Capítulo 22: Aries, signo de fuego.

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Spotify de Carla: In my blood (Shawn Mendez)

- Buenos días, dormilona.

- Buenos días.- digo restregándome los ojos. Madre mía, había dormido lo más grande, y eso que a mi no me gustaba mucho dormir. La anterior noche, la de la fiesta, no había dormido más de dos horas y algo y luego tuve que enfrentarme a un día tortuoso con Don Pimpón a la cabeza haciendo de las suyas.

- ¿Entonces hoy cuál es el plan? - dice Elle desde dentro de la cocina con Mimi al lado, apoyada en la barra.

- Morirme, llorar y tomar helado a cascoporro.- digo mirando a Julia fijamente.

- La dramática soy yo, y estoy a muy poco de llorar. Ya te lo digo, así que para. - me responde.

- No, enserio, no estoy lista para decirte adiós. No lo estoy.- le digo abalanzándome sobre ella y abrazándola como el oso que casi nunca soy, al borde de las lágrimas.

- Bueno, bueno, magdalenas de mi vida. Frenemos un poco.- dice Lola.- de momento tenemos planazo esta noche.

- ¿Qué has organizado? - dice Julia abrazándome fuerte.

- No lo voy a decir todo, pero digamos que tengo lugar, hora y creo que os va a hacer mucha ilusión. Será bonito despedirnos allí todas. - dice enigmática.

- ¿Dónde?- pregunto curiosa.

- ¡Ya saltó la pesada! Es que la chica es pesadita, pesadita.

- Quiero saberlo. Lola, desembucha. - digo muriéndome de la curiosidad.

- Es una sorpresa.

- Bueno, para Julia, a mi me lo puedes decir.

- ¿Y perderme esta maravillosa oportunidad de verte de mala leche todo el día porque te mueres de ganas de saberlo? No estás tú bien. - dice pegándole un bocado a su tostada.

- Lola.- le advierto.

- Ni Lola ni Lolo. Mis labios están sellados. Te jodes hasta esta noche, como todas.

- ¿Con que esas tenemos, no? Bien, tú lo has querido. - digo levantándome y yendo a la cocina. Cojo una cuchara y su amado bote de Nutella.

- Ni se te ocurra.

- Mmmmm... queda un poquito solo. Que maravilloso, hay aún para mí.- digo metiendo la cuchara en la Nutella.- Una cucharadita... ¿Me la puedo comer, verdad? No te molesta.

- Mira, doña remilgada, o sueltas el bote...

- ¿O?- le interrumpo.

- Suéltalo. - rebaño el bote ante su atenta mirada y me acerco la cuchara a los labios.

- CARLA MARÍA SUÉLTALO. - chilla muy picada.

- Vale.- digo con una sonrisa, dejando caer la cuchara al suelo.

- No te estoy creyendo.- dice con los ojos abiertos.

- Me has dicho que lo soltara tan rápido... Que torpe soy.- me lamento fingiendo una pena que no siento.

- Yo la reviento.- dice intentando levantarse, a lo que Julia la agarra.

- Ya, Lola, es solo una cucharada de Nutella.- dice relajándola.

- Es fin de semana y voy a tener que esperar al lunes. Esa cucharada es la razón por la que me iba a levantar mañana.

- Era, querida Cruella de Vil. Pasado.- apunto.

- Te vas a cagar cuando te pille, chata.- dice apuntándome con el dedo a lo que yo le saco la lengua.

- ¿Son siempre así? - le pregunta Elle a Mimi.

Hasta que me devuelvas mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora