Capítulo 11: El suceso.

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Capítulo 12

El suceso.


Mario.

Ver al idiota tocándola como se le antoja me tiene de un humor pésimo. No he sacado mi arma y la he vaciado en su boca porque estoy en su guarida y su gente me mataría antes incluso de lograr mi cometido. Pero no tengo que esperar mucho tiempo para desollarlo vivo y verlo desangrarse, solo un poco más y estará acabado.

Cuando acabe con su vida, aun estando frente a su cuerpo, voy a follarme a mi ninfa hasta hacerla gritar mi nombre, borrando todo rastro de las manos de ese imbécil de su cuerpo.

Pasamos al comedor cuando uno de los sirvientes anuncia que está servida la cena. La mesa es espectacular, no cabe duda de que Nixie sabe armar un buen show. Ha hecho de esta cena una gran celebración.

Me indican que me siente a un lado de la cabeza de la mesa, donde Vincens está tomando asiento. Mi ninfa se sienta al otro lado, frente a mí, y sonríe imperceptible al tiempo que baja la cabeza. Su idiota esposo no lo nota, así como no nota lo impresionante que es ella.

—Nuestra cocinera ha pasado todo el día haciendo platillos italianos que espero les gusten —informa Nixie, poniéndose una servilleta de tela en el regazo—. Martha es la mejor cocinando, les encantará lo que ha preparado.

—Mi esposa tiene razón, nuestra cocinera es la mejor —concuerda Strauss y ácido puro sube desde mi estómago hasta mi garganta al escucharlo llamarla "esposa".

Me gustaría gritar "¡La ninfa es mía!" y llevarla conmigo a mi fortaleza, de donde nunca podrá recuperarla.

Calma, Martinelli.

Dentro de una hora, dos como máximo, la tendré sola para mí.

—No la alabes o estaré tentado a robarla —bromeo. Strauss suelta una carcajada.

—Martha me es fiel a mí, no se iría contigo ni porque triplicaras su salario.

No hablaba de su cocinera, es tan tonto que ni siquiera lo nota.

Quien sí lo notó fue la ninfa, que está sonriendo como si se acabara de ganar la lotería. Yo sí que me la he ganado al tener su atención, es una mujer tan hermosa que hipnotiza. Y la maldad que habita en ella complementa todo su atractivo. Algunos tontos dirán que ese es su mayor defecto, pero para mí es una cualidad que me hace orbitar a su alrededor.

Alzo las manos en señal de rendición.

—Solo te advierto, no me hagas quererla para mí.

Distraído, mueve su mano hasta la de Nixie.

Voy a cortar esa mano larga, es una promesa.

—Buenas noches.

El lugar queda en silencio y cada cabeza gira hacia la recién llegada. No puedo creer que Strauss haya invitado a su amante a esta cena, el hombre de verdad no tiene más de tres neuronas trabajando cuando se trata de las mujeres en las que mete la polla.

La chica se ha puesto sus mejores galas y se ha hecho un peinado elaborado, pero ni así le llega a los talones a Nixie. Es tan sosa e insípida. No entiendo los gustos de este hombre, está completamente loco.

Nixie se sacude la mano de su esposo y se echa para atrás en la silla. Yo también me enojaría si no me pusieran en mi lugar como cónyuge, así no quiera al idiota. Esto es una demostración de que él hace lo que quiera y nadie va a refutar. Es un insensato, por eso merece morir.

Evil ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora