The Reason [kokonui]

Capítulo 13

Esa noche Inui pudo dormir tranquilo, esta vez, en su habitación. Aunque no pudo evitar pensar que sentir los cálidos brazos de Koko por las noches no sería tan malo.

Al siguiente día tomó la decisión de caminar por la ciudad para buscar alguna oferta de trabajo.

"¿Ya te vas?¿Puedo acompañarte?" Preguntó Koko dirigiendo su vista a Inui que ya estaba en la puerta.

"Umm, claro, pero solo caminaré y caminaré" respondió Inui.

"Da igual. Me aburro cuando te vas" confesó Koko poniéndose de pie para salir.

Así deambularon de aquí para allá pasando por la mayor cantidad de tiendas posibles, pero nadie buscaba empleados.

Pasaban los dias e Inui comenzaba a perder las esperazas. Es cierto que no habían pasado tantos días, pero la espera de alguna mínima respuesta a sus curriculums lo inquietaba.

El chico navegaba por los sitios que anteriormente visitó con esperanzas de alguna nueva noticia, pero nada cambiaba. Chasqueó la lengua en señal de frustración.

"¿Todo bien?" Preguntó Koko acercándose a él.

Inui le dedicó una mirada cansada en respuesta.

"Eh estado pensando en algo. Realmente quiero aceptes mi dinero para poder ir al psicologo. Creo que antes de buscar trabajo deberías comenzar a sanar" comentó Koko.

Inui suspiró con pesar antes de responder "Ya te dije que no, no aceptaré tu dinero. Primero conseguiré el mío y luego me preocuparé por esas cosas" dijo refiriéndose a su propia salud mental, restándole importancia.

"Pero..." el pelinegro pausó antes de seguir hablando "de acuerdo" dijo rendido.

Koko recibió un mensaje y lo respondió rapidamente, dejando caer su celular en el sofá, con desinterés.

"¿Quien era?" Preguntó Inui al ver la reacción tan despreocupada de su amigo ante aquel mensaje.

"Mi jefe. Es algo insistente, pero luego me ocuparé" respondió Koko con normalidad.

"¿Por qué no valoras lo que tienes?" Habló Inui sonando molesto luego de un largo minuto.

"Eh?"

"Te quejas de que no haces nada pero lo tienes todo" Continuó el rubio mirando seriamente a Koko.

El pelinegro abrió ligeramente la boca para hablar pero prefirió callar. Sabía que en parte Inui tenía razón ¿que iba a contradecirle? Inui no lo entendería, cuando tienes todo, llega un punto en el que se vuelve aburrido, pero no podía decirle eso a su amigo. Solo sonaría como una persona desagradecida.

"¡Deja de hacer eso!" Inui levantó más la voz.

"¿De que hablas?"

"Siempre te guardas tus opiniones, no es la primera vez que lo haces. Lo he notado" dijo molesto "¿Tan debil crees que soy?¿Crees que no podré soportarlo?"

"¿Por qué estas a la defensiva?" Preguntó Koko levantando ligeramente su voz pero no tanto como Inui.

"No lo estoy, solo quiero que hables, que me digas tus opiniones. No te quedes ahí callado" continuó el rubio.

"Bien, entonces te diré algo, no seas tan obstinado y acepta mi propuesta. Te sentirás mejor" contestó Koko haciendo referencia al psicologo.

"¿Ahora me tratas de loco?"

"¿Que? Claro que no. Solo busco ayudarte"

"No es por ser obstinado, no quiero depender de otros" Inui bajó su tono de voz volviendo a ser normal.

"Entiendo como te sientes. Pero tu salud va primero, y como tu mejor amigo me preocupo por ti, darte dinero para que mejores no es algo de lo que debas avergonzarte" igualó su tono de voz.

Inui chasqueó su lengua renegando "Bien, pero te lo pagaré" aceptó rendido, aunque no satisfecho.

"Olvida eso, es un regalo adelantado por tu cumpleaños"

"¿Eh? Pero aún faltan semanas. No creí que lo recordaras"

"Como podría olvidar el cumpleaños de mi mejor amigo. ¿Tu recuerdas el mio verdad?"

Inui fingió no recordarlo.

"¡Oye! Me ofendes"

"Bromeo, primero de abril"

"Mejor que lo recuerdes" dijo Koko como si se tratara de una amenza, haciendo reir a Inui.

El rubio pasó la tarde incómodo, o intranquilo por haber tratado se la forma de que lo hizo a su amigo. Se replanteó muchas cosas. Su frustración de no conseguir trabajo lo hacía sentirse incapaz, tonto. Que lo llevó a terminar insultando a Koko, el chico que le había proporcionado un hogar donde quedarse temporalmente. No tenía el derecho de llamarlo malagradecido actuando de esa manera.

Inui pensó que si Koko fuera otra persona, ya lo habría echado de su casa luego de ese trato. Pero Koko no es otra persona, y el Koko que él conoce nunca haría algo así. Nunca dejaría a su amigo en la calle.

O tal vez si, después de todo Inui no negaba odiar cada vez que Kokonoi se guardaba sus opiniones. Tal vez ocultó su pensamiento otra vez y en realidad lo insultaba por dentro. No es que Inui quisiera que Koko lo insultara, pero quizá se sentiría mas agusto si su amigo le dijera incluso las cosas malas que opinaba de él.

"Seguro piensa que tengo problemas, que tal vez no niego; seguro cree que no soy lo que esperaba, seguro esperaba un chico con estudios y un trabajo estable. No lo que sea que soy ahora. Seguro me acogió por lástima"

Pensaba Inui mordiendo sus ya bastante cortas uñas.

"Pero Koko no es así, se que no. Si él fuera así, no me habría salvado aquella vez en el incendio. Arriesgar su vida por mi, jamás lo creería. Koko... nunca me odies ¿si?"

Hablando del rey de Roma, su presencia apareció en la sala sacando de sus pensamientos a Inui. El pelinegro llegó con dos botellas de cerveza previamente destapadas.

Inui se preguntó como había hecho para conseguirlas siendo menor 20. Pero le restó importancia al darse cuenta de lo facil que es en realidad. Y como si hubiera hecho la pregunta en voz alta, Koko habló.

"Cortesía de un compañero de trabajo" sonrió dejando ver su lengua y le pasó una de las botellas a Inui. El rubio no discutió, solo se llevó la bebida a la boca como si estuviera sediento.

Volteó a ver el reloj colgado en una de las paredes para chequear la hora. 21:11. Creyó que era más temprano, hasta hace unos minutos el sol entraba por la ventana. "Maldito verano" maldijo para sus adentros.

Ambos chicos bebieron nada más que por placer, compartiendo risas y opiniones sobre la película que se mostraba en la televisión. Despreocupados por el mañana.