Hasta que me devuelvas mi destino

Capítulo 19: Musical o MusicMan

Spotify de Lola: I Love It (Icona Pop)

-Toc, Toc. ¿Lista? Wow. - dice Sergio entrando en mi despacho y mirándome de arriba a abajo.

- ¿Qué? - digo con una sonrisa.

- Carla estás... wow. Me dejas sin palabras. Impresionante. - dice balbuceando.

- Muchas gracias. Pero impresionante es más bien tu apellido. - le respondo coqueta.

- Impresionante va a ser la envidia que voy a darles a todos y cada uno de los que entren en ese teatro y me vean contigo del brazo. Estás preciosa, de verdad. - se acerca a mí y me da un beso en la mejilla, muy cercano a la comisura del labio. Y me encanta, porque noto el cosquilleo en el estómago, el que tengo que notar. Eres tonta, tía, qué cosquilleo, que te está vibrando el móvil. Mierda.

- ¿Me disculpas un segundo? - digo sacando el móvil de mi bolso.

- Sí, claro.

Veo el número de mi primo Isaac y lo contesto al momento.

-Primo.- digo por saludo.

- Es tan difícil que cojas el teléfono que casi pensaba que los alienígenas te habían abducido. Y es curioso, porque no creo en esas paparruchas. - comenta intentando hacerse el gracioso. Spoiler: no le sale.

- Hola, qué tal Isaac, bien Carla y tú, perfectamente, echándote de menos, y yo a ti primita.

- Sí bueno, me salto la parafernalia familiar bien queda, que no es lo nuestro, y voy mejor al grano. Llevo intentando contactar contigo casi una semana. - me dice acusatorio.

- Y me parece que vas a tener que esperar porque voy de camino a una cita.- digo cerrando mi oficina.

- ¿Con quién? - pregunta.

- Pues con un chico.

- Yaya, con un chico pero quién. - vuelve a preguntar. Es muy protector conmigo, porque somos los únicos primos que tenemos ambos. Él también es hijo único, así que dentro de la familia nos hemos criado juntos prácticamente y él ha adoptado el rol del hermano mayor.

- Un chico, ¿Qué más da? No lo conoces. Por favor, si es algo de vida o muerte habla ya, pero si no, vas a tener que contármelo mañana porque vamos un poco justos de tiempo.

- No me cuelgues, Carla. Es un asunto muy importante.

- ¿Alguien de la familia está en el hospital? ¿Tu madre, la mía, la abuela? - pregunto.

- No.

- ¿Te han secuestrado?

- No, Carla. - dice con un suspiro exasperado.

- ¿Te han encasquetado un crimen que no has cometido y necesitas un abogado? - pregunto sabiendo que lo estoy sacando de quicio.

- Eres muy rara, tía. - comenta.

- Me lo tomaré como un no a todas las opciones anteriores... Así que como no es nada de vital importancia, te cuelgo. Me tengo que ir, de verdad.

- Carla, hablo enserio, es importante. Es sobre el trabajo que...

- Si es sobre el trabajo puede esperar a mañana, tengo todo el día para ti. - le interrumpo rápidamente queriendo acabar con la conversación.

- Increíble que acabes de decir eso tú, precisamente. - me responde atónito.

- Ahora si me disculpas tengo que marcharme. - le corto.

- Ni se te ocurra colgarme, Carla.

- Chao.- y pulso la tecla de colgar y pongo el móvil en silencio. Ahora mismo no me puedo centrar en el trabajo. Tengo que irme.