Capítulo 2: El ciego y el Bufón

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Spotify de Carla: La Venda (Miki)

Veo a Elle concentrarse y hablar por lo bajini. ¿Está hablándole a las cartas? Bueno, no voy a ser yo la que le diga nada. La observo y en realidad me hace gracia, porque no la veo como a la típica tía que me imaginaría tirando el tarot. El pañuelo atado al pelo, los pendientes de pluma o el olor a incienso no están por ninguna parte. Al contrario, eso es más rollo mi amiga Lola, y os hago spoiler: ahora mismo está mirándonos incrédula, porque esto para ella es poco menos que un circo.

Elle está trabajando como diseñadora en una nueva marca de ropa parisina que está creciendo como la espuma, por lo que su look es cómodo (recordemos que acaba de llegar del avión) pero muy chic. Hablando de avión...

- Ay, perdonadme. Me ha ganado lo impaciente y me he perdido con tanta historia de las cartas y demás. Las habitaciones...-digo señalando al pasillo.

- He llevado mis cosas y las de Elle a mi habitación, no te preocupes. Hemos dormido durante el vuelo, así que estamos descansadas. Elle es muy forofa de leer las cartas, así que lo hace encantada.

Asiento y me giro a la chica en cuestión. Me mira fijamente, y por un segundo siento que está escarbando en las profundidades de mi alma. Un escalofrío me recorre la columna y ella me sonríe.

- Bien, formulemos la primera pregunta. Recuerda, respira, piensa con calma y concéntrate.

- Sí. Por supuesto. Bien. Ehh...- digo mientras pienso.

- Empiezo yo: ¿Va a dejar Carla de ser una chillona irritante cuando algo no sale como ella quiere?- dice Lola socarrona.

- Oye, por favor. Así no hay quien se concentre. Y chillona tú.- digo cerrando los ojos.- Ya la tengo.

Allá voy, diosito.

- ¿Conseguiré abrir mi bufete? ¿Lograré el éxito con mi propia empresa?

Para mi esta era la pregunta más importante, porque una de mis metas principales es tener el éxito que han tenido mis padres, a los que admiro profesionalmente como la que más.

Mis padres... Ay esos dos pillos. Los adoro. Mi madre y mi padre tienen su propia firma, aunque no son abogados, sino que se trata de un estudio de arquitectura. Se conocieron cuando mi madre era aún estudiante y mi padre ya cosechaba varios proyectos de éxito y se enamoraron perdidamente. Mi madre con su creatividad, su genio y su inteligencia, logró hacerse hueco en la empresa, hasta que los dos se hicieron socios. No se llevaron muy bien al principio, pero tras un tiempo, se volvieron inseparables. Ahora poseen uno de los estudios de arquitectura más importantes del país, aunque ya no trabajan como antes. Se lo toman con más tranquilidad.

- Sin duda, aquí hay éxito. Éxito y prosperidad que serán el fruto de mucho esfuerzo que verá su recompensa. Veo un camino plagado de dudas, de indecisión al comienzo, pero has encontrado un objetivo y lo vas a conseguir.

Mis ojos creo que se pusieron como lucecitas navideñas que cambian de color, porque Elle y Julia, que estaban en frente mía, me sonrieron.

- Está claro que el tema es importante para ti.

- ¿Lo dicen las cartas?

- No, lo veo en tus ojos.- me dice sonriente.

- Así es, lo es. Mucho. ¿Dicen algo más?

- Sí, pues el éxito está, eso es indudable, pero vas a tener que hacer al menos un gran sacrificio para conseguirlo, y te va a costar mucho dar el paso, pero lo harás. Con ayuda, claro está. Hay mucho apoyo para que encuentres la forma de llegar a lo que tanto has deseado. Aunque creo que hay alguien muy importante que te va a ayudar. ¿Un socio, tal vez? A lo mejor algún amigo, no lo tengo claro. Pero alguien va a estar ahí para ti.

Hasta que me devuelvas mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora