Capítulo 23: Demasiadas Casualidades

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Spotify de Carla: Bad Guy (Billie Eilish)

Estaba en una de las tiendas de souvenirs del aeropuerto mientras Lola compraba una botella de agua, porque de repente le había entrado mucha sed y no podía aguantar. A mi ésta chica no me engañaba, todas sabíamos que bebía mucha agua cuando algo la ponía nerviosa o sentimental, porque era su modo de contener lo que sentía. Elle, Mimi y Julia estaban facturando las maletas y ya quedaba poco para el momento para el que no estaba nada preparada: La despedida.

Echando un vistazo por la tienda vi un montón de imanes, muy graciosos con banderas de nuestro país. En realidad eran horrorosos y lo eran tanto que me hicieron sonreír, y eso ya era bastante difícil, con lo deprimida que me sentía. Encontré figuritas de cerámica y al lado algunas de latón. Entre estas últimas vi una que me llamó bastante la atención. La cogí y la observé, estaba muy bien conseguida y me gustó mucho, e incluso me sacó otra sonrisa.

- ¿Qué haces?

- Coño, Lola, me has asustado.- digo después de dar un respingo.

- Hay que ver qué corazón más pequeño tienes... ¿Qué haces con eso?- dice señalando la figurita que tenía en mis manos.

- Me lo voy a llevar, me ha gustado. - digo mirándola.

- ¿Esa mierda? ¿Para qué?

- No es una mierda.- digo defendiéndome.- Anda calla, voy a pagar.

- Si fuese yo la que quisiese eso, tu hubieras utilizado exactamente las mismas palabras.

- Pues no lo hubiera dicho. Cada una compra lo que le apetece, me ha parecido gracioso, así que lo compro. ¿Algún problema, Darth Vader?

- Hay que ver qué rarita estás últimamente.- se queja poniendo los ojos en blanco.

El chico de la tienda, muy amablemente, me cobra mi figurita y la coloca en una cajita que me llevo con mucha ilusión. Lo meto en mi bolso y cuando salgo de la tienda todas están ya junto a los escáneres para pasar hacia la zona de embarque. Se están abrazando y despidiéndose. Llegó el momento, chica. Recuerda, nada de escenitas. Y eso es lo que voy a intentar... Pero no prometo nada.

- Ha sido un placer conocerte, Elle. - digo cuando me despido de ella. - De verdad, cada vez que Julia venga, anímate y haznos una visita. Incluso si esta loca quiere quedarse allí comiendo croissants, puedes venir a vernos. Tienes una casa aquí que también es tuya.- le digo a Elle mientras la abrazo. Es una persona callada, pero para nada introvertida. Al contrario. Me ha encantado conocerla un poco más, porque he descubierto a una chica que me transmite puras energías bonitas, y mucha mucha paz. Me ha caído muy bien y sé que se ha ganado el corazón de cada una de nosotras, incluso me atrevería a decir que podríamos estar ante la nueva intensita.

- A mi conoceros, de verdad. Me habéis encantado, cada una de vosotras, tenéis una energía y unos corazones tan bonitos... de los que no se encuentran fácilmente. - me dice sonriendo con las lágrimas en los ojos.

- No me vayas a hacer esto, Elle. - le advierto.

- No puedo evitarlo. No son lágrimas de tristeza, de verdad.- dice limpiándose una que le cae solitaria en la mejilla.- Es que me lo he pasado tan bien... Y se me ha hecho tan corto. Pero os tomo la palabra, voy a volver cada vez que pueda. Prometido. - sonríe y continúa.- Y necesito que me hagas una promesa.

- Claro, ¿el qué? - digo cogiéndole una mano.

- Déjate guiar por los sentimientos, Carla.

Me quedo en silencio mirándola, un poco seria. No es la primera vez que me lo dicen últimamente y en realidad estoy bastante rayada con el tema.

Hasta que me devuelvas mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora