Capítulo 32
El camino a la venganza.
Nixie.
Con Mario desmayado y yo volviéndome loca, Matteo se pone a cargo, incluso cuando está muy pálido y está sangrando. Reúne a toda la gente, le ordena a Palumbo limpiar el desastre con la mitad de sus hombres y a los otros les exige llevarnos a salvo a su casa.
No me despego de Mario en ningún momento e intento despertarlo mientras mantengo presionada la herida para que salga más sangre. Vuelve por momentos, balbucea cosas inentendibles y luego se desmaya una vez más. Pero llega un momento en el que no abre los ojos y su respiración se vuelve superficial. Le grito al hombre que maneja el auto que se apresure y él acelera, creo que tiene miedo de que Matteo acabe con su vida si no llegamos lo suficientemente rápido a casa.
—Cariño, por favor no me hagas esto —hipeo contra su pecho—. No me dejes, Mario, no voy a soportar que no estés.
—Sigue hablándole, Nixie —dice Matteo desde el asiento delantero, mirando hacia nosotros—. Haz que despierte.
—¡Pero no lo hace! —grito, temblando—. No me escucha.
Llevo una mano ensangrentada a su mejilla. Tengo toda la ropa llena de sangre y no sé si es solo suya o si también hay mía, pero cualquier herida que tengo es mínima comparada con la que se abre cada vez más en mi corazón mientras él no despierta.
—Estamos cerca, señor —informa el hombre que nos hace de chofer—, en pocos minutos estaremos en casa.
—Ya viene la ayuda, amor —susurro, inclinándome más cerca de él—, pronto estarás bien, te lo juro. —Detallo su cara, cada centímetro de piel perfecta, sus labios ahora pálidos y párpados cerrados—. Y si no lo logras, voy a seguirte, porque ya no me queda nada si tú te vas.
—Nixie, por favor —sisea Matteo.
Suelto un suspiro, acariciando con un dedo el costado de la cara del amor de mi vida.
—El amor no es para débiles, Matteo, por eso debes saber cuando puedes continuar vivo por la fuerza de ese amor o cuando unirte a él en los brazos de la muerte.
El auto se detiene abruptamente y ambos hombres se bajan sin decir nada. La puerta del lado de Mario se abre un segundo después y lo sacan entre varios mientras Matteo exige la presencia de un doctor. Entramos a la casa y vamos a la parte superior, al ala derecha, donde viene a nosotros una mujer con una bata blanca y uniforme azul.
—Llévenlo a la habitación de la derecha y preparen el quirófano, tenemos que intervenirlo ahora.
No es extraño que tengan su propio quirófano aquí, es más útil que ir al hospital cuando alguien sale herido. Antes de que pueda seguirlos, Matteo me agarra de la cintura y me empuja con él a un sala de cirugía menor, donde están atendiendo a varios hombres. Una enfermera corre hacia Matteo de inmediato y le pide que se siente, pero él hace que me revisen antes de dejarse curar.
Estoy intacta, para consternación de todos, y estoy por salir de aquí para exigir respuestas sobre la salud de Mario, pero Matteo hace que me sienten a su lado mientras la enfermera le saca la bala.
—Estuvo a punto de perforar el pulmón, señor Martinelli —informa la enfermera y Matteo asiente, respirando con dificultad—. Un poco más a la izquierda y estaría igual o peor que su hermano.
De pronto, la puerta se abre y entra Francia corriendo. Me sorprende verla aquí, pero me siento un poco mejor al verla. Es la única persona en la que tengo apoyo ahora, no me queda nadie más.
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Evil ©
RomanceMaldad. Según diccionarios, maldad significa: "Cualidad de ser malo", o "Inclinación a hacer el mal". Según yo, la maldad es una cualidad que se adopta cuando has experimentado sucesos trágicos causados por otra persona que también tiene dicha cuali...