Dark Room

CAPÍTULO 10

     Taehyung se encontraba en la cocina de su amigo, condimentando el rámen que pasó a comprar de camino al departamento del castaño. Este permanecía cabizbajo abrazando sus rodillas sentado en el sillón.

     —De verdad no tenías que molestarte, Tae —dijo Jungkook, colocando ahora sus piernas de forma cruzada, una sobre la otra.

     — Me molestaré si no comes y si no cambias esa cara y esta vez no digas que "es la que mis padres me dieron", porque sé que no echaron pasión para hacer a su hijo con rostro triste — y ante ese comentario, el castaño esbozó una tierna sonrisa.

     — Comeré si prometes que no hablaremos de mis padres "echando pasión"

     —De acuerdo, no hablaremos de eso, aunque yo... quisiera que hablemos del otro tema —dijo—. Claro... si te parece bien —concretó el rubio, mirando a su amigo.

     —Amm, yo... Lamento haberte mentido todo este tiempo, Tae —comenzó diciendo Jungkook, con un deje de melancolía—. No era mi intención que-

     — No Kook, no tienes nada por lo que disculparte. No estoy molesto contigo, sino... conmigo. Jungkook yo jamás te juzgaría por algo como esto, y sino tuviste la confianza de decírmelo, es porque yo no he sabido ganármela, así que soy yo quien lo lamenta — y luego de dar un suspiro, Tae bajó su miraba al piso.

     —¡Hey, no es así, Tae! Sí confío en ti, es sólo que... casi siempre tenemos salidas donde hay chicas, y pensé que ocultándolo y fingiendo que me gustaban, sería más fácil que pasemos tiempo juntos.

     —¡Pero a partir de ahora ya no será así! Te lo prometo —concretó el rubio, levantando su dedo meñique al frente del rostro de su amigo. Jungkook se rio ante el gesto y entrelazó su meñique con el del contrario, sellando así su promesa.

     Luego de acabar con su cena y ya estando más animados, Tae abrió unas latas de cerveza que decidieron tomar en la terraza del edificio, sentados en las reposeras que rodeaban la enorme piscina.

     —Oye, Jungkook... Emm, ¿Y cómo es eso de que aún no sabes si te gusta alguien?

     Jungkook sorprendido por la repentina pregunta, abrió sus ojos con asombro. Luego de pensar en qué responder, decidió ser lo más sincero posible con su amigo.

     — No es que no sepa que me gusta, sé que sí, el problema es que... no lo conozco mucho — y luego de suspirar hondo, el castaño continuó diciendo. — Es el chico que conocí en Dark Room.

     — ¡¿Qué!? ¡¿Es en serio?! — dijo el rubio abriendo sus ojos hasta sentir como casi se salían de su lugar.

   —Si lo dices así suena terrible, lo sé, pero... sí —decretó el castaño, perdiéndose en sus recuerdos con ese misterioso chico—. Es que... No sé explicarlo, Tae. Es una química especial que siento cuando estamos juntos, como una calidez que sólo él sabe darme.

—Pero, Jungkook... ¿Y cómo piensas encontrarlo si ni siquiera puedes preguntarle datos personales?

—No tengo ni puta idea, Tae... ¡Dios! Soy un idiota —se regañó el castaño, pasando una mano por su rostro con frustración.

     Luego de un breve silencio, el rubio se sentó de golpe sobre la reposera donde descansaba para hablarle a su amigo con determinación.

     — Bien Kook, ese será nuestro plan de fin de semana entonces. Encontrar como sea a tu chico.