Pista 25

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El tiempo pasaba muy diferente cuando se extrañaba a alguien y seguías en la lucha de buscarle, incluso parecía una eternidad, Mark pensaba que era tiempo de rendirse, pero Wendy no lo permitió. Los dos años que habían pasado buscando a Donghyuck eran una muestra de que ambos lo querían en sus vidas. 

—¡Papá! —Wendy gritó desde su asiento viendo la pantalla de su celular. —Esa niña ganó de nuevo.—La pequeña arrugó el entrecejo. 

Mark le dio un pequeño beso en la frente a su nena para calmarla. Wendy era un poco más alta, su cabello largo, había perdido casi todos los dientes y habían salido nuevos. Era una niña muy bonita y agradable.

Mark observó la pantalla, Joy Lee llevaba ganando dos años seguidos cuando Wendy no lograba calificar en ningún torneo, la menor se estaba deprimiendo mucho porque, bien o mal, se había sugestionado pensando que sus derrotas se debían a la partida del señor Hada.

—¿Crees que lo encontremos? —preguntó la pequeña, necesitaba encontrarlo.

—Lo hemos intentado, Wendy, si esta persona no sabe dónde está, nadie más lo sabrá —explicó Mark.

Y sí, desde hace dos años Lee Donghyuck estaba desaparecido del mapa, nadie, ni Taeyong, YoonOh o Sungchan sabían a dónde había ido.

Estaba cumpliendo su promesa y Mark también, esperaba encontrarlo pronto. Ahora podía sentir la impotencia que alguna vez el moreno tuvo por él cuando tampoco lo encontró por tres años. No se sorprendería si lo encontrará con un hijo o pareja. Aunque la promesa que habían hecho le decía que no perdiera las esperanzas.

Wendy y Mark buscaban a Donghyuck como locos en época vacacional. Era la época perfecta para salir del país y vacacionar como familia.

Chicago, Estados Unidos de América.

Tomaron el transporte y sus pesadas maletas y llegaron al departamento de aquel hombre. Mark suspiró.

Tocó la puerta.

—Oh, nunca pensé verte en mi puerta.— Johnny vestía solamente unos pantalones negros y miraba de arriba a abajo al canadiense. —Han sido muchos años sin saber de ti.

—No es como si fuera tanto, te envío mensajes en celebraciones. —Mark suspiró.

—¡Dos o tres veces al año! —Johnny suspiró y observó a la niña que miraba atenta. —¿Ella es Wendy? ¡Está muy grande!

La niña sonrió y el más alto los invitó a pasar.

—¿Puedo pasar a su baño? —Preguntó Wendy.

Johnny amablemente le mostró dónde era, fue a vestirse adecuadamente y luego regresó a su sala observando a su invitado con curiosidad.

—Necesito un favor.

—Si se trata de Lee Donghyuck no te ayudaré. —el estadounidense fue claro.

—¿Por qué? ¿Acaso sabes dónde está?

—No, Mark, pero tampoco soy tonto, ¿Qué quieres de él?, Sé que ambos se aman, pero el amor romántico no es algo que me agrade, prefiero lo pasional y tú me has decepcionado demasiado.

—Necesito que uses la tarjeta negra para localizarlo. —Mark suplicó.

Estaba tan necesitado, necesitaba encontrar a Donghyuck como fuera ¿O acaso el destino ya no quería que estuvieran juntos? ¡Era tonto creer en el destino! Pero Mark quería esforzarse porque era lo que realmente quería. 

—Las tarjetas nunca se cancelan, ¿Por qué no usas la tuya? —Johnny destapó un vino que tenía en la salita.

—Le prometí a mi hermana antes de que muriera que jamás volvería a usarla, y no la usaré. —Mark era un hombre de palabra.

Jinri sabía bien en las cosas que andaba metido Mark, le preocupaba, ya que era su único hermano y cuando se dio cuenta de que estaba embarazada le pidió ayuda a Mark hablando con él. Él estaba cambiando por la bebé que venía en camino. Pero la noticia del cáncer empezaba a desmoronarlo lentamente y sin que nadie, excepto ella, lo notara. No podía dejar a su pequeña hija con alguien así de irresponsable y libertino.

Insistió a su hermano en buscar ayuda y prometerle que jamás volvería a su vieja vida. Jinri estaba segura de que Mark no lo haría, él estaba enamorado de un patinador llamado Donghyuck, y de apoyo moral tenía a Wendy a la cual ese hombre adoraba. Podía irse tranquila.

—Entonces no tengo más que decir Mark, no puedo ayudarte. —Mencionó el hombre alto con una ligera sonrisa.

—Johnny tienes que, no es por mí, es por mi hija...

El mayor sonrió apoyándose en un mueble.

—Quizá yo no puedo ayudarte, pero hay alguien que sí, ese alguien que aún tiene su tarjeta negra y puede buscar a Donghyuck. — El alto agitó sus pestañas, había lanzado la bomba.

—No le voy a pedir un favor, no después de todo este tiempo. —Mark relamió sus labios.

—Bueno Mark, tienes dos opciones, una, usas tu tarjeta y dejas de fingir que eres un chico bueno, o dos, vas, le pides perdón y su ayuda, tú decide, pero no pienses en ti, "hazlo por tu hija".— Johnny sonrió provocativo, había usado la misma frase con la que Mark se había excusado.

Desde hace más de una década, ese hombre y Mark, había formado a un par imparable, amigos, no, hermanos que se apoyaban en todo. Pero Mark era un cabeza dura que prefería perder a un amigo antes de disculparse. Mark no tenía la autoestima de otros, no confiaba en él mismo, no había crecido con sus padres, lo entendía, pero la ruptura de hermandad de esos dos le dolió a Johnny. Suh estaba seguro que Mark había notado que eso era una prueba.

Recuperar a alguien de pasado para poder tener a una gran persona en el futuro.

—¿Si sabe dónde está el señor Hada? —Preguntó Wendy que recién salía del baño ya que se había distraído viendo toda la colección de jabones y espumas que tenía "el señor alto" en su baño.

—Creo que no puedo ayudarlos preciosa, no sé en dónde está. —Mencionó Johnny colocándose a la altura de la pequeña.

—¿Nos daremos por vencidos, papá? ¿Volveremos a Corea? —Cuestionó la menor.

Mark suspiró. Su pequeña. Su destino. Sus futuros. No podía perderlo sin luchar lo suficiente.

—No Wendy, iremos a Canadá, tengo que encontrar a un viejo amigo.

Continuará...


Es un capítulo cortito, pero ya lanzaron el siguiente paso. 

1.- ¿Saben con quién se dirige Mark? 

2.- ¿Dónde creen que esté el señor Hada?

3.- ¿Creen que Mark termine usando su tarjeta negra para encontrar a Hyuck? 

Nos leemos el próximo martes :D 


Good guy (MarkHyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora