Capítulo 12

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Esa era la primera vez que Inui visitaba la habitación de Koko. La incomodidad casi podía verse en el aire.

Casi sin decir nada ambos se recostaron ingresando por los lados opuestos de la cama. Koko miraba a Inui, pero Inui le daba la espalda mirando hacia el exterior de la cama.

"Descansa" pronunció en voz baja el pelinegro.

"Tu igual" respondió Inui sin verlo.

Koko se sentía igual de incómodo que Inui, pero aún así se acercó un poco a él y sonrió aunque no lo estuviera viendo. Miraba atento su cabello y sus hombros. Quería despertar así todos los días.

En algún momento ambos pudieron hacer a un lado la incomodidad y lograron dormir. No planeaban tener una conversación, ni pasar horas despiertos, solo era la sensación reconfortante de compartir una cama lo que los llevó a esa situación. El sentirse protegidos entre sí hacía que esa decisión valiera la pena.

El siguiente día Koko abrió los ojos e Inui no estaba a su lado. De un brinco salió de la cama a buscarlo, el pánico corría por sus venas. Lo buscó por la sala y la cocina. No estaba. Fue a su cuarto y revisó los baños. No estaba. Sus latidos subían el ritmo. Salió al patio trasero y lo que presenció lo dejó perplejo. Era Inui, estaba comiendo. Estaba sentado con sus piernas cruzadas bajo la galería, con un plato de comida en sus piernas.

"Aquí estabas maldita sea" Koko sintió que podía permitirse respirar otra vez.

"Lo siento. Desperté con hambre" Inui mostró una sonrisa, una bastante amplia, que parecía mostrar alivio. Koko aún intentando regular su respiración lo observaba desde la entrada a la casa, estaba tan confundido y feliz al mismo tiempo. Y no era el único, Inui tambien lucía feliz, o mas bien, tranquilo.

Solo miraba el paisaje frente a el, dando bocados a su comida de vez de cuando. Koko imaginó que el estado de ánimo de Inui se debía que había despertado con hambre. Debió calmarse al darse cuenta de que no tuvo problemas para comer. Eso tranquilizó también a Koko. Fue a su lado y se sentó con él, y como si le pesara todo el cuerpo, se dejó caer en su hombro.

"No vuelvas a desaparecerte así" dijo.

"Lo siento. ¿Quieres?" Esbozó Inui inclinando los palillos hacia Koko para alimentarlo. Koko aceptó la comida. Abrió su boca guiando su cabeza hasta los palillos, para no tener que levantarse del hombro de Inupi ni tener que usar sus manos para agarrarlos.

"Gracias" dijo Inui en una voz suave.

Koko levantó la mirada hacia él, el reflejo del sol hacía sus ojos mas bonitos "Yo no he hecho nada" dijo él.

"Gracias por estar a mi lado" ahora Inui dejó caer su cabeza contra la de Koko. Formando una pequeña sonrisa. Kokonoi no dijo nada más, solo sonrió en respuesta.

La noche anterior a Inui lo paralizaban los nervios. Aunque conociera a Koko, compartir la misma cama era dar un paso grande. Aún así, cuando logró relajarse se avergonzaba de pensar que quería que Koko lo rodeara con sus brazos desprevenidamente. Él se negaría y Koko insistiría. Terminando unidos a la fuerza dormirían en esa posición toda la noche y ninguno diría nada. Inui se sonrojó ante la idea.

Pero es pronto para eso, quizas algún día...

13:45. Inui tomó prestada la laptop de Koko, otra vez, para buscar trabajo por internet. A su lado estaba su amigo observando la pantalla, innecesariamente bastante cerca de él.

"Dejaré mi curriculum en algunos sitios y luego saldré para buscar afuera" dijo Inui a lo que Koko le sonrió, le gustaba verlo animado.

"De acuerdo, tienes talento, seguro no tardas en conseguir uno" habló Koko volviendo su mirada a la pantalla.

Inui sabía que aunque fuera bueno en algunas cosas, el trabajo no sería facil de conseguir. Si tenía suerte sí, pero parece que la suerte nunca está de su lado.

Tomó su celular y le envió un mensaje a su ex compañero de trabajo Draken. Pensó que tal vez él podría saber de algún trabajo, no debía descartar ninguna posibilidad.

"Mmm no tengo idea lo siento, pero creo que deberías intentar buscar tomando el tren. Tal vez en el centro no haya mucho, pero más alejados si" Decía el mensaje que recibió de Draken.

Era buena idea, pero primero optaría por buscar cerca del centro, luego iría a donde indicó Draken.

Inui no quería ser pesimista al respecto, pero sus experiencias pasadas provocaban miedo en él.

"Oye... ¿crees que sea una posibilidad trabajar en lo que haces tú?" Preguntó con una sonrisa Inui sabiendo cual sería la respuesta.

"De ninguna manera." Respondió serio Koko.

"Tu lo haces ¿por qué yo no? Parece facil, solo estas echado todo el día" se quejó Inui.

Koko no respondió, en realidad en parte tenía razón "No lo harás y punto, no es una posibilidad. Es peligroso" dijo luego.

Koko gracias a ello recordó haber recibido un mensaje de su jefe Sanzu mas temprano, había olvidado responderlo. Probablemente quería que hiciera unos mandados. Estaba jodido, no es buena idea ignorar a Sanzu, pero no le dio mucha importancia, luego se lo compensaría haciendo una entrega que le dejara más dinero.

"¿Pasa algo?" Preguntó Inui al notar la mirada pensativa del pelinegro.

"Ah no es nada, solo recordé que mi jefe me envío un mensaje hoy temprano"

"¿Y no contestarás?" Consultó Inui luciendo preocupado.

"No, bueno, lo haré mas tarde" dijo Koko restándole importancia.

Inui no renegó más y cerró la laptop, se estiró y se apoyó en el respaldar del sofá. Buscaría trabajos luego, el brillo de la pantalla ya le hacía doler la vista. Hasta le había entrado sueño.

"¿Te molesta si me recuesto aqui a tomar una siesta?" Preguntó el chico acomodándose y sin esperar respuesta.

Koko solo lo permitió y se alejó de él para darle espacio, aunque aún permanecía sentado en el sofá. Le gustaba mirarlo en ese estado tan pacífico. Le hubiera gustado ver esa expresión anoche.

The Reason [kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora