Capítulo 34: El fin.

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Capítulo 34

El fin.


Mario.

—¿Qué hace levantado, señor?

No enfrento a la enfermera, tengo cosas más importantes qué hacer que darle explicaciones a alguien sin importancia.

—No puede salir de la cama, no está totalmente recuperado.

Acabo de cerrarme la camisa y abro mis pantalones, acomodando dicha camisa dentro de estos.

—Tengo cosas que hacer, y si no quieres salir de aquí con los pies por delante, te sugiero que te retires.

Me giro hacia ella, sonriendo como si no acabara de amenazarla. Ella está en la entrada de la habitación, con los labios apretados y mirando hacia el suelo.

—Le ruego me disculpe, señor Martinelli. —Se aclara la garganta y se atreve a devolverme la mirada—. ¿Desea que llame a alguien para que lo ayude?

Pongo mala cara de inmediato.

—No seas estúpida.

Agarro la chaqueta de mi traje y salgo de la habitación, dejándola allí. Si vuelve a decir alguna tontería podría estrangularla. En la planta baja hay movimiento, pero todos se detienen al verme bajando las escaleras.

Mateo es el único que se acerca.

—¿Qué demonios estás haciendo?

—Voy a ver el espectáculo, evidentemente.

Mi hermano se lleva una mano a la frente y se frota las sienes.

—Eres un dolor en el culo —masculla antes de alejarse en dirección a Palumbo.

Entonces, el aire de la habitación cambia y mi cuerpo entero se eriza. Doy media vuelta a tiempo para ver a Nixie, mi ninfa, caminar hasta pararse a mi lado. Lleva un vestido rojo, uno que le sienta demasiado bien.

Voy a follarla de mil formas diferentes cuando este show del demonio acabe. La atraigo con un brazo en su cintura y respiro su aroma desde la base de su cuello hasta el lóbulo de su oído.

—Te ves tan hermosa y sexy que me gustaría arrancarte el vestido delante de todos y follarte hasta que grites enloquecida.

Ella suelta una risita ronca, apoyando una mano en mi pecho.

—Eso me gustaría —Deja un beso casto en mis labios y se aleja—, pero tenemos cosas qué hacer.

Hace cinco días que se declaró delante del mundo que su esposo, así como el resto de la familia Strauss, está muerto, y hoy se hará la lectura del testamento, ese que la declara dueña de todo el imperio que su esposo le robó a su familia.

El cuerpo de Aleksander fue reducido a cenizas el día después de que desperté, Nixie no quería esperar más para hacerlo. Estuve presente, por supuesto. No estaba bien del todo, aún me dolía el cuerpo entero y estaba débil, pero no quería perderme los fuegos artificiales.

Corren rumores por ahí que dicen que la familia de Aleksander va a tomar represalias, pero estamos preparados para eso y mucho más. Todos los mafiosos menores de la ciudad nos han rendido pleitesía, nadie con cuatro dedos de frente se enfrentaría a nosotros.

Por otro lado, luego de torturas sangrientas, Nixie puso fin a las vidas de Strauss y Boris. Nunca la había visto tan feliz por algo, su sonrisa era inmensa cuando entró a mi habitación y me dio los pormenores. Quería estar presente, pero mi herida se estaba desgarrando por el esfuerzo y Mateo me ató a la cama.

Evil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora