APOYO.

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Enar/Eidan.

Caminaba por el cementerio cargando la caja de cenizas de mi madre, a mi lado tenía a Hiro junto con Tadashi y la tía Cass, enfrente estaba Jaime. 

Llegamos a dónde se llevaría acabo el funeral y observé como poco a poco llegaban las personas, el lugar estaba decorado de flores blancas. Tan solo hace dos días festejaba el festival de la cosecha en Arendelle a la vez que celebraba mi cumpleaños y también me despedía de mi madre. 

No era la sorpresa de cumpleaños que esperaba. 

Leí en la tumba el nombre de mi madre y apreté los labios, el sentimiento de culpa aún no salía de mí. Los pensamientos eran tan racionales como irracionales; en ocasiones me siento como un imbécil pensar que de tan solo no haber nacido no hubiera metido en problemas a nadie, pero tampoco era mi culpa y pensar que culpar a Jack y Elsa es la solución me hacía sentir peor. 

Abracé la caja y miles de recuerdos con ella llegaron a mi mente. Las veces que siempre me despertaba, su música a alto volumen, llorar con ella mientras veíamos series, incluso el simple recuerdo de ayudarle a descongelar las cosas para la comida hacían estrujar mi corazón. 

Jamás supe si ella de verdad tenía ese amor de madre hacía mí, tal vez las veces que decía que me amaba eran mentira o puede que fueran verdad... No tendré forma de cómo saberlo. 

—Eidan —escuché a Jaime acercarse a mí—, ya debes soltar la caja... —miré la caja y el pequeño hoyo donde fueran depositadas las cenizas. No sé cuando tiempo pasé perdido en mis pensamientos que me perdí toda la ceremonia. 

—Posiblemente es la última vez que la tenga cerca... —murmuré aguantando mis lágrimas. 

Independientemente de mis pensamientos, ella fue la persona que me cuido toda la vida y por obligación o no, me aceptó como era y soportó mis deslices con los poderes. Claro que me dolía separarme de ella. 

—Gracias... —murmuré soltando la caja y entregándosela a Jaime mientras que en el fondo seguía implorando perdón. 

(...)

—¿Seguro qué no quieres compañía? —preguntó Hiro a mi lado. 

—Siempre dices eso y siempre termino negando ¿Por qué lo sigues preguntando? —lo miré. 

—Me preocupo por mis amigos, aunque me rechaces siempre estaré ahí para lo que sea —sonrió levemente mientras daba unas palmadas en mi hombro-

—Gracias... —respondí casi en susurro—. No estoy seguro de cómo seguir a partir de ahora... —murmuré. 

—Tienes a Jaime y a nosotros, no vamos a dejarte solo —asentí levemente. 

Él me abrazó, debe pensar que realmente estoy del todo solo, no es cómo que pueda explicarle todo sobre Arendelle y mis padres biológicos, aún no. ¿Está bien refugiarme en mi familia biológica teniendo la muerte de Erika detrás de mí? ¿Soy egoísta por querer acercarme a Jack y Elsa cuando siempre estuve con Erika? 

—Tenemos que irnos Eidan —escuché a Jaime. Tan solo habíamos venido a Burgess para el entierro, yo debía volver a "casa". 

—Te acompaño al auto —dijo Hiro. 

—¿Me contarás por quién me estás cambiando? —bromeé para cambiar de tema mientras caminábamos al auto.

—¿Cambiarte? —asentí— ¿Hablas de Miguel? 

—No sabía su nombre —chasqueé con mi lengua—, luego me invitas a la boda. 

—Tonto —dijo riendo—, luego lo conocerás, es buen amigo, le he hablado bien de ti —comentó. 

DOS MUNDOS II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora