Capítulo 10: Sendero Luciérnagas

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Spotify de Santi: Counting Stars (One Republic)

- No sé en qué momento acepté éste paseíto del demonio. Debe haberme afectado algún hongo alucinógeno. - dice Carla muy agarrada a mí. Doy un breve vistazo a través del espejo en su dirección y no puedo reprimir una sonrisa. Creo que no me ha visto, pero he estado echándole vistazos de vez en cuando por este espejo y me he dado cuenta de que ha estado disfrutando cada vez un poco más. - ¡No me mires, hombre, que nos vamos a matar!

- Hasta hace dos minutos estabas bien relajada, hablando con Elle. Tranquila.

- Te contaré un truquito para tu vida, Santiago: no le pidas que esté tranquila a alguien que es muy obvio que no lo está. Llevo sin disfrutar desde que puse mis ojos en este cacharro.

- Yo creo que no está tan mal. El aire fresco, el bosque, el sol. Mira a tu alrededor, Carla. Es fantástico. Y aunque no lo quieras admitir, sé que una parte de ti lo está disfrutando.

- Ya lo que me faltaba. El brujo Lolo me ha tocado a mí, hasta las mentes me sabe leer...

- ¿Cómo has dicho?

- Nada, da igual. Oye, ¿tienes algún rumbo?

- No, solo estoy siguiendo al frente, en la dirección del sendero.

- Bien, pues cuando llegues a ese tronco caído de allí, en la bifurcación, gira a la izquierda.

- ¿Estás segura? Nos saldremos del sendero, y dijiste...

- Sé muy bien lo que dije, pero conozco esta zona. He venido a caballo muchas veces.

- ¿Montas?

- Sí, muy a menudo, además. Mi padre me regaló un caballo cuando era pequeña y prácticamente llevo toda la vida haciéndolo. Hemos hecho varias excursiones a caballo por aquí.

- Guau. Eso suena divertido.

- No se si sentirme ofendida por la sorpresa de tu voz.

- No lo estaría en realidad, te pega, pero después de tu pequeño problemita con la seguridad, no imagino cómo te puede dar miedo un quad y no un caballo.

- Son dos cosas totalmente diferentes.

- Por eso digo. El quad sólo depende del conductor. El caballo tiene voluntad propia, se puede desbocar, puede cambiar su actitud...

- ¿Eso piensas? No puedes estar más equivocado. Tú estás sobre una máquina. Las personas tienen tanta confianza en ellas que piensan que lo tienen todo controlado pero no es así, son impredecibles. Con un caballo es diferente, porque realmente hay comunión entre las almas del jinete y el caballo.

- Vaya, qué profundo. A mi me dan cierto respeto los caballos.

- ¿Les tienes miedo?

- Desde pequeño. - reconoce - Mi padre nos llevó a mi y a mi hermana cuando era un bebé a la cuadra de un amigo suyo y creo que es el día que más aterrorizado he estado en mi vida.

- ¿En serio? Pues no deberías tenerles miedo. Antes de desbocarse da señas de ello, en las manos del jinete está poder ver eso y ponerle remedio antes que pase. Él confía en mí porque lo conozco, igual que yo confío en él porque me conoce. Nunca he tenido una caída, ni un accidente, porque de verdad existe confianza entre los dos.

- Tiene sentido. Entonces la señorita es jinete.

- Muy buena, además. Y creo que ya estamos llegando a donde quería.- La vuelvo a mirar por el espejo y la veo sonriendo, aunque agarrada a mi cintura.- Mira ve hacia esa colina, las vistas son maravillosas.- me señala por encima de mi hombro hasta un claro que tenemos enfrente, donde paro el quad.

Hasta que me devuelvas mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora