Capítulo 5
Juegos de seducción.
Nixie.Salir de la casa sin ser vista se había vuelto un trabajo fácil para mí. A cierta hora de la noche, los de seguridad se iban a dormir y solo quedaban pululando los que tienen guardia. Quien está a cargo de vigilar las cámaras esta noche es Lucian, y es bien sabido por todos que tiene la tendencia a dejar el cuidado de las cámaras de lado por ver porno. Ya varias veces lo habían encontrado y no le daba ni un poco de vergüenza. Tal vez por ello fue que su novia lo dejó y no pudo volver a establecer una relación. Eso y que el tipo es un asco de persona, está más interesado en babear sobre cualquier mujer que se encuentre en el camino que de hacer su trabajo. No entiendo cómo es que Vincens le permite seguir en rotación con las guardias de las cámaras.
Vestida completamente de negro para que se me haga menos pesado el trabajo de ocultarme, y con una botas de tacón corrido para que no suene contra el suelo, salgo de la habitación. Rafa está allí, esperando, vigilante. Le da un repaso a mi ropa y asiente en aprobación. Fue él quien me enseñó qué colores y tipos de tela usar para mi comodidad y camuflaje.
No sería nada sin este hombre.
—Pudiste haber usado unas zapatillas de deporte —susurra tan bajo que casi no alcanzo a oírlo. Lo miro, escandalizada.
—Nunca me verás en zapatillas de deporte en una reunión de negocios —murmuro de vuelta, Rafa sonríe.
En lugar de ir al ascensor, nos dirigimos a las escaleras. El sonido de la caja metálica al subir despertaría a Vincens y los del servicio.
Son un total de quince pisos y me satisface no tener la respiración agitada al llegar al estacionamiento. Hay que alabar a Rafaelo por entrenarme tan bien desde que me quedé a su cargo.
—Hay un taxi esperándonos afuera, no quise arriesgarme a tomar un auto. —Asiento a sus palabras mientras caminamos a paso rápido hacia la salida del servicio del estacionamiento.
Rafa mira que la casilla no esté ocupada y abre la puerta a un lado del gran portón cerrado.
—Vamos.
Salgo al exterior y la brisa fría nocturna refresca mi cara. Escaparse de calor. Rafaelo viene hasta mi lado y toma mi brazo, llevándome hacia la derecha. No hay rastro del taxi.
—¿Y el taxi?
—A la vuelta de la esquina.
Aprieto la chaqueta de cuero en torno a mi cuerpo, dejándome llevar por él, el leggins que llevo puesto dándome la libertad de caminar al mismo paso que Rafa. Amo las faldas, pero a veces son un problema para el movimiento y comodidad.
En efecto, un taxi nos está esperando a la vuelta de la esquina. Una vez me hace entrar, Rafaelo observa su entorno, asegurándose de que nadie nos siguió. Luego, sube a mi lado.
Dándole la dirección al taxista, nos ponemos en marcha. Las calles aún están llenas, por algo a Nueva York se le llama la ciudad que no duerme. Las personas caminan tranquilas por las calles principales y hay un poco de tráfico, aunque no tanto como en las horas pico. Cuando dejamos atrás Manhattan, suelto una respiración de alivio. Puede que no haya sido difícil salir de casa, pero siempre hay un riesgo y odiaría que mis planes se vayan abajo por culpa de una mala escapada.
Nos lleva una hora llegar a la casa de los Martinelli, me habría gustado que la reunión se llevara a cabo en el hotel, pero Mario pidió que fuese en su casa y no pude negarme. Cualquier lugar es bueno para verlo.
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Evil ©
RomanceMaldad. Según diccionarios, maldad significa: "Cualidad de ser malo", o "Inclinación a hacer el mal". Según yo, la maldad es una cualidad que se adopta cuando has experimentado sucesos trágicos causados por otra persona que también tiene dicha cuali...