Tal como Aurelios, líder de los magos había predicho, lord Demon había preparado una estrategia militar con la cual invadió las tierras de Uther Pendragon.
Con la mentira de una traición al reino y una falsa acusación de colaborar con guerreros de otras tierras, aquel hombre había logrado quedar como héroe en batalla y no como el usurpador que realmente era.
A partir de ese momento, él y sus tres hijos se habían dirigido a aquel castillo donde gobernaría como rey y el resto de naciones deberían decidir si estarían de su lado, serían neutrales a su mandato (lo cual podría significar ser excluidos en tiempos de necesidad) o si estarían en contra de sus decisiones.
-Felicidades por su coronación- le dice Chandler entrando en el recinto principal.
-Debemos recordarle, mi Lord que debe deshacerse de aquellos soldados que sepan demasiado sobre todo nuestro plan- agrega Cusack.
-Descuiden, ya le pedí a mis caballeros de confianza el solucionar ese detalle, por lo demás no hay nada que temer, un rey muerto no puede delatarme.
-Es correcto majestad- explica el peliverde acomodando su barba- Además Uther cometió el error más grave que puede hacer un monarca, no se aseguró de dejar un heredero.
-¿Y ustedes, están completamente seguros sobre eso?- pregunta Gradion.
-Por supuesto su majestad y si en dado caso hubiera algún hijo bastardo que el rey Uther no reconoció, nosotros nos encargaremos de que esa persona jamás se interponga en sus planes.
-Bien por ahora eso me basta, pero aún los necesito a ustedes, necesito que entrenen a mis hijos, si alguna vez yo llego a fallar, el trono debe quedar asegurado en esta familia.
-Por supuesto majestad, nosotros nos encargamos de que ellos sigan sus pasos y su linaje va a perpetuarse en el trono por mucho tiempo.
***
-Meliodas te ha ganado- felicita Chandler a su pupilo de 14 años, quien acaba de desarmar a su hermano de 12 y medio- Estarossa debes mejorar tu técnica o no podrás valerte por ti mismo.
-¡Meliodas es el mayor!- le reclama entonces el de pelo plateado- Es obvio que nos ganará siempre.
-No esté tan seguro joven- le aclara Cusack, el segundo maestro de los hermanos, quien llevaba en brazos a un pequeño Zeldris de apenas 6 años- Si bien el primogénito tiene más derecho desde el nacimiento, su majestad no ha decidido cuál de ustedes será su principal heredero, eso deben demostrarlo según sus cualidades, la fuerza es importante, pero también lo es la astucia y la inteligencia con la que toman sus decisiones.
-Eso ya lo sé, es por lo que padre nos obliga a competir siempre entre nosotros- dice el rubio tirando su espada de madera.
Lo cierto es que el poder podría ser tentativo para cualquiera, pero para Meliodas, si tenía a cambio que vivir peleando y humillando a sus hermanos para tenerlo, quizás no era algo que quisiera poseer, era algo que aún no decía en voz alta, sino que guardaba en el fondo de su corazón, por qué sabía que incluso su maestro Chandler quien lo apreciaba mucho, no estaría para nada de acuerdo y le contaría a su padre lo que estaba pensando. No quería ni imaginar la paliza que le esperaba si se llegaba a enterar.
No, debía haber otra forma, Cusack lo dijo, a lo mejor la fuerza no era la respuesta, a lo mejor algunas cosas se debían solucionar de otra manera.
***
El tiempo transcurría en aquel reino, tanto él como sus hermanos estaban creciendo y también lo hacía la rivalidad que el rey había sembrado en cada uno de ellos. Una tarde, cansado de todo eso, Meliodas había salido a dar un paseo por el reino, oculto por un pequeño disfraz, quería saber lo que la gente pensaba sobre el reinado de su padre y sus sospechas se volvían ciertas conforme se colaba más en aquellas calles, a la vista del pueblo, el rey era un ser déspota, un tirano paranoico, que no dudaba en reprender cualquier sospecha de traición. Algo muy sospechoso de alguien que se supone había obtenido aquella corona de forma limpia.
No puede seguir analizando la situación por qué algo distrae por completo su atención, de vuelta a la entrada del castillo, sus ojos no se pueden apartar de la joven que acompañaba a su maestro Chandler.
Su cabellos negro hasta los hombros, sus ojos dorados, ese lunar en su rostro que la hacía ver tan sexy, por su atuendo era seguro que también era una hechicera. Una duda recorre su mente: Acaso su padre estaba reclutando más hechiceros?
Sin que se percaten de su presencia, Meliodas se cuela rápidamente al castillo y se dirige a la ventana desde donde puede tener mejor vista de aquella joven.
-Así que finalmente te apareces hermanito- le dice un Estarossa que ahora a sus 15 años era más alto que él a sus 17.
-Callate idiota, solo quería librarme un rato de ustedes, por cierto ¿sabes quién es la chica que nos visita?
-Al parecer es hija de un amigo de Chandler y se encuentra en un viaje de investigación, pero no pierdas tu tiempo, ella es del tipo intelectual.
-¿Ósea que ya quedaste como un bobo ante ella y perdiste tu oportunidad?- sonríe Meliodas con genuina felicidad por la noticia.
-Claro que no, no me interesa hablarle- sacude su rostro Estarossa.
-Bien, entonces si no nos vamos a pelear por ella y dudo que Zeldris a su edad tenga interés en las chicas, significa qué ella es solo para mí- se despide Meliodas mientras continúa por el pasillo con la excusa de buscar a su maestro y ser presentado con aquella encantadora mujer.
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Érase una vez... Nosotros
Fanfiction"No importa cuantas veces renazcas, no importa cuantas vidas diferentes tengas, aquellas almas que están destinadas a encontrarse lo harán sin importar las fronteras del tiempo o el espacio" ¿Podrá esta vez el destino de Arthur Pendragon ser diferen...