"Él es un buen chico"
Lee Donghyuck ha oído esa frase por mucho tiempo, sabe perfectamente bien que Mark Lee es el mejor chico que conocerá y que ellos son almas gemelas, pero eso cambiará cuando Haechan sepa que Mark no es lo que pensaba.
Solo el...
Pero de repente las piernas del entrenador fallaron al reconocer a la pequeña que acompañaba a Joy, ¿Cuánto tiempo había pasado de no verla? ¿Cómo lo encontraron? No podía acercarse más.
—¡Entrenador Donghyuck! ¿Está bien? —Joy patinó hasta donde estaba el moreno que se había quedado estático.
—¿Señor Hada? ¿Qué hace aquí? ¿Por eso se fue sin despedirse? Prefirió entrenar a Joy y no a mí. —Wendy soltó su llanto y salió de la pista.
Donghyuck podía entender cómo se pudo haber sentido Wendy, ella luchando por encontrarlo y él luchando para esconderse, pero en serio que el destino quería que hiciera frente a lo que necesitaba. Dos años después había sido descubierto.
—Joy cambia tu ropa, se acabó la práctica, busca a tu papá. —Donghyuck tenía miedo.
Wendy jamás habría viajado sola a Canadá. Eso quería decir que Mark estaba cerca. El moreno suspiró y trató de huir.
"Ni se te ocurra irte, hay alguien que quiere hablar contigo Haechannie "
El mensaje que Jeno le había enviado a su celular era claro. Estaba a punto de afrontar su destino.
Años antes, dejándose guiar por unas promesas, aprendió lo que era la soledad, empezar desde cero y salir adelante. Donghyuck había cambiado mucho en el tiempo que tuvo para él, para sanarse, para saber qué era lo que quería. Pero Mark siempre había sido un tema que le preocuparía.
Hace dos años su única pregunta era:
¿En qué parte del mundo Mark no lo encontraría?
Pensó en miles de lugares, desiertos, lugares congelados, lugares difíciles de llegar, pero ninguno lo hacía feliz. Así que pensó en el mejor lugar para medir su paciencia y huir de Mark.
Canadá, específicamente en Vancouver.
Fue el lugar donde comenzó todo, el lugar donde Jeno y Jaemin se casaron, el lugar donde Haechan descubrió que Mark tenía una tarjeta negra, el lugar donde su historia comenzó. Sabía que la relación de Jeno y Mark estaba tan desgastada que jamás se volverían a hablar. Al menos que Mark superara al pasado y de verdad cambiara, pero esas cosas solo pasaban en la ficción, o al menos sería en un asunto de vida o muerte muy lejano. Pero parecía haberse equivocado.
Donghyuck llegó un año y medio atrás a casa de los Lee-Na con una propuesta de trabajo para Joy. Jaemin y Jeno recién se habían enterado de que los papeles de adopción para un pequeño niño habían sido aceptados y necesitaban estar atentos al proceso. Jeno tenía que fungir de entrenador, padre y esposo y se le daba terrible los tres al mismo tiempo, pero no podía quedar mal en ninguno.
Donghyuck les había llegado como un ángel caído del cielo. Su única condición fue que nadie supiera que era entrenador y coreógrafo de Joy y Jeno aceptó sin hacer preguntas.
Las cosas fluyeron bien y Joy fue ganando y conservando victorias. Donghyuck se sentía completo. Aunque a veces veía fallar a Wendy en televisión y no calificar, su corazón se encogía.
Pero Donghyuck debía seguir adelante, él ya no estaba para buscar, si no, para ser buscado.
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