Capítulo 16: BarWoman

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Spotify de Carla: Shape of you (Ed Sheeran)

Estoy en la terraza que tenemos en el ático, a escondidas porque le he robado un poco de Nutella y una de sus magdalenas a Lola para merendar y no quiero que me eche la chapa luego. No, me niego a soportarla. En ese momento, mi móvil suena con el sonido predeterminado de una de las personas más importantes de mi vida. Es una videollamada que no espero mucho para responder.

- Hola, Mamá.- digo con una sonrisa.

- Carla, cariño, cómo estás.

- Muy bien, aquí merendando un poco.- digo mostrándole mi merienda.- Menos mal que no está papá porque ya me estaría riñendo.

- Ya veo ya, tienes toda la boca llena de chocolate. Pero será uno más de nuestros secretos, descuida.- dice con su sonrisa tan característica. Apenas roza los cincuenta, fue una madre muy joven, pero conserva la misma sonrisa que en las fotos de cuando tenía mi edad. No ha cambiado, sigue siendo la mujer más guapa que he conocido.

- ¿Dónde está? - le pregunto.

- Está con Jacobo. Creo que han ido a pescar.

- ¿Cuándo se va a enterar mi padre que la pesca y él no son compatibles?

- Vendrá de nuevo con las manos vacías, fingiendo que los ha soltado después de cogerlos, y yo fingiré que le creo. - empieza a reirse.

Me río entre dientes y le pregunto a mi madre qué tal su día.

- Bien. Muy bien, he ido a revisar una obra que teníamos en el puerto. Ha quedado preciosa. Por cierto, te llamaba para recordarte lo de la barbacoa. Se ha aplazado porque tu primo Isaac ha tenido que salir de repente de la ciudad. Pero vuelve la semana que viene.

- ¿Y la abuela?

- De los nervios, ya la conoces, porque tenía una buena fiesta pensada, es la señora organizaciones, y se le ha ido todo al garete. - me río pensando en la organización que ha tenido que montar para nada y sus gritos. Me puedo estar meando.

- Madre de Dios. Se ha tenido que formar una buena.

- Sí. Pero bueno, ¿tú cómo estás? ¿Cómo van esas vacaciones?

- Esas "no vacaciones", querrás decir. Tuve que trabajar de lunes a miércoles.

- ¿Y eso?

- Por un cliente nuevo que... en fin mamá, lo de siempre.

- No sabes cómo deseo que te decidas a abrir tu propio despacho y dejar a ese cabeza de chorlito que tienes por jefe.

- Sabes que no es tan fácil. Pero será pronto. - le prometo.

- Hija...

- Mamá. No. Sabes que quiero hacer esto por mi misma. Es mi esfuerzo y quiero mi recompensa.

- Y no sabes lo orgullosa que estoy de ti. De verdad.- Que mi madre estuviese orgullosa de lo que había logrado era lo más importante para mi. Porque siempre, en algún rincón de mi mente, quedaba el recuerdo residual de que no había seguido los pasos de mi familia. Mi abuela, mi padre, mi madre... Todos habían sido arquitectos. Y llegué yo para eliminar esa gran estirpe de arquitectos para ser una simple abogada.

- Gracias, mamá. No sabes lo que eso significa para mi.

- Bueno, se acabó este momento blandiblú. También te llamaba para otra cosa.

- Dime.

- ¿Has hecho algún avance con lo de Santi? - pregunta.

- No he tenido apenas tiempo. Supongo que hoy lo veré, voy a su bar con las chicas. - Era la tarde del sábado, y habíamos ganado (bueno, fue Julia pero eso nos incluye a todas) el palco VIP y lo íbamos a disfrutar. - Pero no creo que hablemos sobre el caso, estará liado. Estoy esperando a Isaac, que me iba a ayudar a mirar todos los documentos a fondo. Me llamó el domingo pasado varias veces, pero no pude cogerlo porque estuve con las chicas.

Hasta que me devuelvas mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora