Bandos

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Finalmente había terminado su educación formal, ahora debía buscar un trabajo y aspirar de ser posible a un cargo de gobierno, tenía muchas posibilidades, ella era la mejor alumna de su generación, no más aún, era la mejor estudiante que se había visto en el último siglo.

El líder de aquella ciudad lo sabía y tenía sus ojos puestos en ella, pero a Merlín ese hombre tan frío siempre la hacía sentir una incómoda sensación. No quería trabajar con él, el solo hecho de dirigirle la palabra la ponía nerviosa y su padre parecía notarlo.

Deja caer su pluma cuando lo escucha dentro de su hogar, ella no era el tipo de persona que interrumpía las conversaciones de los mayores, pero realmente le preocupaba lo que ese hombre pudiera buscar en ese lugar

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Deja caer su pluma cuando lo escucha dentro de su hogar, ella no era el tipo de persona que interrumpía las conversaciones de los mayores, pero realmente le preocupaba lo que ese hombre pudiera buscar en ese lugar.

-Piensalo bien Gowther- le dice mientras se sirve una copa de vino y Merlín se sienta en las escaleras las cuales la protegían de ser vista- Ya tiene 18, puede unirse al consejo cuando desee, sería la más joven, te diría que incluso que podría llegar a ser la líder de esta ciudad cuando me retire, pero sabemos que no tendría suficientes votos por el hecho de ser mujer; aun así, eso no le resta que puede llegar a lograr grandes cosas.

-No está lista- responde el rubio con un suspiro por el rumbo que toma la conversación- Es mucha responsabilidad, pensaba en un trabajo más sencillo, donde pueda ir madurando hasta estar preparada para un puesto como el que mencionas.

-Bien, entonces, ¿has pensado en la propuesta de Chandler?- Merlín levanta la ceja, había escuchado ese nombre antes, era un viejo conocido de su padre- Él ya se encuentra trabajando con la familia Demon, es el tutor de uno de sus hijos y al parecer ellos se están aliando con gente muy poderosa.

-No me interesa relacionarla con esa gente, hemos logrado vivir en paz debido a que no nos metemos con los conflictos de otros reinos, tomar partido por un bando podría traernos problemas y según lo que he escuchado, la familia Demon no planea nada bueno.

-Piensan tomar Camelot y su ejército, pero eso tiene un propósito más grande, ¿la familia Godwing te suena familiar? o tal vez el nombre: ¿Mael?

El golpe de la madera se hace presente y la pelinegra se sobresalta al escucharlo.

-¡No vuelvas a decir ese nombre en esta casa!- escucha decir a su padre.

-Vamos, vamos no te pongas así, esta es una gran oportunidad, los Demon tienen todas las de ganar, finalmente alguien podría vengar a Glarissa y no solo eso, los hijos del lord son jóvenes con mucho potencial, uno de ellos podría desposar a Merlín y tendrías tu futuro asegurado.

-No, olvídalo, no la voy a involucrar con ellos, no quiero venganza, quiero tranquilidad y la he tenido todos estos años, no voy a usar a Merlín como una moneda de cambio, juré que ella crecería libre de todo eso y es mejor que Belialuin se mantenga al margen como siempre, así evitamos problemas.

-Los problemas son inevitables en tiempos de guerra y ya algunos de nuestros mejores hechiceros han sido reclutados por alguno de los bandos, al fin y al cabo vivir en el anonimato ya no parece ser la mejor opción.

-Esas son tus ideas Aurelius, no las del pueblo de Belialuin.

-Yo represento al pueblo de Belialuin, y sino quieres que ella termine involucrada en todo esto, entonces es mejor que la mantengas encerrada en tu pequeño laboratorio el resto de su vida, lo cual sabemos sería un verdadero desperdicio a todo su potencial.

El hechicero sale de aquella vivienda y entonces el rubio dirige su vista hacia las escaleras.

-No tienes porqué preocuparte por lo que acabas de escuchar, este es tu hogar y estás segura mientras yo esté aquí- termina mientras se dirige a la puerta, dejando a Merlín más confundida que antes.

Desde ese día, sus sueños con aquel joven desaparecieron, pero contrario a lo que hubiera podido creer, lejos de traerle paz ahora se sentía peor. ¿Qué tal si tenía que ver con todo lo que dijo el líder de su pueblo?, ¿Qué pasaba con la familia Demon?, ¿Era el joven de sus sueños uno de los herederos con los que deseaban que ella se comprometiera?, ¿Quién era el tal Mael y como estaba relacionado con la muerte de su madre?

No sé sentía con valor de hablarlo con su padre, ahora estaba segura de cuál sería su posición en todo esto: mantenerse al margen, esa parecía ser su forma de lidiar con el dolor. Pero ella no podía quedarse de brazos cruzados, si seguía en aquel lugar seguramente su vida sería tranquila, pero había algo que le decía que eso no era lo correcto, si se quedaba allí el destino de aquel rey que veía en sus sueños seguramente terminaría en una tragedia.

Tenía que salir de su zona de confort, tenía que encontrarlo a como diera lugar, aquella persona que seguramente en otra época o en otra realidad, ella había fallado en proteger, no podía fallarle de nuevo. Con ese pensamiento finalmente toma una decisión.

Érase una vez... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora