Capítulo 3

1.9K 255 67
                                    

Esperando su destino Inui abrió la puerta. No se molestó en fingir una sonrisa, pues ellos tampoco mostraban una. Bueno, su madre si mostraba una, pero falsa.

"Creí haberte dicho que limpiaras" dijo ella.

Inui no contestó, no tenía ninguna excusa que poner.

"No nos quedaremos mucho tiempo"

Gracias al cielo. Pensó el rubio.

"Solo pasabamos de visita" continuó hablando su padre mientras ojeaban cada rincón de la pequeña casa, buscando algo que criticar.

"Si tienen hambre hay sopa en la nevera" Inui no tenía intenciones de ofrecerles su cena pero algo debía decir.

"No gracias, hijo" dijo la mujer fingiendo que no le disgustó su propuesta.

Inui tampoco podía quejarse mucho, pues paga esa casa con dinero que robó de sus padres y un poco de lo que gana en su empleo. Pedirles más sería cabar su tumba.
Causa de muerte: humillación.

Como de costumbre sus padres tomaron asiento para hablar sobre lo bien que iba su vida. Ellos son empresarios. Es la vida que él hubiera tenido si hacía uso de los conocimientos que sus padres lo obligaron a tener, claro eso si la depresión no lo mataba antes. Inui no tiene un solo recuerdo feliz de su adolescencia. Solo lecciones, evaluaciones, pruebas, exigencias, castigos, y asi en un ciclo eterno. Ah, y la constante comparación con su hermana.

Y como si la hubiera llamado con la mente, ella apareció en la conversación.

"Akane era una buena niña, tenía su futuro asegurado, ¿no te da vergüenza tener esto en comparación con ella?"

"Al menos yo si tuve un futuro" Inui no se sintió culpable de decir eso. Su intención no era insultar a Akane, si no herir a sus padres. Al parecer lo logró porque su padre dio un manotazo en la mesa, sacudiendo el salero sobre ella.

"Ten mas respeto por tu hermana"

Oh a ella la respetaba si si, pero eso no quitaba que se había muerto hace años y aún seguía en la boca de sus padres, solo para insultarlo a él.

Inui quería echarlos de su casa. Aunque respondiera sus comentarios, le hacían daño. No en ese momento, no tenía tiempo de pensar en ese momento. Si no en las noches, cuando intentando dormir recuerda esos comentarios dañinos, haciendole cuestionar sus actos. Él sabía que cuando ellos se retiraran, pensamientos inundarían su mente como parásitos, solo para hacerle daño.

¿Por qué me siguen visitando si me odian? Dejen de molestarme. Esta es la vida que yo elegí. Ojala ustedes se hubieran muerto en ese incendio y no mi hermana. No, ojalá nos hubieramos muerto todos. No quedaría nadie. Nadie me extrañaría, nadie me retaría.

Pensaba Inui en su tiempo libre. Se sentía culpable por la muerte de su hermana. Si no hubiera intentado cocinar, Akane seguiría con vida. Si Koko no lo hubiera salvado, él no tendría que cargar con esta culpa. La culpa era de Koko. Si. No. Koko lo salvó. Tenía las mejores intenciones, él lo quiere. Si. Koko es su razón de estar vivo. Algo que debe agradecer. Si. Koko...

Sus padres ya se habían ido, Inui no recordaba cuando. Solo sentía que quería llorar, pero no se permitía derramar lagrimas. No quería irse a dormir, ni mucho menos cenar. Un cigarrillo estaría bien. Se acercó a la ventana para fumarlo y vaciar su mente.

23:32 pm. Inui no tenía intenciones de irse a dormir. Se sentaría a ver televisión, hasta que sea hora de irse a trabajar. Dormiría el siguiente día. Tenía todos los días del mundo para dormir.

De alguna manera el chico se mantuvo despierto viendo comedias toda la noche. A Seishu le gustan las comedias, lo distraen y le sacan risas, aunque sean forzadas. Le gusta la sensación cuando pasan su película favorita. Es lo más cercano a felicidad. ¡Como sacarse la lotería! No, eso no se compara. Pero para Inui, era lo mas parecido.

Otro día en el trabajo. Inui tenía un pasatiempo. Le gustaba adivinar la vida de las personas que se cruzaba en la calle de camino al trabajo.

Una mujer de mediana edad. Parece llevar una vida tranquila. Los lentes negros que usa para cubrirse del sol la hacen parecer una celebridad, seguro ella los usaba por eso.

Un chico de su edad, y lo que parece ser su novia. Hermanos no son, no se parecen y el afecto que se demuestran no es uno típico de hermanos. Definitivente llevan una vida mejor que la de él.

Un hombre barbudo. Por su corbata desarreglada, podría estar saliendo del trabajo. O aparentar que eso era, quizas venía de una aventura con su amante. Si, eso era mas interesante.

De pronto Inui había llegado a su trabajo. Otro monótono día de arreglar cadenas. Así como estas, su vida dio un giro solo después de regresar a su casa.

"Lo siento joven, debo hacer mi trabajo"  La expresión de Inui no era más que puramente terror al ver que la dueña de su casa estaba buscando las llaves para entrar.

"Deme un poco mas de tiempo por favor, conseguiré el dinero". El dinero de sus padres era su única opción, pero prefería humillarse ante ellos que volver a compartir casa con ellos.

La mujer lo miró con pena e ingresó a la casa. Inui solo se lo permitió. No tenía muchas cosas así que tomó lo necesario para luego agradecerle a la mujer y despedirse de ella. Una pequeña parte de Inui quería maldecirla.

Que más podía hacer ahora que regresar a su triste casa, su verdadera casa. Pues había una mejor opción. Ir a beber. Inui no era un alcohólico, a pesar de su depresión nunca encontró satisfacción en ello. Pero no parecía una mala idea en estos momentos. Si tanta gente ahoga sus penas en alcohol, por algo debía ser.

El ambiente del bar que visitó lo reconfortaba. Había puros hombres mayores. Pero estaban unidos, conversaban entre ellos. Ya sean desconocidos o amigos de toda la vida. Había vida en ese bar. Inui se sintió fuera de lugar, pero por alguna extraña razón mostró una sonrisa.

Tuvo que presentar un identificacion falsa, pues es menor. La consiguió hace tiempo pensando que algún dia le sería útil. Realmente no pensaba usarla seguido, ni cuestionó sus acciones al respecto.

El rubio no era un bebedor así que no tuvo control sobre si mismo. Todo lo que sabía es que su cabeza dolía, lo suficiente como para deshacerse de pensamientos intrusivos. Bueno, tuvo un pensamiento intrusivo que decidió seguir.

Le mandó un mensaje a Koko. No le pareció mala idea. Era su amigo después de todo.

"Koko geacias oor salvar mi voda" escribió entrecerrando los ojos para poder ver claramente el teclado. No esperaba respuesta. Solo quería tener algo que hacer mas que llevarse esa botella a la boca.

"¿Estas ebrio?¿Donde estas?" Leyó Inui la respuesta de su amigo en la brillante pantalla que casi lo cegaba. Optó por enviarle la ubicación. Que mejor que beber solo, beber con un amigo. Pensó.

Koko no tardó en llegar, luciendo su mejor cara de preocupación. Se acercó hasta el ebrio Inui. Le hacía preguntas o lo regañaba, daba igual, Inui no distinguía la intención de sus actos. Solo sonreía al ver el rostro de Kokonoi.

"Viniste. Otra vez. A salvarme" pronunció Inui vagamente.

"Te llevaré a tu casa" dijo Koko ignorando sus palabras. El bienestar de su amigo le preocupaba más.

El pelinegro salió cargando a Inui con el peso de su brazo derecho pero se dio cuenta que no sabía donde vivía su amigo. Preguntarle fue inutil. Inui no sabía su dirección, solo la forma de llegar hasta allí y en sus condiciones no podría guiarlo.

Koko tomó la decisión de llevarlo a su casa. Lo subió a su auto. En el trayecto lo miraba de reojo, notando a Inui despierto, con la vista al frente, pero es como si como si no estuviera presente, se lo veía desorientado.

Llegando a su casa Inui logró levantar su borrosa vista para ver el tamaño de la casa de Koko. Era grande y vistosa. No era una mansión ni nada de eso. Solo una casa que definitivamente no podría pagar con su sueldo ni multiplicado por 3.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora