Érase una vez... Nosotros

Prólogo

-Nada es permanente en este mundo lleno de Caos...

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-¿Qué fue lo que vi? ¿Fue una alucinación o fue realidad?- pregunta Meliodas aún recuperándose de la conmoción causada por Cath Palug.

-Ninguna de las dos- responde Arthur con voz agitada- Lo que viste fue una visión de un futuro que aún no está escrito.

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-Escúchame con atención- le dice aquel hombre a la pequeña hechicera, mientras se prepara para abrir un portal hacia el Purgatorio- Hasta ahora, no existe ninguna magia que pueda retroceder el tiempo...

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-¿Pero...y si el pasado pudiera modificarse? ¿Qué ocurriría si las decisiones que tomamos pudieran ser cambiadas de alguna forma? ¿Eso alteraría el resultado que conocemos?- pregunta la pelinegra con voz nerviosa.

-No Merlín- le responde la profunda voz de la dama del lago y su compañera agacha la mirada mientras sostiene aquella bufanda contra su rostro- Ni siquiera los dioses poseen ese poder, el pasado no puede cambiarse, aunque puede que exista la posibilidad que otra versión de nosotros pueda tomar mejores decisiones, no afectaría en nuestro mundo, pero...

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-Crearías una singularidad- responde el mago Gowther desde su silla.

-¿Una singularidad?- pregunta la pelinegra quien luce de nuevo como una niña, ambos se encuentran dentro de un planetario, ella observaba desde un rudimentario telescopio el cielo estrellado en el exterior.

-En un universo cuántico- explica el rubio tomando una hoja de papel- Cada vez que tenemos que tomar decisiones que afecten la vida de otros, creamos una nueva realidad, una donde tenemos que vivir con las consecuencias de aquello que hicimos bien o mal...

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-Pero hay algo que debes saber, no importa cuantas veces renazcas, no importa cuantas vidas diferentes tengas, aquellas almas que están destinadas a encontrarse lo harán sin importar las fronteras del tiempo o el espacio.