Capítulo 10

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Inui caminó a su trabajo como si las piernas le pesaran, maldiciendo para sus adentros el clima que lo acompañaba. No veía la hora de que llegara Octubre, y con él el otoño.

Luego de unos 30 minutos de caminar Inui había llegado a su trabajo. Pero que más pudo pasar allí además de ser otro día de arreglar cadenas grasosas. Pues si pasó.

"Seishu, no vengas mañana a trabajar"

Eso sonaría como un consejo si hubiera venido de su compañero Draken, pero vino de su jefe. Inui se había quedado sin trabajo.

"¿Que?¿Po-por qué?" Preguntó Inui desesperado.

"No necesito mocosos rebeldes como tu en mi mecánica, ¿piensas que tienes los días libres que quieras o que?" El hombre se rió haciendo un sonido desagradable para los oídos de Inui.

Seishu ni siquiera había tenido la oportunidad de instalarse que su jefe ya lo había despedido. Se le ocurrieron mas de 10 insultos en ese momento para desquitarse con su ahora ex patrón, pero optó por cerrar la boca y en su lugar apretó el puño con fuerza para liberar su tensión.

"¿Inui ya te vas?" Escuchó a su compañero Draken decir pero el chico solo continuó su camino indiferente a sus palabras.

Era increíble como su vida podía cambiar en un segundo. Hasta el día de ayer, incluso unas horas atrás, Inui se sentía feliz, pero eso ya no era así.

No podía regresar a la casa de Koko tan temprano, decidió dar una vuelta. Por unas 5 horas.

Inui pensó en visitar aquel restaurante donde había tocado el piano la vez que se reencontró con Koko. Pero eran alrededor de las 9 AM, no estaría abierto.

Daba pasos cortos y lentos, procurando ir por la sombra para no ser quemado por el sol de la mañana. Su mirada iba dirigida al suelo, sus manos en sus bolsillos. Podía escuchar las persianas de los locales que apenas abrían. Inui pensó que aunque fuera temprano, el centro permanecía ruidoso.

"Oh cierto, debo prestar mas atención" se dijo a sí mismo cuando vio uno de sus pies pisar la calle, levantando su mirada para ver que el semáforo aún estaba en verde. Unos pasos más y podría haber sido catastrófico.

"¿Sería tan malo... que hubiera seguido caminando?" Pensó Inui viendo los autos pasar frente a él. Pestañeó rápidamente para sacarse esos pensamientos.

"Koko me habría regañado" pensó.

Seishu tenía sueño, quería volver a la casa y dormir en la cómoda cama, luego se ocuparía de sus problemas, pero no podía, no quería decirle a Koko las malas noticias. Se avergonzaba de si mismo.

Al final terminó yendo al parque, sentándose en un banco frío debido a que el árbol tras de él le brindaba amplia sombra.

Y como si de un indigente se tratase, se recostó en el y cerró los ojos para descansar, esperando no despertar en por lo menos las siguientes 4 horas. Inui creyó que su situación tampoco era muy diferente a la de un mendigo, no tenía casa ni trabajo, pronto se le acabaría el dinero. Se dio cuenta de lo lamentable que era su situación. ¿Cómo y cuándo había pasado todo eso?

Aunque había una diferencia, gracias a su amigo, tenía donde dormir, pero eso poco lo consolaba en ese momento. Al fin y al cabo nada de eso era de él.

"Odio mi vida" se dijo en voz baja ahora si cerrando los ojos para poder dormir. A pesar de los sonidos de las aves cantando, las personas pasando frente a él y el tránsito, Inui no tardó en conciliar el sueño.

Despertó horas después por la vibración de su celular en su bolsillo trasero. Lo encendió aún medio dormido solo para despertarse por completo al ver cuanto tiempo había pasado. No había dormido 4, ni 5 horas, había dormido 7. Para ese horario él ya debía estar en la casa.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora