Playlist de Carla: Todo (Pereza)
- Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos Carla, cumpleaños feliz. - dicen al unísono las dos personas que más quiero en el mundo entrando a mi cuarto, en la mañana de mi décimo cumpleaños.
Yo no me hago la remolona. Dormir siempre me ha parecido una pérdida de tiempo. Salto de la cama a los brazos del hombre de mi vida, mi padre y nos damos un abrazo de tres.
- Feliz cumpleaños, princesa. Ya tienes los dos números. Diez años. Eres toda una señorita, Carla. ¿Cómo se siente siendo ya tan mayor?
- Papá, no seas infantil. Solo tengo un año más que ayer, pero llevo siendo grande mucho tiempo.- digo haciéndome la sabionda.
- Por supuesto, eso no lo dudo.
- Cariño...- dice mi madre con un tono meloso acariciándome el pelo.- Feliz Cumpleaños.
- Gracias mami.- dije tendiéndole los brazos para darle un abrazo a ella también. Olía como suponía que olían las hadas de mis libros. A flores y magia. Me encantaba y me sigue encantando cómo huele mi madre. Es el mejor olor del mundo. El olor de mi hogar.
- Bueno, pero a las señoritas grandes todavía les gusta desayunar chocolate con churros en sus cumpleaños, ¿no?
- Por supuesto. Es la primera norma de toda señorita que se precie.- dije muy seria.- Es algo que no puede faltar en la mañana de un cumpleaños.
- Pues vamos allá.
Bajamos juntos las escaleras de nuestra casa desde mi habitación hasta la cocina y desayunamos juntos entre risas. Algo que siempre me ha encantado de la mañana de mi cumple es ese desayuno, solos los tres. La celebración vendría después con el resto de la familia, pero ese ratito era mío, con mis dos personas favoritas.
Estaba bebiéndome mi chocolate caliente cuando me paré a observar a mis padres riendo. Él le estaba manchando la cara con un churro mojado en chocolate, riéndose de cómo ella era incapaz de contar chistes. Se lo había pedido yo, pero mi madre es nefasta en esa tarea. Ambos lo son. Pero a ella le molesta no ser la mejor en algo cuando la retan, creo que esa faceta de ella la he heredado yo también. Las chicas de esta familia somos competitivas a más no poder.
Los miro y siento algo calentito en el pecho. Porque de verdad, son las dos personas a las que más admiro en esta tierra, y cómo se miran es algo que siempre me ha encantado. Incluso cuando se pelean, veo que se quieren. En el colegio he oído que hay padres que se separan, pero ellos nunca lo harán. Porque su amor es como una película, como la de los cuentos Disney. Es el de verdad, el que dura para siempre y el que está escrito en las estrellas.
A veces me cuentan un cuento. Papá dice que mamá es la heroína de su historia de amor, y mamá me cuenta el cuento de Apolo y creo que no se da cuenta, pero mira la foto de papá que tengo en mi mesita de noche cada vez que lo hace. Como soy una mujer adulta de diez años, he llegado a la conclusión de que en realidad no me cuenta el cuento de Apolo, sino el de ellos. Su historia de amor. ¿No os lo he dicho? Son mis héroes y de mayor (cuando crezca un poco más, porque ya lo soy), quiero que mi vida sea igual que la suya. Como una aventura.
- Tengo una sorpresa para tí, Carla.
- ¿Siiii? Me encantan las sorpresas, mami.
- Sí, he hecho algo que te va a encantar, dice sacando una bandeja tapada con un trapo.
- ¿Es mi tarta?
- No, esa la tomaremos con los abuelos esta tarde. Pero tengo un adelanto.
Quita el trapo y ante mí aparecen una bandeja llena de muchísimas magdalenas, que ahora mi amiga Lola me ha dicho que se llaman Cup no sé qué. Creo que le volveré a preguntar. El color rojo que se aprecia me hace saltar de la alegría.
- Son de fresa, ¿a que sí?
- Sí, princesa. Son magdalenas de red velvet. Tus preferidas. ¿Te gustan?
- Me encantan. Gracias mami.
- Oye y yo ¿qué?- dice mi padre.
- Sois los mejores papis del mundo los dos, papá. No te enfades.- y me tiro a su cuello.
- Vamos a hacer algo.- dice mirándome fijamente.- ya has tomado algunos churros y chocolate caliente. Las magdalenas las vamos a dejar para otro momento, ahora solo te vas a comer una sola para probarlas, porque es tu cumpleaños.- Me explica.- Sabes que demasiado azúcar...
- Siiiiiiii... Me pone nerviosa y me duele el estómago. Te he dicho que he crecido, papá.
- Cierto, se me había olvidado.- dice dejándome en mi sitio de nuevo.
Mamá saca una vela y la pone sobre uno de los cupcakes.
- Como entras en el asombroso mundo de las dos cifras, papá y yo hemos pensado en dejarte soplar las velas dos veces.
- Pero esto no se lo podemos contar a la abuela, porque...
- Se pondría a chillar en el parque porque no la hemos esperado. Será nuestro secreto, papá. Palabra de astronauta.- le digo. Era nuestro código cada vez que prometemos algo.
- Así me gusta, princesa.- dice chocando mi mano.
- Bien, pues ahora, tienes que desear algo muy fuerte, muy fuerte y pedirlo para que se cumpla.
- Vale.
- Piénsalo bien, eh. Es muy importante que sea algo que desees de verdad. Algo que quieres con todas tus fuerzas.- dice mi padre rodeando la isla de la cocina y poniéndose justo en frente mía, junto a mamá. Y pasándole el brazo por la espalda.
Algo que quiera con todas mis fuerzas. Pienso en algo que quiera con todas mis fuerzas y lo tengo claro. Creo que será mi próximo deseo durante el resto de mi vida. Si.
"Deseo encontrar mi historia de cuento de hadas, como la de mis padres. Deseo que mi vida sea igual de perfecta que la de ellos." pensé con los ojos cerrados, con fuerza.
Y ese deseo se convirtió en mi mantra de vida, sin pretenderlo. En alcanzar una felicidad como la de ellos, en lograr mi propio cuento de hadas, mi vida perfecta. Y no supe cuando dejó de ser un sueño de niña de diez años, para convertirse en el centro de la vida de la mujer que soy ahora. No solo quiero un amor cualquiera, quiero la vida de cuento, la magia en la mirada y la sonrisa cada vez que lo miro. Quiero la casa con jardín y el trabajo de mis sueños. No solo quiero encontrar el amor. Lo quiero TODO.
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Hasta que me devuelvas mi destino
ChickLitCuando una tirada de tarot le muestra un futuro prometedor, con el éxito profesional y el amor verdadero a la vuelta de la esquina, Carla no tiene dudas de que su vida estará llena de felicidad y está como loca por encontrarlo. Carla es trabajadora...