CAPÍTULO 2

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     El reloj marcaba las 8:30 PM cuando el auto Mercedes-Benz de Taehyung estacionó a media cuadra de su lugar de destino.

     Una vez que el motor del auto se detuvo, miró a su costado donde el castaño estaba con los brazos cruzados sobre su pecho, con el ceño fruncido mirando hacia adelante.

     – ¡Vamos Kook! ¡Te estoy trayendo a un prostíbulo no a un velorio! ¿Puedes cambiar esa cara? – dijo el rubio con frustración. Había tenido que rogarle a Jungkook dos días enteros, teniendo que utilizar como último recurso la debilidad más grande del castaño como método de convencimiento, la comida.

     Básicamente Taehyung tuvo que prometer que pagaría toda, absolutamente toda la comida que Jungkook quisiera durante un mes entero, ya sea la del supermercado, el delivery o cualquier chuchería que él quisiese.

     — Es la que mis padres me dieron — contestó serio el castaño.

     —Escúchame, yo pagaré tú entrada ¿okey?, así que si no te sientes cómodo, sólo sales y esperas aquí afuera del auto —dijo Taehyung con ojos de súplica. Jungkook puso los ojos en blanco y suspiró pesadamente.

     —Bien, pero si me haces esperarte más de una hora juro que me voy con tu auto.

     – ¡Ey! una hora es muy poco para que la Taeconda haga bien su trabajo, ¿o qué acaso eres precoz?

     —¡Quieres dejar de ponerle nombre a los penes! Y no, no soy precoz pero sabes que no me gusta esto de coger por dinero y menos si no sé con quién —respondió el castaño con exasperación, pero su enojo duró poco cuando Tae hizo su mejor puchero mientras ponía ojos de gatito herido—. Agg... Como odio cuando pones esa cara —admitió abatido—. Bien, vamos antes de que lo piense demasiado.

     Automáticamente el rubio cambió su puchero por la sonrisa más grande que sus comisuras podían dar, a lo que Jungkook respondió mostrándole su dedo del medio antes de salir del auto.

     Automáticamente el rubio cambió su puchero por la sonrisa más grande que sus comisuras podían dar, a lo que Jungkook respondió mostrándole su dedo del medio antes de salir del auto

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     Caminaron en silencio hasta que se toparon con las puertas de madera negra de aquel sitio. Al ingresar quedaron sorprendidos de lo increíblemente lujoso y pulcro que ese lugar se veía. Había tanto hombres como mujeres, algunos en la barra, otros conversando en los sillones y varias personas haciendo lo que parecía una fila para ingresar por una de las puertas que había en el sector izquierdo.

     Taehyung palmeó la espalda de Jungkook para sacarlo de su asombro, indicándole con la mirada que debían ir a la barra para conseguir información. Una vez allí el rubio atrajo la atención de una de las meseras.

     – Buenas noches caballeros y bienvenidos a Dark Room, ¿en qué los puedo servir? – preguntó la morena con amabilidad.

     – Buenas noches, nosotros queríamos saber cómo es el servicio que ofrecen aquí – habló el rubio con firmeza, la que pudo, ya que al igual que su amigo, para él también era la primera vez en un prostíbulo y el hecho de pensar que alguien lo reconozca lo ponía bastante nervioso.

     —En primer lugar debo pedirles que me muestren sus identificaciones para cerciorarme de que son mayores de edad —respondió la chica. Ellos asintieron y sacaron de sus billeteras sus documentos, y una vez que la pelinegra corroboró que ambos tenían más de 21 años, les sonrió antes de volver a hablar.

     —Bien, verán, por la puerta de la izquierda se ingresa primeramente a los lockers, dentro de los cuales encontraran una bata la cual es obligación de usar previo al ingreso al Choosing room, en dichos lockers deben dejar todo objeto que posean ya que al salir, serán escaneados para cerciorarnos de que no ingresen a las habitaciones con ningún objeto.

    – ¿Choosing room? ¿Qué es eso? – preguntó Taehyung mientras apoyaba su codo en la barra y descansaba su mentón sobre su mano.

     — Es una habitación que cuenta con varias puertas las cuales indican sexo y orientación sexual de la persona que hay en su interior. Al Choosing Room se entra sólo, ya que el sistema de puertas no permite que nadie entre hasta que, quien este allí haya ingresado en alguna de las habitaciones. Si la habitación o habitaciones a las que desean ingresar se encuentran ocupadas, pueden dirigirse a la "Sala de espera", así cuando la habitación que desean este libre, ingresan nuevamente al Choosing Room. Un vez que abandonan este último, salen por la puerta contraria a la de ingreso, que los llevará nuevamente a los lockers donde podrán tomar sus pertenecías y luego al salir, se les cobrará el monto indicado. El pago puede ser en efectivo o con tarjeta.

    — ¿Y... de cuánto dinero estamos hablando más o menos? — habló esta vez Jungkook con un ligero temblor en su voz.

     – Son 60,000 wons (50 dólares) la media hora, en caso de estar menos tiempo se cobra solo la mitad del monto.

    – ¿Por qué alguien estaría menos de media hora? – inquirió el rubio con su entrecejo fruncido.

    —Bueno, hay clientes que luego de ingresar en alguna habitación, no se sienten satisfechos con la persona en el interior y deciden ingresar en otra. Aun así, una vez que se entra en una habitación, se debe abonar.

    —¿O sea que puedo ir a otra habitación si no me siento "bien atendido"? —siguió cuestionando Taehyung.

    – Si. También les informo que las puertas de las habitaciones se cierran cuando hay un cliente dentro y hasta que este no la abandona, nadie puede entrar – y dicho esto la morocha, tomó de uno de los estantes de la barra dos planillas, y les extendió una a cada uno antes de proseguir con la explicación. – Estas son las reglas básicas para ingresar, en caso de incumplimiento de las mismas, su acompañante está autorizado a terminar el encuentro y el cliente debe abandonar la habitación. Luego de esto nos llega la notificación por parte de su acompañante, y se debe abonar además un extra de 300, 000 wons.

     Ambos jóvenes abrieron sus ojos con sorpresa a la vez que sus mandíbulas descendían cuando escucharon el número del monto por incumplir las reglas. La chica se sonrió con el gesto y le entregó una lapicera a cada uno.

    —Bien, caballeros, los dejo a solas para que firmen la planilla si es que están de acuerdo, y luego me llaman — y diciendo esto, la pelinegra se retiró para cobrarles a los demás clientes de la barra.

     Luego de leer las simples reglas se miraron un momento, hasta que el rubio rompió el silencio.

     —Bien, Kook, tal parece que no vas a poder conversar mucho por esta vez.

     – No estoy seguro de poder con esto Tae – contestó Jungkook mientras mordía suavemente su labio inferior.

     – ¡Claro que sí! Además mírale el lado positivo, no tendrás a ninguna "pesada" que luego te pida tu número o te hable de que países, o no países recorrió... vamos Kook es una noche y nada más, no es como si fueses a encontrar al amor de tu vida ahí dentro.

     Con un cúmulo de dudas en su interior, Jungkook procedió a firmar, seguido de su amigo. Este levantó su mirada para volver a llamar a la morena que los había atendido y extenderle ambas planillas firmadas, certificando así que su noche al fin daría comienzo.

Dark RoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora