Capítulo 15

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El rubio durmió plácidamente hasta las 9:30 AM del siguiente dia. Se sobó la cabeza por la confusión de despertar en el sofá, hasta que pasaron unos minutos y recordó caer dormido allí.

Koko aún no despertaba así que simplemente mató el tiempo usando su celular. A decir verdad se aburría bastante. Lo que le llevó a pensar y cuestionarse cuándo fue la última vez que había comido. ¿Ayer almorzó? No. Estaba nervioso por la cita. Pero había comido una fruta.

Inui miró instintivamente a la cocina, dudando si ir hasta allí o no. Sin embargo, eliminó esa idea de su mente casi al instante al sentir su estómago revolverse. Era muy temprano aún para pensar en comida.

Unos 20 minutos después Koko apareció, frotando sus ojos por el sueño. Se preparó su té y aunque supiera la respuesta que conseguiría, aun así le ofreció uno a Inui. Este claramente se negó, aunque no al instante. Consideró que tal vez beber algo no estaría mal. Koko notó esa vacilación en él y volvió a preguntar para asegurarse, agregando unas palabras que terminaron por convencer al rubio.

El pelinegro observaba fijamente a Seishu con el ceño ligeramente fruncido, quien notó esta mirada pues Koko no se esforzaba ni un poco en ocultarla. Logicamente preguntó que lo tenía tan entretenido, a lo que el pelinegro respondió con otra pregunta.

"¿Le has mencionado al psicologo algo sobre tu manera de alimentarte?" Dijo con intriga.

"Psicologa, de hecho. Y no... no me pareció importante así que no lo dije" confesó Inui.

"Deberías hacerlo, bueno, es solo un consejo"

Inui asintió con la cabeza, aceptando el consejo de su amigo. Pero eso sería tema de la siguiente semana.

El ambiente se mantuvo silencioso y tranquilo por el resto de la mañana. Hasta que un sonido proveniente de la sala llamó la atención de ambos. Inui reconoció el sonido y fue dando largos pasos hasta donde se encontraba la laptop, Koko solo lo siguió.

Una vez con el aparato frente a él, una pequeña sonrisa se formó en la boca semiabierta de Inui. Koko impaciente miró la pantalla.

"¡Tengo una entrevista!" Anunció el rubio sin darle la oportunidad de leer a su amigo. Ambos se unieron en un corto abrazo, compartiendo la felicidad que inundaba a Inui.

Eso no significaba que tuviera el trabajo, pero era un comienzo, una oportunidad. Y no la dejaría escapar. Inui nunca se había sentido tan motivado.

La entrevista sería dentro de dos días. Inui creyó que para tan poco tiempo, el trabajo no debía ser exigente, o tal vez era todo lo contrario. Un conjunto de emociones y sentimientos lo llenaban en ese momento.

Frotó sus muslos en señal de nervios, acción que su amigo Koko detuvo colocando una mano sobre una de las de Inui. Obligandolo a calmarse.

"Te ira bien, calma" pronunció.

Inui tenía muchas dudas pero no dijo ninguna.

¿Por qué la entrevista era en tan poco tiempo?¿Como debería prepararse?¿Que haría si no lo conseguía? Intentó recordar como fue ingresar a la mecánica pero mas allá de tener conocimientos sobre el mantenimiento de los transportes, no necesitaba mucho.

Volvió a releer el email para saber cual es la ubicación de la entrevista y se enteró de que debía tomar un tren para llegar hasta allí. Dirigiendose así, a donde Draken le había dicho que podría haber mas posibilidades que en el centro.

Pasada la emoción del momento Inupi de preparó mentalmente para la entrevista. Sabía que se sentiría un fracasado si no la conseguía. Además, luego tendría que ver la cara de Kokonoi al darle la mala noticia. Se sentiría muy avergonzado.

Los dos días restantes hasta la entrevista Koko tomaba cada oportunidad que tenía para observar las expresiones y actitudes de Inupi. Cada vez que se detenía a verlo podía adivinar que miles de pensamientos e inquietudes pasaban por su mente. Se preguntaba como sería la situación si la entrevista se hubiera dado hasta una semana después.

Koko confiaba ciegamente en que su amigo conseguiría el trabajo. Porque se había esforzado y porque debía ser así. Nada más que discutir.

El pelinegro no supo nada de Inui, lógicamente, hasta después de la entrevista. Oyó la puerta abrirse y no sabía que expresión tendría Inui en su rostro. Si tendría que felicitarlo o consolarlo, si debía quedarse callado o preguntar.

Mas no tuvo que preocuparse mucho más ya que la expresión del rubio lo decía todo. Inui mostraba una sonrisa, que gradualmente se fue ampliando al ver a Koko.

El pelinegro pensó que se veía mas feliz de lo jamás había estado. Juraba que estaba por derramar lagrimas de felicidad.

El rubio se acercó rapidamente a él y Koko lo esperó de brazos abiertos, permitiendo a Inui lanzarse a él como una pareja que se encuentra por primera vez en mucho tiempo.

"¡Tengo trabajo!" Gritó con emoción sin soltarse.

"¡Felicidades!" Dijo Koko buscando la mirada de Inui.

Cuando sus miradas se encontraron, el rubio se dejó llevar por el momento y sin pensarlo dos veces unió sus labios con los de su compañero.

Cerró fuertemente los ojos y estampó sus labios contra los de Koko. Sus brazos lo rodeaban por el cuello. Mientras que los del contrario estaban en su cintura. Koko tenía los ojos abiertos por la inesperada acción que lo tomó por sorpresa, pero lentamente los cerró, saboreando con dulzura la humedad de los suaves labios del rubio. Entregado por completo a ese beso.

Inui podía sentir el frío tacto del piercing de Koko, pero esa sensacion desapareció con el calor que ambos choques de labios transmitían. Cuando finalmente se separaron Inui, aún con la respiración agitada abrió la boca, más de lo que ya estaba, para decir sus siguientes palabras.

"Te amo Koko" Quería ocultar su rostro en ese instante, temeroso por la reacción de su compañero, pero permaneció intacto y sin apartar la vista de los ojos del pelinegro, no lograba descifrar lo que querían decirle.

Koko sonrió y volvió a unirlos en otro abrazo.

"Tambien te amo Inupi" dijo aferrado a la espalda de su amigo, y no fue hasta que se volvieron a ver que sintieron algo similar a la sensación de volver a estar sobrio luego de embriagarse. La realidad les cayó de golpe haciendo sonrojar a ambos.

"¿Y de que... de que es el trabajo?" pronunció Koko aclarando su garganta.

"Ah si, deja que te cuento todo" ambos tomaron asiento sintiendose mas calmados  y así Inui pudo comenzar a hablar.

"No fue una entrevista como tal, solo querían conocerme y saber si estaba capacitado para el trabajo."

"¿Esa no es la definición de entrevista?"

"Me refiero a que, no fue algo formal ni tomó mucho tiempo. De hecho quien sería mi jefe parece una buena persona. Se llama Matsuno Chifuyu. Ahora trabajo en una tienda de mascotas" explicó intentando ocultar su emoción.

"Ahora volveré a estar solo y aburrido durante horas" se quejó Koko haciendo puchero. Inui solo rodó los ojos.

"Pues te felicito, sabía que lo lograrías" agregó Koko en un tono calmado y sincero.

Inui no podía pensar en nada en ese momento ya que la felicidad que sentía lo invadía y nada podía arrebatarle eso.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora