Capítulo 19

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Koko abrió los ojos ante tal noticia, decidido a preguntar más pero Inui le ganó.

"Estan muertos. Murieron al instante" dijo aún en estado de shock.

El pelinegro no sabía que decir, y claramente el rubio tampoco. Solo permanecía con la boca semiabierta, parado con el celular en su mano. Su mirada se dirigía a la nada misma.

"¿Deberíamos ir al hospital?" Preguntó Koko intentando decir algo.

"Para qué, estan muertos. Chocaron y fallecieron" explicó Inui en un tono que a Koko le causaba escalofríos. Lo decía tan tranquilo y a punto de perecer al mismo tiempo.

El pelinegro no sabía lo que ocurría en la mente del rubio en ese momento. Temía lo peor.

"Tendré que ir al funeral" continuó Inui, sentándose en una silla, como si sus piernas ya no pudieran soportar su peso.

"¿Te acompaño?" Preguntó Koko sin moverse de su lugar. ¿Debía ir a abrazarlo?

"Si, por favor. Quiero que estés ahi" dijo Inui levantando su mirada para encontrarse profundamente con la de Koko.

Inui nunca fue al hospital, ni al lugar del accidente. Todo lo que sabía es que a sus padres los chocó un auto a alta velocidad. El chico se preguntó que tanta mala suerte debía tener para que eso sucediera.

El funeral era dentro de dos días. Esos días previos al evento, Inui se mantuvo callado. Koko no sabía lo que ocurría en su mente. Su comportamiento era inevitablemente extraño, pero al mismo tiempo lo incomodaba la normalidad con la Inui llevaba su vida. No fumaba ni había tratos raros por parte de él, pero era innegable que actuaba diferente. Dormía temprano, practicamente no comía, Koko recuerda haberlo visto comer unas uvas, pero no más de eso.
Quizás la realidad le caería cuando los viera en el funeral.

Llegado el día del funeral Inui miraba a su alrededor y no podía reconocer la mayoría de las caras presentes. Debían se amigos o familiares lejanos. Podía sentir como las miradas se clavaban en él. Todos esperan ver la reacción del hijo menor, que ahora se encontraba solo. Mas Inui permaneció regio, sin chocar con ninguna de esas miradas fisgonas.

La que si podía sentir con más intensidad era la de Koko, mirada que decidió obedecer.

"No me veas así, tan asustado y afligido, como si fuera a permitir que algo malo me ocurriera. Me enferma. Mis padres siempre me trataron mal, pero son mis padres ¿me entiendes?" Dijo Inui al pelinegro a su lado. Que no podía evitar sentirse culpable de cierta forma.

"Lo siento, no quería incomodarte. Y si, te entiendo" respondió Koko. Acto seguido ambos volvieron sus miradas al frente y Seishu decidió tomar la mano de Kokonoi con delicadeza.

El joven intentó recordar algún buen momento con sus padres, no podían ser todas cosas malas. Aunque eso solo lo haría sentirse más culpable. Sin embargo, eso no lo detuvo de urgar en sus profundas memorias.

Ah si, como esa salida al parque una vez. Akane estaba allí. No fue un mal día. O tal vez cuando sacaba dieces, si. Sus padres eran buenos si sacaba notas perfectas. Aunque por alguna razón eso cambió después de los 14 años de Inui. Los dieces ya no merecían felicitacion. Eran hechos, obligaciones.

Bueno pero debe haber mas cosas buenas, ¿su fiesta de graduación? Fue un lindo dia, hubiera sido mejor si no sintiera la mirada penetrantes de sus padres clavada en su espalda todo el evento, lo hacía sentir incomodo. ¿Que tanto necesitaban vigilarlo?

Inui se canso de buscar buenos recuerdos. Prefirió enfrentar la realidad y quedarse con la idea que siempre tuvo de ellos. Eran malos padres, y punto.

Incluso durante el entierro, el rubio no lloró, pero admitió ante Koko sentirse mal al respecto, porque después de todo eran sus padres.

De regreso a casa, Inui apoyado en el vidrio del auto, el sol entrando por la ventanilla, el chico recordó que de niño pensaba que los funerales solo se daban en días lluviosos o nublados. Pero este no era el caso, ni tampoco lo fue durante el funeral de su hermana. Por alguna razón, que el sol brillara, aún siendo de tarde y entrando en otoño, solo lo deprimía más.

De hecho, hundido en sus pensamientos, llegó a intensificarse su sentimiento de culpa. Se culpa porque ni siquiera se siente tan mal, eso le parece espantoso. Se odia por tener esos pensamientos. Se culpa porque, indirectamente, ¿pudo haber matado a sus padres?

Aunque Inui sabía que eso era imposible, la idea se cruzaba por su cabeza.

Koko por otro lado, se preocupa de que a Inui le ocurra algo. No dejaba de pensar en aquello incluso conduciendo de regreso a casa. Una vez allí quiso hacerle una pregunta a Inui.

"Podemos adelantar la cita con la psicologa si quieres"

"Olvidalo. No quiero hablar de esto ahora con nadie" respondió sin vacilar.

"¿Estas seguro...?"

"Todo esta bien Koko, puedo esperar a la siguiente cita" Dijo con voz calmada y una sonrisa. Koko sabía que solo hacía esa expresión para que no se preocupara por él, pero para nada lo convencía.

Inui no se movió del sofá desde que llegó, Koko incluso se atrevió a tomar una ducha, aunque su ansiedad hizo que saliera de allí en tan solo 5 minutos. Se sentó al lado de su amigo. Sin esperanzas de que le hablara, aún así el rubio dijo la primera frase.

"¿Y si fue mi culpa?"

Koko no comprendió que clase de pregunta era esa.

"Yo deseé que ellos murieran" Inui miraba al suelo, desorientado, parecía que sus párpados se esforzaban por permanecer abiertos.

"Esto no tiene nada que ver contigo" contestó Koko firme y seguro.

"¿Y si yo los mate? Tu no sabes todas las cosas malas que imaginé que le ocurrirían a mis padres. ¿No ves que estoy enfermo?" Seguía hablando ignorando las palabras de Koko.

"¡Callate!" Exclamó éste tomando por los hombros a su amigo.

"Términé matando a toda mi familia. Soy un enfermo al pensar que no me siento mal de que murieran. Eran unas mierdas de personas, los dos. Akane ni siquiera lo merecía y aún así la maté"

Koko lo escuchaba desconcertado por las estupideces que decía.

"¿Y si dejé el horno prendido a proposito? Ya no puedo recordarlo" lágrimas brotaban de a montones mojando sus mejillas.

"Detente Inupi, basta" Koko quería detenerlo de pensar así. Lo rodeó fuertemente con sus brazos. "Tu no mataste a tu familia, fue un desafortunado accidente" dijo sin liberarlo.

El llanto de Inui era agresivo. Koko comprendió que se había guardado todos esos pensamientos hasta el día de hoy. Quería abrazarlo por siempre y decirle que todo iba a estar bien, que lo superaría. Él se estaba recuperando, no podía permitir que esto arruinara su progreso.

La posición del abrazo le permitió a Seishu aferrarse de los brazos de Koko, clavando sus cortas uñas en ellos. Ni siquiera comprendía por qué lloraba. Bueno, es lo que las personas hacen si sus padres fallecen. Sea cual sea la razón, no podía detenerse.

Cerraba sus ojos con fuerza dejando escapar ese liquido de sus lagrimales. Esforzandose por no hacer tanto ruido con sus sollozos. El sonido devastaba a Koko, pero no se permitía llorar, debía ser el fuerte, el firme que lo protegiera y apoyara.

Una vez Inui se encontraba más calmado, y sus sollozos habían cesado en gran medida, hizo una pregunta, con la voz etrecortada.

"Koko, ¿crees que ellos alguna vez me quisieron?"

"Son tus padres, por supuesto que te quieren" no dudó en responder, un segundo de vacilación y podría arruinarlo todo.

Aún así, Inui sabía que Koko mentía, o eso quería creer, ya era tarde para cambiar su propio pensamiento. Pero quería escuchar el consuelo de su amigo. Sus mentiras lo hacían sentir mejor, por lo menos lo ayudaron a anivelar su respiración.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora