Pista 11

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Cargando a Sungchan, Taeyong se sentó en las gradas tomando de la mano a su esposo.

—Papá quiero bajarme, ya no soy un bebé —el niño suplicó.

—Sungchan tiene razón, acaba de cumplir 7 años, ya es todo un niño grande —YoonOh se burlaba con amor de su hijo mientras le jalaba las mejillas.

—Ah, papá — el pequeño Jung gruñó mientras fruncía el ceño y hacía una cara adorable.

Los esposo sentaron a su hijo a un lado de ellos, mientras, sin pena, se tomaban de la mano y YoonOh observaba a los participantes del torneo internacional, él seguía fungiendo como entrenador y quería saber cómo le iría su "protegido".

—¿Papás por qué dejaron el patinaje? —el niño habló.

Los dos adultos sonrieron recordando el pasado y con mucha ternura lo dijeron.

—Por ti, amor, queríamos tener un bonito hijo y criarlo como una familia —Taeyong habló como una madre amorosa.

—El tío Donghyuck dijo que mi papá YoonOh era viejo. —El niño sonrió.

El Jung mayor frunció el ceño y Taeyong soltó una risita nerviosa, su hijo era como un Donghyuck pequeño, caprichoso y con una lengua descuidada con respecto a sus comentarios.

—¡Yo no soy tan viejo! Me retiré porque amaba a tu padre —YoonOh palmeó la cabeza de Sungchan, incluso Taeyong era mayor que él, pero eso nadie lo notaba.

—Los niños de hoy en día suelen ser muy irreverentes con sus padres ¿no? —habló un voz que se acercaba a saludar.

—Oh, Jeno tanto tiempo sin vernos —Habló Taeyong con una sonrisa amable, Taeyong era siempre dulce con sus conocidos. — ¿Cómo has estado?

—Excelente, acabo de traer a mi princesa a ver las competencias femeniles, para que sepa a que se enfrentará cuando deje la categoría junior, nadie podrá ganarle a mi preciosa Joy, ninguna niña será capaz de vencerla, ¿sabían que acaba de ganar su primer oro en una competencia? —Jeno parecía un padre orgulloso al presumir los logros de su pequeña hija de 5 años.

Fue cuando el hombre hizo silencio. Vio con detenimiento al niño y suspiró.

—No lo he visto competir ¿Si estás participando? — habló con curiosidad.

—No me gusta el patinaje —susurró Sungchan levantando los hombros.

Era entendible, todos decían que al ser hijo de dos estrellas del patinaje lo harían un genio en el deporte, sabía patinar, pero hacerlo le daba una pereza terrible, en especial porque no podía con su padre YoonOh, su rutina era difícil, odiaba entrenar con los estudiantes de su papá, no podía alcanzarles y eso lo frustraba. Por eso lo no quería hacer nada respecto al patinaje.

—Tanto potencial que será usado en otra actividad, cuando descubra qué le gusta— mencionó YoonOh con cariño.

Hubo un silencio, la afición estaba llegando ya que pronto empezaría la competencia.

—¿Ustedes saben cómo está Haechan? —la voz de Jeno sonó real, sin ápice de burla o sarcasmo, se veía preocupado.

—Ganará esta competencia, lo he visto tan motivado, su rutina tiene sentimientos negativos, pero son propios —YoonOh veía la pista de hielo, sabía que Jeno de una u otra forma siempre estaba preocupado por Hyuck.

—Sabes que si gana la siguiente competencia alcanzará tu título? — preguntó el pelinegro.

—Donghyuck es un genio, no dudo que pueda superarme.— Jung sonaba calmado.

—También supe que Mark se retiró —habló Jeno mirando a los mayores.

—Nadie sabe nada de él, no responde a su correo, celular, incluso su entrenador perdió contacto, dijo que renunció y se mudó de casa. Desapareció. — Fue Taeyong quien habló ahora.

—¿Cómo lo está tomando Donghyuck? — cuestionó Jeno.

—Es un tema difícil conociendo cómo es.

—Creo que es difícil, tanto para Donghyuck como para Mark, hace un año se perdieron durante el banquete del Grand Prix, creo que ellos arreglaron sus asuntos, ya no podemos preocuparnos por las decisiones que tomaron. —Jung siguió serio.

Fue cuando el sonido funcionó e iniciaba la competencia. Estaban allí para apoyar a Donghyuck, el matrimonio se sentía preocupado, ya que sentían al moreno como otro hijo, y sabían que Mark, al marcharse así, había roto algo dentro de Donghyuck, que se había vuelto más insoportable a lo largo de los meses.

 Estaban allí para apoyar a Donghyuck, el matrimonio se sentía preocupado, ya que sentían al moreno como otro hijo, y sabían que Mark, al marcharse así, había roto algo dentro de Donghyuck, que se había vuelto más insoportable a lo largo de los meses

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Todos recuerdan la perfecta rutina de Lee Donghyuck, llevándolo a convertirse en medallista de oro por quinta vez en sus 25 años, un logro que parecía imposible. Algo que YoonOh logró a los 29. Donghyuck sonreía, le había ganado al Jung y a Taeyong también.

Recuerdan haber festejado mucho.

La familia Jung-Lee fue a abrazar a Donghyuck.

—Fue genial tío Hyuckie, eres asombroso —Sungchan hablaba mientras el moreno lo cargaba en sus hombros.

Eran momentos felices, sí, pero Taeyong conocía bien a Donghyuck, se convirtieron en amigos a pesar de lo charlatán que era el moreno, habían hablado de amor y sueños, y aunque Donghyuck estuviera en frente y feliz por una medalla, su vida sentimental era algo que quería olvidar.

—Cuando sea grande quiero ser como tú — Sungchan adoraba a Donghyuck, era el único que se ponía de su lado cuando ambos desobedecían a los padres del pequeño Jung.

—Pensé que no te gustaba patinar —Haechan siempre era amable con Sungchan.

—Sé mi entrenador, seré mejor que tú y mi papá juntos—Sungchan lo retó.

YoonOh al oír tan decidido a su hijo, aceptó.

—Si, Donghyuck, podrías convertirte el entrenador de Sungchan e irte a vivir con nosotros.

A Taeyong no le costó entender la idea de su esposo, Donghyuck estaba solo, no tenía familia a la cual acudir cuando las cosas se ponían difíciles, seguramente sufrió emocionalmente por Mark, y Taeyong se lamentaba por no haberlo podido ayudar debido a la distancia.

—No creo que pueda ser entrenador y competidor al mismo tiempo.

Donghyuck recordó que YoonOh así ganó su última medalla, entrenado y compitiendo contra Taeyong. Quería decir que, si YoonOh pudo, Donghyuck también podría y lo haría mejor.

Y también comprendió que esos dos se preocupan demasiado por él, por eso los apreciaba demasiado, aunque nunca lo admitiera en voz alta.

—Hecho, Sungchan, seré tu entrenador, solo tienes que recordar que yo tengo rutinas más difíciles que la de tu padre. — Donghyuck sonrió con diversión.

—Está bien, haré lo que tú quieras para que te enamores de mí como mi padre YoonOh lo hizo con mi papi Taeyong —el niño sonrió.

Continuará....

Good guy (MarkHyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora