa. Pensó que debió salir a algún lado, no le tomó importancia. Había decidido ir a ducharse pero antes de poder abrir la puerta, escuchó la cerradura de la puerta principal de la casa.

Entró un Koko con heridas y sangre desparramados por toda su cara. El pelinegro levantó la vista encontrandose con su amigo, que lo veía desde la distancia con cara de espanto.

"Llegaste temprano" dijo Koko restándole importancia.

"No. Llegué bien" contradijo el rubio caminando hasta él.

"Entonces yo vine muy rápido" Koko caminó con la intensión de ir al baño, probablemente a curar sus heridas. Pero no llegó muy lejos porque su amigo lo detuvo, agarrándolo del brazo.

"¿Que te sucedió?" Preguntó con el ceño fruncido.

Koko no tuvo la necesidad de ocultar la verdad "Solo regreso del trabajo" esa respuesta no era lo peor de la conversación, el sabía que después tendría que explicar con detalle, eso sería lo peor.

"¿De que trabajas para regresar asi?"

Ahora si debía explicarse. Tomó aire antes de hablar y esperó que Inui lo comprendiera, o por lo menos que no empezara a odiarlo.

"Hago mandados, con sustancias ilegales"

Inui soltó suavemente su brazo. Koko no sabía el porque de su acción ya que temía mirarlo a los ojos. Tal vez sentía vergüenza de él, tal vez se había decepcionado.

"Lo hubieras dicho antes, haces que me preocupe. Vamos a curarte" Koko levantó la mirada al ver la extraña reacción de Inui. ¿No estaba molesto?

A Inui ni le importó mucho a lo que Koko se dedicara, solo le preocupaba que por culpa de ese trabajo, él volviera con esas heridas. Si eso ocurría seguido intentaría detenerlo, aunque no sirviera de nada. Lo que sabía es que no se apartaría de Koko por algo asi.

Inui lo guió implicitamente a la sala de estar para que su amigo se acomodara y él pudiera tratar sus heridas. Luego le haría más preguntas.

Hajime observaba los movimientos y expresiones del rubio, exigiendo alguna pista de su comportamiento. Preguntaría después.

Así se dejó curar las heridas por su amigo, ambos en silencio pero con tanto para decir.

Al terminar esperó que Inui regresara del baño luego de dejar el botiquín para sacarse las dudas que tenía.

"¿No te molesta?¿Sabes a lo que me refiero?" Dijo.

"Manejas drogas ¿verdad? No importa, solo quiero saber porque eso te llevó a que te hirieran" dijo Inui sentándose frente a él.

"Bueno, en un trabajo peligroso. Puede salir todo bien, así como puede salir todo mal. Aunque ésto no es frecuente. Mi jefe revisa que clase de clientes solicitan nuestros suministros" explicó Koko más calmado por la reacción de Inui.

"Solo mantente con vida" dijo el rubio bajando su mirada, que lucía siempre cansada.

"Tranquilo, no va a matarme" dijo Koko con una sonrisa que le proporcionó a Inui la suficiente seguridad.

Inui sonrió de vuelta discretamente. Koko notó ésto y casi se ríe por la ternura que eso le provocaba..

Esa noche Inui se encontraba tan cansado que creyó que caería dormido con solo ver la almohada. Pero no fue así. Su mente era su peor enemiga y no quería verlo feliz.

Odiaba cuando esas ideas le caían de pronto y sin motivo alguno. Él solo quería irse a dormir, ¿era tan dificil? Inui se acomodó en la cama y prendió la televisión para entretenerse, como hacía en su antiguo alquiler. Maldijo en voz baja ya que no encontraba nada que le apeteciera ver en los distintos canales. Al final decidió dejar un canal sobre animales.

Se sentó abrazando sus rodillas y dejó caer sus párpados a propósito para provocarse sueño y así poder dormir. Aún así ese sentimiento de inquietud no dejaba de atormentarlo. Cubrió su cabeza con sus manos como si eso ayudara en algo. Su respiración se agitaba y lo único que provocaba en él era aún mas frustración.

"¿Por qué no puedo dormir como una persona normal? Quiero solo sentarme y ver la televisión. En una casa que se que no es mía porque no sirvo para nada y ni eso puedo tener. Mis padres solo me humillan y ni siquiera tengo amigos. Maldita sea ¿hay algo que haga bien? De que mierda me sirve a mi saber tocar el piano"

Inui comenzó a rascar la parte superior de sus muslos para liberar la impotencia. Quería ejercer fuerza sobre algo, y si era posible sobre si mismo. La primera vez que comenzó a dañarse esa parte de su cuerpo fue en su adolescencia, eligió ese lugar porque sus padres no podrían verlo ni usando shorts. Aún tiene leves marcas de las heridas más potentes que se hecho a lo largo se su vida. Usando cualquier tipo de objeto filoso que encontrara.

El chico se sentía molesto consigo mismo por volver a hacer ese tipo que cosas. "Los adultos no son tan débiles" se autoconvencía limpiando sus lágrimas con fuerza.

Decidió que usaría su teléfono aunque estuviera cargando. No importa como sea, quería distraerse. Pero cuando encontró la posición cómoda para usarlo, su estómago rugió por comida. Que remedio, debía ir a la cocina y comer algo.

Inui realmente no le daba importancia a "las 4 comidas del dia", solo comía cuando le apetecía; y ahora, le apetece.

A pesar de ser las 3:12 AM Inui fue con sigilo a la cocina a buscar algo para masticar. Quizas ni siquiera sentía hambre, solo quería callar el ruido en su estómago. Con ese ruido no podría dormir.

Otro sonido a parte del de su propio cuerpo lo hizo sobresaltar del susto. Volteó rápidamente para localizar al causante del sonido.

"¿Inui?¿Que haces?" Escuchó la voz reconocida del pelinegro en medio de la oscuridad. Liberó un gran suspiro para que su corazón se desacelerara.

"Tenía hambre"

"Pues claro no has comido en todo el dia"

"Porque no tenía hambre"

Koko apretó los labios frustrado por la simplicidad de las respuestas de Inupi. Lo veía aún con los ojos adormilados mientras el rubio era iluminado unicamente por la luz de la nevera. Al voltear pudo con esfuerzo notar que las pestañas de su amigo estaban pegadas entre si. Debía ser por llorar. No quiso preguntar así que como tenía nada más que hacer allí, dejó a Inui solo y volvió a recostarse.

En ese momento estaba muy dormido como para pensar con claridad, pero lo que si sabía es que la forma de comer de Inui podría no ser sana a la larga. Y si había llorado o no también lo intrigaba. Comenzó a preguntarse si Inui podría padecer algún trastorno como depresión o si solo exageraba al pensar así. Preguntárselo directamente podría ofenderlo. Sabía que Inui podría sentirse mal en ese momento porque no tiene hogar propio, pero tal vez iba más allá de eso.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora