Contra reloj

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Había recorrido todo aquel lugar, pero por más vueltas que diera, le era imposible encontrar la salida, había cometido un grave error y ahora más que salir de allí,  necesitaba encontrar a Gawain.

Una bestia salvaje se les había aparecido mientras exploraban, parecía una especie de caballo, pero tenía 6 piernas y su crin parecía cubierta de un extraño fuego, seguramente era un espíritu del bosque. Intentaron luchar pero fue imposible, así que huyeron pero en el proceso ambas se habían separado. 

Aquel bosque estaba al centro de todos los territorios de Brittania, y era una de las razones por las que la guerra se postergaba. Cualquier ejército prefería rodearlo antes que cruzar por él, lo cual hacía más difícil no levantar sospechas si marchabas con un pelotón.

Cansada Merlín se recuesta en un tronco y de pronto su vista comienza a cansarse.

***

-¡Oye niño!

-No soy un niño- le dice el rubio.

-Claro que si, te ves más joven que yo, cuanto tienes ¿13 o 14?

-Tú apenas tienes 15- dice en respuesta.

-¿Cómo sabes eso?

-Solo dije un número y acerté.

-Al diablo con eso- dice Gawain- ¿Me dirás cómo lograste alejar a ese monstruo? 

-Es un guardián, no un monstruo, los humanos suelen usar esa palabra demasiado a menudo y eso me irrita.

-¿Los humanos?- dice Gawain- ¿Y tú no eres un humano?- dice sintiendo un poco de temor, pero luego su mente recuerda algo- ¡Merlín! ¿Dónde está Merlín?- dice buscando a su maestra.

-¿No estabas sola?

-No, mi maestra y yo estábamos buscando materiales.

-Ah, seguramente eso fue lo que molestó al guardián…

-Vamos ayúdame a buscar a mi maestra- dice tomándolo del cuello de su camisa- Sin ella no podré volver a casa nunca.

-Oye calmate y quítame las manos de encima- dice el rubio alejándose.

-¡Vamos Lancelot tenemos que encontrar a Merlín o si no…!- Gawain detiene sus palabras y los ojos del chico muestran tanta sorpresa como ella.

-¿Cómo sabes mi nombre? Jamás te he visto antes- entonces ella comienza a recordar la historia de Merlín.

-No lo sé, además lo que dije, que debíamos encontrar a Merlín, es…

-¿Cómo si lo hubieras dicho antes?

-Si, no entiendo qué ocurre.

-Tampoco yo, pero el bosque puede guiarnos y encontraremos a tu maestra- dice mientras ambos comienzan a caminar, la chica se tropieza en una rama y cae sobre una serpiente causando que se asuste y grite- ¡Cállate!- le reclama mientras él aparta al animal y le ayuda a levantarse- Para ser una grandulona eras bastante llorona.

***

Los brazos masculinos la cargan hasta salir del bosque y luego la llevan hasta una pequeña cueva, el varón revisa sus signos vitales, sólo parece cansada y tiene unos pequeños raspones en sus piernas. Comienza a llover, por lo que se asegura de encender el fuego y colocarle una manta.

Por alguna razón la pelinegra que encontró desmayada en su cacería habitual, le parecía demasiado familiar.

***

Érase una vez... NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora